Second day.

1.8K 131 56
                                    

Desperté temprano, Seungwoo me ayudó ayer con la limpieza de la casa por la noche aunque estaba sorprendentemente limpia así que no nos demoramos mucho, hablamos un poco esa noche pero no tardó en caer rendido.

La habitación estaba oscura, eran como las siete de la mañana, fui a la habitación de Dongpyo a ver cómo se encontraba, agradecí que ellos usarán pijamas.

Tanto el pequeño como Wooseok se encontraban plácidamente dormidos, memorice el papel que me dió Seungwoo.

Salí de allí y me dirigí a la cocina, aún era bastante temprano.

Comencé a hacer los desayunos de cada uno de ellos, necesitaban fuerzas para afrontar así que antes de dormir pensé en de qué manera podría alimentarlos.

Muchos de ellos se encuentran en periodo de crecimiento así que lo mejor será que tengan una dieta equilibrada.

Buenos días, Hyuna.– Susurró en mi oído.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, esa voz era angelical y me daba miedo.

Buenos días, Seungwoonie.– Respondí girándome.
Vas mejorando.– Dijo con una pequeña risa.

Salimos al salón y desde allí pude observar el pasillo, un chico salía de la habitación de Dongpyo.

Buenos días Seungwoo, Hyuna.– Dijo bostezando.
¡Buenos días, Wooseok!– Contesté alegre.
Buenos días.– Respondió el mayor divertido.

Wooseok entró al servicio y la mirada de Seungwoo se dirigió levemente a mí.

¿Cómo hiciste eso?– Preguntó riendo.
Memorice el papel que me diste.– Admití orgullosa.
No me lo puedo creer.– Dijo riendo.

Su risa inundó todo el silencio que había en esa casa, mi cara estaba sonrojada, pero fue la primera opción que tuve.

Poco a poco todos iban saliendo, estaba realmente concentrada en quién salía de cada habitación.

Eso parecía un pase de modelos, eran hermosos, cualquiera podría volverse loca en esta casa.

Hyuna, mantén la calma, no dejes que tus hormonas puedan más que lo demás.

Estuve contando, quedaban tres. Si no me equivoco eran Dongpyo, Yohan y Junho. Era normal que el menor de los tres siguiera descansando, ya que, el día anterior no se encontraba bien.

Tomé el valor de dirigirme a la habitación de los otros dos, abrí la puerta y un rayo de sol casi me deja ciega. ¿Acaso no saben que existen las persianas o las cortinas? Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz vi algo que posiblemente no quería o quizás sí, no sé.

Los chicos estaban dormidos en la misma cama abrazados. El del pelo negro era Yohan y el del pelo marrón era Junho, todo controlado. Yohan abrió los ojos lentamente, a los pocos segundos se dió cuenta de mi presencia, su rostro se sonrojó como si fuera un tomate y no pude evitar sonreír ante aquella situación. Él posó su dedo índice sobre sus labios y se levantó suavemente de la cama dejando allí a Junho. Ambos salimos de la habitación.

Estuvimos practicando hasta tarde y al parecer nos quedamos dormidos.– Dijo nervioso.
No te preocupes, sólo estaba preocupada por vosotros.– Contesté sonriendo.
Muchas gracias.– Respondió sonriendo.
Hacéis buena pareja.– Comenté guiñándole un ojo.
¿Qué? ¡No digas eso!– Dijo sonrojado.

Hice una seña para que no hablará tan fuerte, aún seguíamos cerca de la habitación.

Vamos.– Dije riendo.

Le di una palmadita en la espalda y salimos del pasillo, los chicos ya habían terminado de alimentarse como debían.

Cada uno se dispersó y yo fui a la habitación de Dongpyo. Entré y algunos rayo de luz traspasaban la cortina, algo que en parte agradecí, me acerqué cuidadosamente a su cama.

La niñera de X1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora