Eleventh day.

536 58 23
                                    

Miré a mi alrededor y mis ojos se encontraron con un pequeño cuerpo.

Gruñí al incorporarme, la espalda me dolía como el infierno.

¿Dongpyo?– Pregunté cuando mis ojos se acostumbraron a los rayos del sol que entraban por la puerta de cristal.

Él se acercó más y se sentó a mi lado.

Lo siento.– Se disculpó jugando con sus manos.
¿Por qué?– Pregunté algo confundida.
Seungwoo y tú habéis discutido por mi culpa.– Dijo mientras varias lágrimas rodaban por su rostro.

Lo observé por un tiempo, no sabía que realmente pareció eso. Estaba algo molesta pero no era algo importante.

Pequeño, Seungwoo y yo estamos bien.–Contesté acariciando su rostro.
¿Seguro? Fui a vuestra habitación para hablar con vosotros y él al parecer no había dormido aún.– Comentó mirándome.

No le respondí, me levanté y fui directamente hacia nuestra habitación. Estaba tumbado sobre la cama mirando el techo.

Seungwoonie.– Lo llamé.

Mi corazón se encogió al ver las gotas saladas que descendían por su precioso rostro.

Ven aquí, Hyuna.– Ordenó.

No dudé en pensar unos segundos y ya estaba a su lado.

Tiró suavemente para que me tumbara a su lado y así sucedió.

He leído tu contrato.– Susurró mientras pasaba sus brazos alrededor de mi cuerpo.

Estábamos tan cerca que nuestras respiraciones chocaban entre ellas. Me había enmudecido sus palabras y lo único que pude hacer fue asentir para que continuara hablando.

No estoy preparado.– Admitió mientras sollozaba.
¿Para qué? Me estás asustando.– Logré decir algo preocupada.
Para que no vivamos en la misma casa.– Contestó con la voz rota.

Sentí como mi corazón se encogía aún más. Yo tampoco estaba preparada para eso.

Es hoy.– Respondió
¿Cómo?– Pregunté sorprendida.
Tu contrato termina hoy.– Repitió.

Miré a sus ojos intentando buscar alguna respuesta que nos tranquilizara, pero no tuve suerte. Lo único que pude hacer en ese momento fue esconder mi rostro en su pecho mientras escuchaba los fuertes latidos de su corazón. Su mano comenzó a acariciar mi cabello.

No me dejes, por favor.– Susurró.
Jamás haría eso.– Dije mientras algunas lágrimas comenzaban a descender por mi rostro.

La puerta se abrió dejando ver al mánager de los chicos.

Suspiré y me incorporé.

Su contrato ha terminado.– Dijo serio.

Todos los chicos se encontraban detrás de él, quedaron impactados por aquello.

Lo sé.– Admití.
Debe de irse. Acordamos que ingresaría su dinero en su cuenta bancaria así que justo después de que abandone el piso, le traspasaré el total.– Informó mirándome.

Me levanté y tomé el contrato entre mis manos.

¿Sabe qué? Esto para mí nunca ha sido un trabajo, aquí he encontrado a mi familia. Cada uno de ellos ahora son parte de mí. No necesito su dinero.– Dije sonriendo.

Destruí el papel que sostenía mientras todos los pequeños pedacitos caían sobre el suelo.

Hyuna, ¿qué haces?– Preguntó el mayor del grupo alarmado.
No necesito dinero por cuidar a las personas que amo, Seungwoonie.– Respondí.

Necesitaba ese dinero para vivir pero podría encontrar otro trabajo, ahora no tengo ninguna promesa que cumplir.

Es usted una impertinente señorita Hyuna.– Espetó el mánager.
Claro que no lo soy.– Contesté tranquila.
¿Y su madre? ¿Cree que le parecería bien que tirara el dinero que se suponía que era para cuidarla?– Preguntó alterado.
Mi madre murió.– Respondí seria.

Escuché los suaves sollozos de Hangyul.

Si no le importa, ¿Podría esperar en el salón?– Le pedí algo molesta.

Él salió dejándonos solos en la habitación.

Ven aquí.– Ordené a mi hermano.

Hangyul obedeció y me abrazó.

No te vayas, por favor.– Susurró.

Acaricié su cabello, estaba muy alterado.

Somos hermanos, siempre estaremos unidos.– Dije suavemente.
No queremos que te vayas.– Comentó Hyeonjun entre lágrimas.

No sabía cómo solucionar todo esto, ellos tienen sus vidas distintas a la mía, ¿qué se supone que tendría que hacer? Lo mejor para ellos es que les deje seguir cumpliendo sus sueños.

Nos veremos.– Dije sonriendo.
¿Estás loca? No voy a permitir que te vayas.– Respondió Seungwoo agitado.
No te alteres, sabías que esto iba a suceder.– Contesté susurrando.
Hyuna, ¿qué voy a hacer sin ti?– Preguntó desesperado.
Seguir cumpliendo tus sueños.– Respondí.
Mis sueños están a tu lado.– Dijo llorando.

Una parte de mí se rompió al escuchar eso, quisiera o no, tenía que irme.

No recuerdo en que momento Hangyul se separó de mí, no me di cuenta cuando todos salieron de la habitación para dejarnos solos, solo sabía que me faltaba el aire.

No sé cómo manejar está situación, me estoy hundiendo y no recuerdo cómo nadar.

Entre miles de lágrimas, Seungwoo se acercó a mí, me tomó de las manos y se arrodilló ante mí.

Hyuna, ¿quieres casarte conmigo?– Preguntó susurrando.

Mi mente estaba bloqueada, ¿qué se supone que estaba haciendo?

Sus ojos no paraban de soltar lágrimas, aún así, había un brillo, ese brillo que solo nacía cuando me miraba.

Sí, quiero casarme contigo.– Respondí.

Tomé su mano y le ayudé a levantarse, nuestras miradas chocaron y nuestros labios se unieron siendo así uno de los mejores besos de mi vida.

La niñera de X1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora