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Josang y Soobin caminaban para poder tomar su almuerzo. Habían salido un poco mas tarde ya que ayudaron a el profesor de química en acomodar algunos documentos.
Cabía decir que estaban hambrientos, sus estómagos rugían por comida inmediatamente.
Ambos caminaron hasta la fila, pero Soobin comenzó a jalar del saco de Josang haciendo que este lo mirara con el ceño fruncido y cierto toque de curiosidad. Su amigo hizo una seña apuntando frente a ellos.

Josang sintió una extraña punzada en su pecho, algo molesto y su estómago se revolvió dándole arcadas. Apretó los puños que se habían formado al ver aquella imagen y simplemente se quedó quieto mientras veía como esa porrista le daba un beso en los labios a el capitán del equipo de baloncesto, si, a HueningKai.

-¿Vas a dejar que esa zorra te quite a tú hombre? -Le preguntó Soobin.

-No es mi hombre, y baja la voz. Si el capitán de baloncesto quiere divertirse, bien. Que le den. -Dijo Josang alejándose con los puños ya blancos por la fuerza que estaba ejerciendo. Si HueningKai quería jugar y divertirse con la porrista, bien, ¿Qué más le daba? No eran novios, no estaban saliendo. Solo eran simples conocidos, era todo lo que tenía que esperar de un chico como el castaño.

Josang detestaba molestarse de esa manera, a veces sus ataques de ansiedad llegaban y tenía que sacar las pastillas para su ansiedad, Yoo Hee lo había llevado a el psiquiatra para que pudiera recetarle unas pastillas que lograran calmar sus nervios, y regular su respiración, en muchas ocasiones, controlar sus gritos, o mal humor. Porque a veces eso provocaba que su cabeza doliera como los mil demonios y sus pulmones comenzaran a quedarse sin suficiente oxígeno para poder mantenerse de pie.

Soobin decidido caminó hasta la mesa donde estaba los jugadores de baloncesto y las irritantes porristas. Ahí fue cuando pudo visualizar mejor el hecho de que HueningKai intentaba sacarse a esa chica sobre él.

El castaño estaba harto de los constantes coqueteos de Minha eran irritantes y en vano, pero en verdad se había pasado con ese beso.

Llegando a casa tenía que lavarse muy bien la boca, eso era asqueroso.

Quién sabe cuantas cosas le dijo a la chica para que jamás en su vida volviera a hacer eso, pero su irá se fue y sintió como todo se le caía al ver a Soobin parado justo solo unos metros de su mesa viéndolo directamente.
El se acervo tratando de explicar la situación, pero sin duda se sintió mas mierda cuando el chico le contó que Josang también había sido testigo de semejante beso.

El castaño buscó en todos lados tratando de encontrar a Josang, el único que le hacía preocuparse, el único al que de verdad le importaba su opinión. Realmente sintió que se desmayaría cuando pasó dos horas de clases y el pelinegro nada más había decidido irse, algo que nunca, jamás en la vida había echo, aunque pensándolo bien, HueningKai presentía que Josang debía estar aún en el instituto, así que buscó en el único lugar que faltaba. El gimnasio, o mas bien dicho; la cancha de baloncesto bajo techo.

No recuerda haber corrido con tanta rapidez, pero al final había valido la pena.

Cuando entró al gimnasio solo lo vio ahí, el chico aún vestía su uniforme, pero algo llamó la atención del castaño, es que Josang tenía una puntería de infarto para encestar el balón en el aro. Joder, ya ni sus compañeros experimentados en baloncesto encestaban tan bien como el pelinegro.

-Josang, hablemos, tengo que explicarte lo que viste hace un momento -Le pidió el castaño viendo como el pelinegro se empeñaba en ignorarlo. -. Josang.

El menor volvió para tomar otro balón que fue quitado de sus manos por el castaño ganándose una mirada fulminante del pelinegro.

-¿Porqué no te vas, le metes la lengua en la garganta a todas las porristas y me dejas tranquilo? -Josang tenía el entrecejo fruncido y bufó con molestia para tomar otro balón y poder lanzarlo y encestar nuevamente.

Great Dad. |Min YoonGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora