Rápidos &... ¡Sensual! | InuKag ✓

Carrera II

Yo sólo espero terminar de publicar la historia entre este mes y el que viene, ya terminada obviamente.

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Y aquí estoy otra vez, siendo empujada por dos hombres muy guapos pero muy fuerte, me secuestraron después de salir de lo que puedo llamar trabajo, lo cual consta de vender y traficar algo o que robó de autos, eso en mis tiempo libre en general mecánica independiente. Me metieron en una fábrica abandonada uno de los sujetos me sienta en una silla la cual atan mis manos, pies, cubren mis ojos y amordazan. La adrenalina corrí a por mis venas, ganas de desatarme tomar la masa que a un metro de mi y romperle el cráneo.

— vamos amigo.. aquí la tienes — escuche la voz de un hombre, sonaba como si aguantaran las ganas de reír.

— no volveremos a hacer el numerito de secuestro... si nos ven estaremos en problemas. — hablo otro, sin embargo su voz sonaba preocupada y molesta.

¿numerito?, siento como quitan mi mordaza y luego la venda de los ojos. Al abrirlos puedo ver y nada menos a mi "secuestrador" el cual me sonríe con una sonrisa de lado, desde que lo conocí reconozco que es una persona a lo cual varias escenas le causan burla o risa; frunzo el ceño recordando mi deuda, se que vino a cobrar. Empiezan a desatar me, cuando sueltan mis brazos empiezo yo misma con los pies.

-No vuelvas a hacer eso idiota, sabes la adrenalina que me hiciste sentir-cuestione liberando mis pies con brusquedad, al pararme de la silla con toda la confianza le empujó molesta, nunca le perdonará el miedo que me hizo pasar; pero ¿quién dice que aquí no me mata?.

Escucho las risas de ambos chicos que me habían traído a este lugar, son muy parecidos, ojos azules y caballeros negras, la diferencia uno corto y el otro largo. Dejando eso de lado sigo mirando al idiota quien me mira de brazos cruzados, la sonrisa de lado, se está burlando de mi.

-aún tienes que pagar cariño-me recordó, su mirada se volvió dura-Bien, miroku, bankotsu, vámonos.- dicho eso el trío de machos se estaba llendo.

Comienzo a caminar tras ellos, bueno más tras él, el cual su olor de estos momentos me traía. Seducida por su rara ¿colonia? Podia ser, los seguí asta tres autos, eran hermosos, el de cabellos largos subió al blanco, el de pequeña colita a uno morado, ese auto estaba genial estaba para robarselo, mientras que inuyasha subía a uno de color negro, abre la puerta de copiloto manteniendo su mirada en mi. Camino a el disimulando mi emoción, quiero que cobre sus autos de una vez; subí cierro la puerta con delicadeza pero cerrandola bien claro está.

— ¿y cómo piensas cobrarme los autos? — pregunto con cierta emoción en mi voz.

— no esperes que te diga con unas cuantas noches nada más — ¡ja! Mata pasiones, desilucionada mando mi mirada a la ventanilla viendo las calles y casas pasar. — para eso tengo a miles las cuales no me cobrarían, el dinero es lo que vale ahora esos autos cuestan una fortuna y no los dejaré por unas cuantas noches de calentura — ¡uhy! Si que es un mata pasiones de verdad, y yo que quería que me tire contra una cama y me haga gritar "MÁS" en todos los idiomas que conozca, ruedo los ojos con fastidio.

— sólo te diré que no tengo dinero, pero... — miro sus ojos los cuales estaban concentrados en el camino — puedo armarte uno, claro si es que lo deseas — le ofrecí con algo de duda.

— quiero que corras — su petición me asombro demasiado, ¿quería que corra? ¿con qué auto? Este hombre quiere que lo deje sin una pizca de motor ¿no?, o que todos los tanques de nitrógeno estalle. — ahí en carreras las cuales no me dejan correr, saben que soy el mejor conduciendo y no me dejan no importa la suma que apueste sólo soy espectador.. quiero que corras por mi. —

— tu sólo quieres que haga trizas todos los autos que debas tener, ¿no es haci? — Este hombre que aparenta de 26 o menos esta completamente loco.

— sabes manejar, los anfitriones de las carreras son machistas te creerán presa fácil, lo cual podrás manejar de un gran modo y ganarles en un parpadeo, creerán que sólo tuviste suerte, haci me pagarás. Obvio que también me ayudarás en el armado y diseño de ambos autos. — si que lo tiene planeado, se ve que no puede perder ese dinero.

— tengo una condición — expresé, a lo cual fui respondida rápidamente.

— No estas en posición de pedir nada-maldito conductor de cuarta, espero y te metan un tuvo tubo de escape por el chiquito.

Llegamos a un barrio de categoría casi medía baja, a una casa de dos pisos algo grande blanca se veía acogedora y rústica. Los ojisazul entraron como Juan en su casa, el me da el paso entramos y cierra la puerta, caminamos por los pasillos los cuales eran un poco estrechos asta la cocina.

— siéntate... dinamita-ablo el de cabello corto, ¿dinamita, quien se cree?.

— espero que no te importe .. pero te llamamos haci ya que volaste en pedazos dos autos todo, como una dinamita — explica el chico de la trenza. — yo soy bankotsu. — hago una pequeña reverensa.

Inuyasha-el es miroku-apunta al de pequeña cola-y yo.. ahora digamos que tu jefe-ruedo los ojos, este hombre muy guapo y atractivo pero es un idiota.

Me senté en una silla, el trío me mira atentos calculando cada movimiento que hago.golpeo levemente la mesa parandose de mi lugar alterada para gritarles.

-¡¡VOY A PERDER EL CONTROL!!-mis ojos se ocultan tras mi fleco, si estaba muy alterada.

Azules-es hora de manejar-dijieron ambos hombres los cuales ya deduzco como hermanos.

-¿manejar?-dije sin entender.

5 horas después....

Estaba en su cama tirada, sus brazos y trasero dolían a demonios. Quien diría que manejar era tan complicado, había entrenado esas 5 horas con los hermanos de ojos azules, el peliplata miraba y opinaba estar 5 horas dentro de un auto sin descanso era agotador sin decir que sus pompas morían.

-ese maldito... Me las pagará-dije para levantarme un poco, esto es una guerra La cual no perderé.

Continuará.

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