[Cobarde~]

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Es mi primera historia no estén chingando

(Notita: Amo sus jodidos comentarios a la verga)

[🌹]


—¿México?—. Japón movió levemente al hombro del latino, para después recibir un manotazo .—Veo que sigues dormido—. Murmuró, comenzando a tomar las maleta del mexicano para después tomar la suya.

México soltó varios suspiros en los cuales repetía “tacos” “puto” “me.....la pelas” entre cosas más ofensivas o extrañas. Japón solo volvió a sentarse al lado del mexicano en aquellos asientos del jet privado de Japón, las manos del nipón se deslizaron sobre la piel de la mejilla ajena, para después mirarlo con un semblante cálido y amaroso.

—Eres tan hermoso, me encantaría que me amarás como yo te amo a ti—. Dejo un suave beso en la frente de su amado y con delicadeza lo cubrió más con la manta que ya se le estaba cayendo, y se volvió a acurrucar con el mexicano.

•••

—«Que la chingada, no mames ya me chinge la espalda»—. México se levantó estirando sus brazos, para después soltar un bostezo, para después rascarse descaradamente la espalda .—«Bien, vamos por un c---»—. México se detuvo en seco cuando proceso donde estaba. Estaba en un avión, en Japón...¡ESTABA EN EL PAIS DE JAPÓN!

—«no mames wey... creí que era un sueño»—. Susurró asombrado, mirando la pequeña ventana a su lado, que daba la vista a un monotomo aeropuerto donde varias personas gritaban en un idioma que no dominaba del todo.

—Buenas noches México—. Saludo su anfitrión a su lado; Japón miro como México le miraba apenado, el solo sonrió con amabilidad .—Ya es tarde, ¿Nos vamos?—. Cuestionó, volviendo a tomar las maletas (-que hace tres horas había dejado en el suelo-) y comenzar a caminar seguido de México.

—ようこ—. Apenas bajaron del jet, una azafata les dio la bienvenida mientras hacía una reverencia, Japón solo la miro y cuando volvió a su postura normal comenzaron un diálogo serio, o eso pensaba México ya que el rostro de Japón estaba serio.

—Vamonos México, nos están esperando—. Apenas se giró de nuevo a ver al mexicano, de nuevo esa sonrisa que expresaba más que un sentimiento de simple cariño de amigos .—Vamos—. Japón tomo con delicadeza la mano ajena, y comenzó a caminar apresurado hacia algún lado, en su trayecto, varios empleados le hacían reverencias a los recien llegados.

Llegaron justo enfrente de un auto negro, donde ambos entraron a los asientos del atrás.

—Tenia programado algo para nuestra llegada—. Japón soltó una risa, para mirar a México, que solo le miraba con curiosidad .—Pero como nos quedamos dormidos tres horas en el jet. Solo podremos llegar a la cena—. Japón sonrió amable, mirando el rostro rojo del americano.

—Perdón por eso—. Admitió algo avergonzado.

—No te preocupes, son cosas que suelen pasar—. Expreso sonriente y comprensivo, para alivio de México el Japonés le tranquilo con su hermosa sonrisa .—Aparte eres muy lindo cuando duermes—. Ahora sí el mexicano volvió a ser un tomate.

•••

Habían llegado a un restaurante algo solitario, el Japonés lo escoltó hasta un apartado, donde le dijo que se acomodara como quisiera; se cruzó de piernas y espero al japonés.

Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora