10: Reiji: el pedófilo (;^ω^)

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—¡Ai! ¡AIII!—gritó un castaño, preocupado, viendo al mencionado. Este abrió los ojos con lentitud.
—¿Por qué tanto alboroto?—inquirió, mientras frotaba su cara. Estaba mojada.
Entonces, recordó.
Se había desmayado a causa de la lluvia.
—¡¡¡Aiiii!!!—gritó, abrazando al chico, mojandose el también—¡Estaba tan preocupado!, ¡Myu-chan tiene la culpa de esto!, ¡¡No me vuelvas a asustar así!!—decía, casi lloriqueando.
Ai miró con confusión a su amigo.
—¿Que te pasa?, ¿Por qué estás tan preocupado?—dijo, aceptando el abrazo, confundido.
Bueno, la lluvia había hecho que Ai dejara las preocupaciones de lado. Sería buena opción revisar su sistema.
—¡¡Por qué eres mi amigo, Ai!!—contestó, para luego calmarse—Pero bueno, es mejor que te cambies de ropa, como apenas te encontré, sigues mojado—agarro el paraguas que traía, el cual no había sido distinguido por Ai—Vamos al Master Course, o te enfermaras—dijo, sonriente.
Ai lo miro con confusión. ¿Como un robot se podría enferma-..?
Oh, esperen, Ai acaba de estornudar.
Reiji miró con preocupación a su amigo. Se quitó el suéter que traía puesto, pues, aunque estaba un poco mojado, daba un buen calor.
Coloco el suéter en los hombros de Ai, y abrió su sombrilla.
—¿Eh?, Reiji, te vas a enfermar tu—dijo, mientras miraba a su amigo. Una ráfaga de aire paso, haciendo que Ai, por instinto, abrazara su cuerpo, de esa forma, agarro el suéter y se cubrió.
Reiji sonrió con ternura, viendo al pequeño Ai
—Tal vez llegué un poco tarde, ¡Pero aún hay tiempo!—dijo Reiji, tomando al chico de menor edad por los hombros, y haciendo que este corriera.
—¡Reiji, nos vamos a caer!—dijo el de cabellos celestes, asustado.
Reiji solo rio un poco, asiendo que este siguiera con su caminata.
Llegaron al Master Course, un poco mojados, pues el que hayan corrido no era algo que el paraguas pudiera proteger.
Ai entro con rapidez, siendo seguido por Reiji.
Poco después, el de edad menor se fue a su cuarto, para cambiar sus ropas.
Reiji se quedó en la sala, viendo su suéter, el cual había sido usado por Ai.
Acercó el suéter a su cara, percibiendo desde lejos que el aroma de Ai se había quedado ahí. Reiji se preguntaba: “¿Cómo es posible que un robot tenga aroma?
Cómo si de un pervertido se tratara, olió su suéter, sintiendo el aroma del robot. Escucho pasos venir hacia el, por lo que escondió el suéter detrás de el.
—Reiji, ¿No hay nadie más aquí?—dijo este, ladeando la cabeza. Ai traía puesta una playera amarilla, con unos shorts con tirantes. Se veía como un niño pequeño.
Reiji volvió a enternecerse con aquella vista tan linda, tan adorable.
—No, no hay nadie más Ai-Ai—
Ai se sonrojo al sentir la mirada de Reiji, por lo que desvío la mirada, acercándose al centro de la mesa que estaba ahí.
Tomo un vaso, mientras se servía café.
Todos los recuerdos le llegaron mientras se cambiaba. Era tonto, ¿Cómo se le podía olvidar que estaba con el deseo de una estrella fugaz?.
Miró la taza, sin ganas de nada. Vio como Reiji la agarraba, pero no dijo nada. Estaba distraído.
Reiji coloco la taza enfrente de Ai, haciendo que este volviese en si mismo.
—¿Eh?—susurro, tomando el vaso entre sus manos. Podía ver un tono más suave, suponiendo que era café con leche.—Gracias, supongo..—dijo, dándole un sorbo. Estaba dulce, como le gustaba. La leche estaba bien mezclada con el café. Una sonrisa se formó en ese rostro sin vida, dando un toque melancólico.
—Ai, últimamente estás muy distraído. ¿Pasa algo?—
El mencionado negó con la cabeza, dedicándole una sonrisa al preguntante.
—Todo está bien, no tienes por qué preocuparte—susurro, entrecerrado los ojos. Deseaba que aquel deseo fuera una simple broma. Que, solo durará un mes como máximo...
Reiji acercó su mano a la de Ai, tomándola.
—Mira, puedes confiar en mí, ¿Lo sabes?—dijo, mientras miraba a Ai, quien se veía vacío.
—Sí, lo sé. Pero en serio, no pasa nada—comentó, cerrando sus ojos, dejando que sus largas pestañas cayeran.
—Eres muy parecido a el—susurro Reiji, antes de alejarse, dejando a Ai con duda—Ai, saldré un rato. Vuelvo en la noche—
Sin esperar respuesta, se fue.
Ai se quedó ahí, sorprendido.
¿Que había pasado?.
Dirigió su mirada, ahora sin ninguna emoción, a la ventana. Estaba nublado. Iba a volver a llover.
Entonces, Ai cerró sus ojos, dejando que su peso cayera en la mesa, quedando dormido de forma incómoda.
«Aún cuando es imposible que pase, desearía que está "maldición" solo durará un mes»
|•Extra|
¿Quién diría que la magia es mala?, La gente común, claro. Pero Cecil no era común.
Había jugado con la magia, y ahora veía a un pequeño Ai durmiendo cómodamente en la mesa, apesar de la posición tan incómoda que tenía.
Veía ojeras en sus ojos.
También , veía que su lindo senpai había trabajado muy duro para dormirse en la mesa.
Muy duro intentando soportar esa situación.
Cecil suspiró, viendo los ojos molestos del conde en su cara.
—Por tú culpa deje a Mikaze en el restaurante. El que traiga otra ropa significa que la lluvia lo mojo bastante—dijo, con fastidio.
Cecil rodó los ojos, como un niño pequeño.
—Pudiste dejarle el paraguas—contraresto.
—El traía uno—
Miradas furiosas.
—Mañana..—susurro Ai, entre sueños—Sí, mañana...—
Cecil y Camus se miraron entre sí, sorprendidos.
¿Que estaba diciendo Ai?.
Eso era un misterio.
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Hey, buenas.
Ahora es cuando empiezo a dudar de mi escritura, y empiezo a decaer lentamente.
Pero eh, quise traer este capítulo.
¡Fueron 909 palabras!
Gracias por leer este capítulo, en verdad, ¡Muchas gracias!

«Deseo erróneo» [Ai Mikaze x Starish, Quartet Night]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora