Tenth day.

665 67 10
                                    

Esa mañana me levanté sin fuerzas y desnuda.

Tapé mi rostro al recordar aquella noche la cual ahora sólo era parte de mis recuerdos.

Gruñí un poco cuando me giré al notar como cada parte de mi cuerpo dolía como el infierno, ¿Cuánto tiempo fue? ¿Tres horas? ¿Toda la noche? En realidad había perdido la noción del tiempo.

Una pequeña claridad entraba entre las cortinas, me fije en los ojos que penetraban cada parte de mi rostro, en ellos pude verme reflejada.

Buenos días, Hyuna.– Susurró contra mis labios antes de besarme.
Buenos días, Seungwoonie.– Pude contestar cuando nuestros labios se separaron.

Acarició mi rostro suavemente.

¿Estás bien?– Preguntó preocupado.
Sí, perfectamente.– Dije algo burlona.

Sus brazos pasaron alrededor de mi cuerpo y me pegó más a él.

Fue maravilloso.– Comentó besando mi frente.

Noté como me sonrojaba y escondí mi rostro entre su cuello.

Lo sé.– Murmuré mientras le mordía suavemente.

Me percaté de la pequeña marca que tenía en su hombro y sonreí al recordar el momento en el que se la hice.

Mi lengua pasó por aquel lugar para después mirarle.

Lo siento.– Dije con la mirada más inocente que podía poner.

La pequeña risa de Seungwoo inundó aquellas cuatro paredes.

Me encantas.– Admitió sonriendo.
Tú me encantas más.– Respondí.

La puerta sonó sacandonos de nuestro pequeño trance.

Una voz se escuchó detrás de aquella puerta de madera.

Tenemos que hablar con vosotros.– Dijo algo molesto.

Recordé por un momento nuestros gemidos hundidos en una gran noche de placer.

Alarmada me levanté sin recordar todo el dolor de mi cuerpo y me vestí levemente.

Seungwoonie, ¿Nos habrán escuchado?...– Pregunté preocupada.
Yo creo que no.– Contestó con sarcasmo.

Noté el calor subir por mi cuerpo, ¿Cómo se suponía que iba enfrentarme a lo que se supone que me esperaba? No tengo ni siquiera una pequeña excusa, ¿Qué les digo? ¿Qué soy irresponsable por haberme olvidado que las paredes son más finas que el papel?

El mayor me abrazó por la espalda y besó suavemente mi cabeza.

No te preocupes, lo entenderán.– Comentó suspirando.

Asentí lentamente y me di la vuelta para quedar frente a él.

Seungwoonie, vístete.– Ordené con media sonrisa.

Su cuerpo era precioso, tan pálido como la misma luna. Era tan suave que se sentía como el mismo cielo. Su olor impregnaba cada lugar de aquella habitación, olía a vainilla. Amaba aquel olor y ahora también era parte de mí.

Cuando salí de mis pensamientos pude ver al amor de mi vida ya vestido. No sé cómo lo hacía para verse siempre tan hermoso.

¿Vamos?– Preguntó tendiendo su mano.

Asentí mientras la tomaba. Él abrió la puerta y me dejó pasar.

Nos dirigimos hacía el salón donde estaban todos sentados.

Seungwoo, ¿Por qué le has pegado a Hyuna?– Preguntó alterado el menor.

Mis ojos se abrieron levemente, no me lo podía creer.

Esto no pienso ser yo el que se lo explique.– Dijo Wooseok mientras se cruzaba de brazos.
Ellos tuvieron sexo.– Comentó mi hermano riendo.
¡Hangyul!– Llamé su atención en modo de desaprobación.

Él me miró y sacó su lengua mientras seguía riéndose. Negué mientras me golpeaba mentalmente por no haberme controlado anteriormente.

¿Qué es sexo?– Preguntó Hyeonjun.

Todas las miradas se dirigieron a mí.

Pues es un juego donde una persona grita y la otra intenta superar al anterior y así sucesivamente.– Expliqué levemente.

Los mayores me miraron sin aún creer lo que acababa de decir, en cambio, los menores se miraban entre ellos.

¿Podemos jugar?– Preguntó Dongpyo.

Mordí suavemente mi labio inferior y asentí lentamente mientras me arrepentía de todo lo que acababa de decir. En unos segundos la habitación estaba llena de gemidos por parte de los menores. Lamentablemente era lo más tierno que había visto en mi vida.

¿¡Quién quiere desayunar!?– Pregunté intentando parar aquello.
¡Yo!– Contestó Dohyon.

Sonreí y me fui casi corriendo de allí.

Era difícil cocinar para once personas.

Después de un rato sentí una mano en mi espalda, cuando me giré vi al pequeño Dongpyo mirándome.

Hola, pequeño.– Dije acariciando su cabello.
Buenos días, Hyuna.– Contestó sonriendo.

Besó suavemente mi mejilla.

Seungwoo y tú... ¿Estabais escribiendo una carta a la cigüeña?– Preguntó sonrojado.

Mi cara cambió completamente, pensé que este tema había sido zanjado pero al parecer no fue así.

¿Cómo escribiendo...?– Pregunté dudosa.

Necesitaba tiempo para pensar.

Mamá y papá solían escribir muchas cartas para la cigüeña pero nunca llegaron porque no tengo hermanitos.– Explicó apenado.
Algo así, ya lo entenderás.– Dije nerviosa.
¿No puede ser ahora?– Preguntó suspirando.
Es lo mejor para ti que no sea ahora.– Respondí suspirando.

Asintió sonriendo y besó mi mejilla para después irse de la cocina.

Limpié el sudor de mis manos en la tela de mis pantalones.

Unos brazos me rodearon y sentí aquel olor que tanto me gustaba.

Sonreí al sentirme tan bien entre sus brazos.

Sin dudas era él la persona que necesitaba aunque nunca lo supe.

                        ✨✨✨✨✨

¡Espero que les guste!

Mil gracias nuevamente por todo el apoyo que recibo, sois geniales. 💕

La niñera de X1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora