O 2 4

7.5K 739 76
                                    


Hanna solo veía como el señor hacía un perfecto espiral de helado de chocolate sobre su cono de galleta.

El señor le dio el helado a su papá el cual pagó y entregó ese delicioso alimento congelado a su hija.

YoonGi había ido por Hanna a la escuela pero esta quería pasear un rato por el parque, le fue imposible decirle que no a su cuando le pidió un helado aún si hacía algo de frío, o si se acababa de recuperar de una infección estomacal. Hanna era su princesa mimada.

Tomó a su hija en brazos mientras esta comía con mucho animo su helado, ambos caminaban hasta los juegos donde varios niños jugaban y mamás los cuidaban desde las bancas. 

—¿Quieres subir? –Apuntó a la resbaladilla y la pequeña asintió con una pequeña sonrisa entre labios.

La subió y Hanna caía divertida en el juego, y así sucesivamente, después pasaron a los columpios en donde su hija se quedó un buen rato gracias a la ayuda de su papá.

Las mamás desde bancas suspiraban encantadas por la buena vista, un hombre con traje que parecía importante, y no solo que era mas que atractivo estaba jugando con su pequeña hija. Que darían ellas por tener a un hombre así en casa, pero si tan solo supieran que ese hombre ya tenía una esposa con dos bebés en camino, y con dos hijos pre-adolescentes en casa.

La pequeña Hanna después de una hora ya se había cansado de jugar y su helado ya había sido devorado hacia mucho rato. YoonGi la tomó en brazos otra vez dispuesto a irse a casa, los chicos y Yoo Hee ya debían haber llegado.

(Una canción para su playlist
Lion Heart de Girls Generation.)

—Vaya que es un hombre muy guapo –Le interrumpió una mujer con su hijo en brazos que chupaba su dedo pulgar.

—Ehh, ¿Gracias? –YoonGi se veía realmente apurado, debían llegar para la comida o Yoo Hee se enojaría.

—La niña es igual de bella que su padre –La mujer llevó una de sus manos a el pecho del pelinegro coqueta sonriendo con picardía.

—Muchas gracias. –Al pelinegro ni le pasaba por la cabeza que aquella mujer le andaba coqueteando.

La pequeña Hanna achicó los ojos con evidente molestia, las únicas mujeres que podían tocar a su papi eran su mamá Yoo Hee, la tía Dahyun y ella, nadie mas podía hacerlo.

—¿No has pensado que la niña necesita una figura materna?–Se acercó la mujer poniendo nervioso al pelinegro. –Yo estaría encantada de serlo... –Dijo casi en un susurro.

—Gra-gracias pe-pero n-

—¿Serías tan amable de quitar las manos de MI marido? –Una voz hizo que ambos voltearan para encontrarse con una castaña de brazos cruzados con sus manos sosteniendo una bolsa de plástico.

—¿Marido? –La mujer parecía confundida. –Y-yo en verdad... Y-yo n-no sabía-

—Ahorrese las explicaciones y quité sus manos de mi hombre antes de que en verdad me moleste –Soltó entre dientes Yoo Hee realmente molesta.

Bien, YoonGi sabía que, o dormiría en el sofá o recibiría un buen golpe de Yoo Hee. La había cagado y no tenía ni idea de lo que había echo, pero cuando Yoo Hee ponía los brazos en jarra tenía el ceño fruncido era solo por una razón: estaba muy molesta.
YoonGi tenía miedo, y mucho.

La mujer quitó su mano bajo la atenta mirada de Yoo Hee que parecía que en algún momento le lanzaría rayos láser para matarla.

La castaña se acercó a su esposo y tomó a Hanna en brazos mientras le pasaba la bolsa a YoonGi con una cara seria.

—Puede irse. Y antes siempre vea a la mano –Alzó la mano de YoonGi en la cual tenia su anillo de matrimonio. –No querrá toparse con su fin un día de estos –Sonrió con obvia falsedad. La mujer solo hizo una reverencia en disculpa y se fue casi corriendo.

Hanna vio orgullosa a su mamá, nadie podía tocar a su papá si no eran ellas, y como su papá decía algunas veces: 'Protege lo que es tuyo',  y papá era de ellas, nada de esas mujeres que siempre perseguían a su papá, Min YoonGi ya tenía esposa e hija, no necesitaba a nadie mas.

—¿Qué haces aquí? –Le preguntó Min.

—Vine por unas cosas que necesitaba para la comida.

—¿Caminando?

El parque apenas estaba a tres cuadras de su casa, no era un trayecto meramente largo.

—Si –Yoo Hee se encogió de hombros. Volteó hacia YoonGi y su mirada decía a kilómetros lo molesta que estaba.

—Te prometo que ni siquiera sabía que me estaba coqueteando –Habló rápidamente YoonGi.

Tanto Hanna como Yoo Hee ladearon la cabeza pensando en si perdonarlo o no. Si, las dos eran igual de celosas.

—Bien, te creo –Sonrió la castaña. Bajó a Hanna y acomodó su saco.

—¿Qué? –Era de extrañarse que Yoo Hee le perdonara tan fácil, es más, antes prefería arrojarle algo a la cabeza y después perdonarlo.

—Ya oíste, te perdono –YoonGi estaba a punto de sonreír hasta que Yoo Hee dijo – : Y hoy duermes en el sillón.

Sentenció y YoonGi asintió, demasiado bueno para ser cierto.

Tanto Hanna como su esposa llevaron su cabello castaño hacia atrás y tomaron cada una posesivamente un brazo de YoonGi para comenzar a caminar. Ese era su hombre, un hombre al cuál no iban a dejar al alcance de cualquiera.

Esa noche Hanna durmió en la parte de la cama que le tocaba a YoonGi con Yoo Hee. Y YoonGi durmió en el sofá con el canal de ventas.

-------

Hay... Como hay personas celosas ¿No?

¿Qué les pareció?

He estado leyendo sus comentarios y en verdad muchísimas gracias por todo, por tenerme paciencia a la hora de actualizar y por seguir apoyando esta segunda parte. 💕

Great Dad. |Min YoonGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora