Capítulo 24.

2.5K 330 50
                                    


Sintió a su lobo colocarse alerta en cuanto escuchó un gruñido seguido de un golpe, girándose para ver como dos de sus centinelas se gruñían entre sí, el uno alerta para defenderse mientras que el otro estaba dispuesto a atacar, pudo notar como incluso su mano derecha mostraba garras, haciéndolo reaccionar rápido para acercarse e intervenir antes de que eso se convirtiera una en una pelea con lobos incontrolables.

—¡Taemin!

Gritó para atraer la atención de su pareja e intentar detener todo, pero no fue oído y no debería de sorprenderle, porque cuando las peleas iniciaban, Taemin parecía nunca estar escuchando realmente, sino que lo único que había en su cabeza era lastimar al lobo con quien luchaba, o al menos eso veían todos.

Taemin era un omega, pero eso no lo había detenido para gruñir y morder a alfas y betas, y a pesar de que la primera vez que perdió el control de su lobo fue el único que salió lastimado, no había sido así las dos veces siguientes, en una de esas había mordido la pantorrilla de un compañero, y en otra ocasión cerca del cuello de un beta, algo bastante peligroso si no hubiera sido detenido y que hizo que los lobos terminaran en la enfermería, siendo atendidos por Jin Ki y Kyung Soo, con Taemin horas después pidiendo disculpas.

Ningún otro centinela intentó intervenir porque sabían que lo único que lograrían era que Lee los atacara a ellos, y preferían ahorrarse el tener que pelear con él, porque no sólo se trataba de Taemin pareciendo demasiado fuerte, sino que ellos no querían realmente lastimarlo, iba en contra de todo lo que aprendieron cuando se suponía que ellos cuidarían de los omegas, no que los lastimarían.

A esas alturas habían entendido que cuando Taemin parecía perder el control de su lobo sólo había una persona que podía calmarlo, y como si fuera una confirmación a eso fue que cuando Jong In intentó acercarse para detener todo, el omega le gruñó como advertencia, dando un paso hacia el otro lobo con el que pretendía pelear, levantando su mano y lanzando un golpe que fue esquivado con éxito por su oponente, aunque sus garras rasgaron la ropa y piel de alguien más.

—¡Es suficiente!

Min Ho apretó la mandíbula conteniendo el dolor que las garras de Taemin provocaron, lanzando una dura mirada a los centinelas a su alrededor cuando los escuchó murmurar entre ellos, porque cada vez que el omega perdió el control, de quien estaban seguros que no saldría lastimado era de la pareja de éste, ni siquiera Amber parecía librarse de sus gruñidos.

Taemin se quedó quieto, sus ojos miraban asustados la mejilla y pecho de Min Ho en donde podía notar las marcas de sus garras, así como la sangre comenzando a brotar de éste a pesar de que la herida no era muy profunda, porque su pareja se había colocado entre él y el otro alfa.

—Mi-Min Ho...

—Es suficiente.

Taemin no se quejó cuando Min Ho tomó su mano con algo de fuerza y lo arrastró lejos de todos los otros alfas, no cuando sabía que lo hacía por la seguridad de todos, podía sentir todavía todo su cuerpo erizado, y a su lobo al borde, como si hubiera retrocedido sólo un poco por lo que hizo, queriéndole dejar la responsabilidad al lado humano.

—¡Amber, termina el entrenamiento tú!

Esa fue la última orden de Min Ho antes de alejarse por completo, mostrándose molesto a todos los centinelas como una fachada para no dejar ver su verdadera preocupación, porque sabía que no era normal que Taemin estuviera gruñendo a todos los alfas y betas, que los golpeara y mordiera como si ellos significaran un verdadero peligro para él.

Min Ho se detuvo a una distancia prudente para saber que los centinelas entrenando no los escucharían, y se giró para ver a Taemin, su mirada tenía un arrepentimiento y podía ver a su lobo asomarse detrás de sus ojos azules, como si éste estuviera pretendiendo pedirle perdón de esa manera, y no iba a negar que las garras de Taemin contra su piel dolieron, pero había ganado su preocupación por saber cuál era la razón que en las dos últimas semanas su compañero pareciera perder el control de su omega.

Un nuevo compañero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora