Capítulo 1.

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Un aullido se escuchó llegar desde el bosque, haciendo estremecer a cada ser que lo escuchó por el dolor contenido en él, aunque en la casa de los Lee fue algo a lo que no le prestaron atención, no cuando lo que realmente les importaba fue la vida que estaba llegando, un pequeño bebé de piel blanca que inundó toda la casa con su llanto y que los hizo sonreír de felicidad porque bebé había nacido bien.

Sin embargo, la felicidad de la familia Lee no lo fue para toda la manada, porque cuando la dirección del viento cambió, colocó en alerta a toda la manada porque sentían que un peligro se acercaba, y no sabían a qué iban a enfrentarse, eso hasta que fue muy tarde y el primer centinela fue derribado, escuchando disparos que hicieron correr a todos en cualquier dirección buscando proteger a los omegas y niños.

Lee Jin Ki, padre del bebé que acababa de nacer corrió afuera de su casa, cambiando a su lobo para proteger a su familia, siendo seguido por su hija de quince años que él hubiera preferido que se quedara dentro de la casa cuidando de su madre y hermano recién nacido, pero no había tiempo para discusión, no cuando un cazador comenzó a disparar en su dirección y fue Jin Ki quién se encargó de él.

No fue una lucha muy larga, los lobos se deshicieron de los cazadores en cuestión de minutos, y aunque hubieron algunos heridos nadie parecía estar en peligro de muerte, siendo llevados de inmediato a la enfermería de la manada para ser atendidos por Jin Ki, el doctor de la manada, quién empezó a trabajar diligentemente sobre todos con aquellos lobos que tenían balas incrustadas en su cuerpo y que no sanarían igual de rápido que los que sólo fueron rozadas por ellas.

Se suponía que entre las leyes de los lobos y los humanos, ellos no tenían que ser cazados porque también eran personas, pero había a quienes no les importaba y sólo lo hacían por diversión, porque para ellos significaba un gran trofeo el haber cazado algo más allá que un lobo normal, o cualquier otro animal que encontrasen en el bosque, aunque sabían que atacar a una manada no era lo más inteligente que pudieron hacer, por eso terminaron muertos.

—¡Papá! —gritó su hija corriendo dentro de la enfermería.

—¿Qué sucede? —inquirió preocupado.

Jin Ki había dejado a su pareja e hijo dentro de la casa, sin ninguna protección más allá de la que él pudiera darles al deshacerse de los cazadores, pero nadie le aseguraba que en algún descuido algún cazador no los encontró, y a pesar de que se sentía tranquilo, y su enlace con compañera no estaba roto, temía lo peor.

—¿Tu madre y hermano...?

—Están bien —respondió ella —es la pareja del hijo del alfa... está muerta y... el alfa quiere saber si podrías hacer algo.

Jin Ki frunció el ceño y pasó su mirada por los enfermos, sólo faltaba que colocara las gasas sobre la herida de uno de los alfas y su trabajo ahí había terminado, al menos hasta que tuviera que hacer una siguiente curación que podría ser la última antes de que todos en esa enfermería estuvieran bien otra vez.

—¿Dijiste que está muerta? —susurró.

—Sí —respondió en el mismo tono —pero el alfa Si Won quiere que la revises, ya que Min Ho no lo quiere aceptar.

—Amber, ¿puedes colocarle el vendaje por mí?

La joven asintió y se acercó al lobo que antes atendía su papá y comenzó a colocarle el vendaje como le había sido enseñado, mientras Jin Ki salía a hacer el trabajo requerido, porque esa noche había sido demasiado larga, y lo que él pensó que sería felicidad por el nacimiento de su hijo, fue todo lo contrario, porque varios miembros de la manada estaban lastimados y ahora sabía sobre una loba muerta.

Un nuevo compañero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora