«Deseo erróneo» [Ai Mikaze x Starish, Quartet Night]

17: ¿Un cuento infantil o una película de terror? (•-•)

Un día como cualquier otro, Ai fue a visitar a la señora Ittoki, para darle la canasta de manzanas que preparaba siempre.
Una vez llego a aquella casa tan simple y bonita, escondida entre el bosque, toco la puerta.
Desde dentro, se escuchó un "Voy", alargado en la "o".
Entonces, la puerta se abrió, dejando ver al hijo de la señora Ittoki.
—Buenos días Otoya, he venido a dejar la canasta de manzanas que me pidió la señora, ¿Podrías dársela?—dijo amablemente Ai, su negocio debería prosperar.
—¡Claro Ai-san!—esta vez, hablo el hijo, Otoya, animado. Evidentemente, agarro la canasta, entrando a su casa y volviendo unos segundos después con dinero.
—Aquí esta lo de la semana, gracias por entregarlo—el chico pelirrojo iba a decir algo, pero su madre salió.
—Otoya, la abuela pidió que la visitaras, así que..¿Podrías también llevarle la medicina?, por favor—dijo aquella señora , que se veía bastante joven.
El pelirrojo asintió, colocándose el pequeño gorro de su caperuza, aquella que llevaba siempre. Me preguntó si la lava..
—Disculpe, pero..¿No esta mal que su hijo salga solo?, quiero decir, el es mayor y todo, pero debe estar acompañado. He escuchando que hay un lobo, así que..—Ai habló, y, dio una pausa, buscando una solución —Si me permite, lo acompañare —dijo, unos segundos después. Era lo mejor.
La señora asintió, metiéndose a la casa después de darle la bendición a su hijo, pa' que se cuide.
                        |•^•|
Después de una larga caminata, vieron como el camino estaba bloqueado por un árbol. Y lo habrían esquivado, pero no era algo posible, pues justo a los lados había un gran carro (aparte de que estaba obstruido por seguridad).
Ai suspiro, dándose cuenta que ahora irían por la parte del bosque que era peligrosa.
Pero bueno, llevaba consigo una bolsa, así que si veía manzanas estaba bien.
Sin embargo, al voltear para ver a Otoya, lo encontró hablando con un fu-digo, un hombre lobo.
—Eh..Otoya, ¿Que haces?..—susurro, con un poco de miedo. Nada evitaba que sea un secuestrador o un asesino.
—¿Uhmm?—dijo el hombre lobo—¿Quién eres, pequeño jovencito?—pregunto este, dirigiéndose a Ai.
Sí, tenía una voz muy animada.
Ai, miro al hombre con confusión.
—No es algo que deba importarte, de hecho, ¿Quién eres tú?—habló Ai, desconfiando del hombre.
—Soy Reiji, el hombre lobo—se presentó, con un guiño.
Ai, pensó en algo: "Pedófilo".
Se veía que tenia cerca de los 20 o 25 años, y, Ai solo tenia 15.
—Otoya, mejor vamos donde esta tu abuela, se va a hacer de noche —comentó Ai, ignorando a Reiji.
—Esta bien, Ai-san—dijo el chico, alegremente.
—¡Esperen!, iré con ustedes—se ofreció Reiji, algo que Ai hubiera negado, de no ser que Otoya aceptó.
Ay, Otoya, eso no se debe hacer.. 
                        |•^•|
Después de una larga conversación, en la que Ai ignoraba completamente a Reiji, y a veces a Otoya, llegaron a una cabaña.
—Bien, ya estamos aquí. Lo mejor sera que te quedes a dormir con ella, le daré el informe a la señora —comentó Ai, viendo a Reiji, quien parecía ver el cielo. Entonces, Ai recordó que iba a ser Luna llena.—Y eso es todo, adiós —dijo, llevándose a Reiji a empujones al bosque.
Ai, empezó a temer lo peor a medio bosque, por que ya se había perdido el solito.
—Esto..Reiji, ehm..¿No crees que deberíamos irnos..Por separado?—susurro, con algo de temor. La luz de la luna empezaba a verse más y más fuerte, siendo esta la única iluminación.
Reiji, tardó un poco en responder, pues ya estaba cautivado por esta.
—Tranquilo Ai-Ai, no te haré nada.—dijo, concentrándose en mirar al pequeño.
Ai, al sentir esa mirada tan poderosa, se encogió, con pena.
—¿Estas seguro?, quiero decir, las posibilidades de que te conviertas completamente en un lobo son altas. Y cuando lo hagas, atacaras a todo lo que veas, incluido yo.—contrarresto Ai.
—¡Todo esta bien!, te llevaré hasta el camino y de ahí me iré al bosque, ¡Vamos!—dijo, animado, nuevamente.
Ai asintió, desconfiado.
Aunque lo llevara al camino, eso no significaba que estaba seguro, pues su casa estaba entre el bosque, y todavía tenia que darle el mensaje a la señora Ittoki.
                        |•^•|
Una vez llegaron al camino seguro, Reiji se fue, despidiéndose de Ai.
Durante todo el camino, Ai miraba de un lado a otro.
En la noche siempre estaban criaturas extrañas, como brujas, vampiros, etc, ya que era la hora en los que ellos vivían con tranquilidad. Los humanos usaban todo el día.
Después de unos minutos, llego a la casa de la señora, dió el mensaje, y se fue al bosque nuevamente, para ir a su casa.
Se sentía más seguro ahí, pues la oscuridad impedía que los vampiros se fijaran en el, era más común ver humanos en las zonas luminosas.
Tranquilamente, dio cada paso, sin tomar en cuenta otros sonidos.
Pero, sintió una mano en su hombro.
—¿Ai-Ai?, ¿Que haces aquí?—preguntó un hombre lobo, si, Reiji.
—¿Eh?, ¿No deberías ser ya un lobo?—preguntó Ai, volteando a ver al hombre.
—Sí, pero al estar tantos arboles aquí esta bien. Si quitaran los árboles, iría a buscar presas—dijo tranquilamente.
Ai miro a Reiji, después al suelo, y después a donde debería estar su casa.
—Esto..Reiji, ¿Por que hay sangre por aquí?—susurro, con miedo.
Reiji también llevaba sangre..
—¿Sangre?, ah, eso..—una son-
----
—¡Hey, eso debía ser un cuento infantil, no una película de terror!—exclamó un Ai, quien miraba lo que Otoya y Reiji habían creado, una adaptación de caperucita roja.
—Ups, es que..¡El espíritu hallowenesco me obligo a hacerlo!—dijo Otoya, dando una excusa sin sentido.
—Pero Ai-Ai, ¡¿Verdad que esta genial?!, tal vez algún día deberíamos grabar una película así..—exclamó Reiji, igual de animado que Otoya por halloween.
Ai coloco una mano en su frente, negando con la cabeza.
Es que los dos eran tontos, no se parecía en nada a caperucita roja.
|–›|
Hola, hola!.
Sí, otra vez estoy escribiendo rápido, pero..¡Mi querido senpai siempre me salva de trabarme a medio capitulo!.
Ahora..¿Se imaginan el final del cuento de esos dos?, por que yo si.
En fin, no tengo mucho que decir, así que..¡Gracias por leer!