[Amoroso en público]

2.3K 269 99
                                    

Es mi primera historia no estén chingando 💛

[🔆]

—Solo uno—. Suplico el latino; el asiático solo asintió y tomándolo de la cintura lo acercó a su rostro y comenzó a besar sus labios con delicadeza. México completamente feliz siguió el beso llevando sus manos al cuello del japonés, para acariciar con delicadeza su nuca con la yema de sus dedos.

Cuando se separaron del beso, ambos se miraron a los ojos y juntaron sus narices en un roce, México soltó una risita solo para intentar acercarse de nueva cuenta a los labios finos del asiático, sin embargo este solo termino por alejar su rostro.

—Dijiste que solo uno—. Expresó al asiático feliz, para observar la cara llena de indignación de su novio. Japón soltó una sonora carcajada que resonó en la oficina del mexicano.

—Solo unos cuantos—. Se corrigió, intentando besar el rostro de su amado, sin embargo este se negaba.

—Si seguimos dándonos besos,  jamás  llegaremos a la Junta que tu mismo organizaste—.  Japón beso con delicadeza su frente.

—Bien, como tu quieras—. México beso rápidamente los labios de su novio y salió de la Oficina.

[✨]

México se sentó en la silla que el mismo se había asignado, junto a su mejor amigo Argentina y su hermano Chile. Apenas se sentó ignoro a los sudamericanos que le hablaban para llamar su atención; solo miro a lo lejos como el asiático se paraba derecho y estrechaba la mano de China con respeto y un poco de incomodidad.

México sonrió como el estúpido enamorado que era y aún ignorando a sus amigos apoyo su mentón en su mano y miro como Japón abría su portafolios y sacaba varios papeles solo para comenzar a trabajar. México suspiró enamorado al ver el semblante serio de Japón.

—Oye pibe—. Argentina se había percatado de como su bff miraba a Japón .—¿Ya son novios?—. Susurro con la finalidad de que Chile no los escuchará, ya que nadie aparte de los logos de los novios sabían de su gusto mutuo.

—Si—. Un suspiro igual de enamorado, México podría estar escuchando a su amigo, pero toda su atención estaba en el serio japonés que miraba sus hojas con el entrecejo levemente fruncido.

Argentina se callo un grito y le dio un golpesito a su casi hermano solo para reír levemente emocionado. Ya había dicho que Argentina era como un cupido, y como todo cupido estaba más que feliz que su pareja preferida se hiciera realidad.

—Bien, muchas gracias por asistir a todos. Gracias a México por ofrecer su "casa" para está reunión—. ONU había llegado y había empezado con lo normal en las juntas.

México seguía mirando al asiático con ensoñación.

—¿México?—.

El asiatico era tan hermoso con ese entrecejo fruncido y con su rostro serio, todo lo contrario que le mostraba a él: una sonrisa y amor reflejado en los ojos.

—¡Anda' pibe ponei' atención!—. Argentina no tardó mucho en darle tremendo zape que lo regreso al plano terrenal.

—¡He wey no me andes pegando!—.

Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora