Es mi primera historia, no estén chingando
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—¿No vas a ir a hablarle?—. Preguntó el coreano mientras comía con calma de su helado de fresa, mirando como su amigo daba vueltas en círculo. Murmurando millones de cosas que el coreano no entendía .—Esta ahí, ¡Háblale!—.
—¿Porque no puedes?—. Preguntó, sin mucho interés para después sacar su celular y sacarse una foto para después postearla en Twitter.
El japonés, solo dirigió su mirada al mexicano, que estaba sentado en una banca de aquel parque, con una guitarra a un lado, mientras tenía los audífonos puestos; se veía tan inalcanzable.
—Porque no se...—. Comentó en un suspiro, completamente rendido.
Tratándose del mexicano, Japón era completamente un lío; no sabía cómo actuar, no sabía qué hacer, sentía que si le hablaba la iba a cagar, bueno no...pero si.
—Solo ve—. Hablo Corea Sur. Para después levantarse y caminar hacia
-quien sabe dónde- contestando una llamada.Japón suspiro, derrotado. No quería estar sólo, e ir con su "crush" era la única opción.
Se levantó, para suspirar, sacudió su vestimenta (una camiseta blanca con una "x", una campera sencilla azul y unos pantalones -'algo holgados'- negros) para después soltar un gran suspiró; comenzó a caminar en dirección a la banca donde estaba el bicolor.
Se posó delante de él para llamar su atención; apenas lo logró, resibio la hermosa sonrisa del latino, para después mirar como se quitaba los audiculares.
—¡Hola mi ojitos de rayita!—. Expresó el norteamericano cuando lo miro sentarse a su lado, se giró un poco para quedar más visible a la vista del japonés, el cual hizo lo mismo .—Dime mi poste, que se le ofrece?—. Hablo con la hermosa sonrisa que lo caracterizaba.
—N-nada en especial. Solo quería hablar contigo—. Una sonrisa algo temblora se posó en su rostro cuando miro a su acompañante con clara cara de confusión.
¿Había dicho algo mal? ¿El mexicano estaba molesto?
—Me alagas—. Admitió el mexicano, sonriendo cuando su mirada se conectó con la de Japón .—Casi nunca hablo con los de tu continente «Bueno solo con china. Pero mi come perros no cuenta»—.
Era obvio que Japón no entendió muy bien lo que dijo el mexicano (no entiendo nadita) miro a México reír así que suponía había dicho un chiste, solo logró sonreír ligeramente.
—¿Porque casi nunca hablas con mis "amigos"?—. Preguntó, mirando como su rostro se ponía pensativo.
—La neta, la neta...me dan miedito—.
—¿Hmm? ¿Porque?—.
—Demasiada información amigo—.
—Okey, okey—.
Ambos soltaron risas, en caso del nipón algo suaves, en el del norteño eran carcajadas audibles hasta la esquina. Japón se había dado cuenta de que a México le daba risa cualquier cosa, entonces tenía muchísimas más oportunidades de escucharlo más seguido.
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Te amo
Fiksi PenggemarAcompañen al pobre Japón en la busca de enamorar a un país tercermundista y pendejo. También acompañen al latino a averiguar cuáles son sus sentimientos por el nipón. [JapMex] •Creditos de la imagen a quien pertenesca (si saben a quien dijanme para...