Besar a NamJoon era como estar en el cielo.
JiMin sentía que podía estar pegado a los labios del mayor todo el día y eso era peligroso, porque JiMin podía volverse adicto a ellos con suma facilidad, y los dos tenían vidas demasiado ocupadas como para poder permitirse el pasárselas comiéndose a besos.
Pero no era como si JiMin fuera a quejarse si se le diera la oportunidad.
Los dos se esforzaban mucho en sus carreras, trabajaban duro por sacar buenas notas, y JiMin incluso compaginaba un empleo y encontraba tiempo para manejar su vida social y mantener su relación amorosa.
Era agotador, y de vez en cuando también merecía parar, tumbarse en la cama y disfrutar de la compañía de su novio, sin hacer nada y sin ninguna preocupación.
Raras eran las ocasiones en que los dos tenían tiempo libre suficiente como para dedicarse una tarde completa a sí mismos. Normalmente NamJoon se pasaba los días estudiando, teniendo que poner todo su empeño para poder mantener sus notas, mientras que JiMin también tenía que hacer un esfuerzo extra con su trabajo en la tienda de maquillaje y sus propias obligaciones como estudiante.
Cuando se alineaban los planetas y conseguían coincidir con su tiempo libre, JiMin insistía en salir y tener una cita como las parejas normales, porque si fuera por NamJoon, se la pasarían encerrados en casa como un matrimonio viejo.
O quizá, más bien, como una pareja de recién casados. Porque JiMin muy bien sabía que, si NamJoon y él permanecían en una superficie cómoda, tumbados en posición horizontal durante más de cinco minutos, las cosas no se mantendrían castas y puras.
La atracción y la pasión entre ellos era tan fuerte que cuando empezaban a besarse, las cosas pronto se salían de control.
Muchas veces habían tenido que separarse a la fuerza y poner distancia entre ellos para impedir que terminaran haciéndolo cuando todavía no había llegado el momento.
Después de casi tres meses la tensión sexual era tan fuerte que JiMin tenía una crisis existencial diaria, porque NamJoon lo volvía completamente loco. En su salvaje imaginación le había hecho ya de todo, mientras que en la realidad ni si quiera lo había visto desnudo y aquello le estaba haciendo perder la cabeza de deseo por su novio.
JiMin había prometido esperar, pero él sólo era humano y tenía sus propias necesidades.
Pero no era el único.
Y pese a que NamJoon era el que ponía las reglas, parecía que también estaba llegando a su límite poco a poco, sin que ninguno de los dos pudiera ponerle freno.
Se suponía que habían quedado para ver una película en la habitación de JiMin, pero no había llegado a encender la televisión cuando se le echó encima un NamJoon muy hambriento, devorándole la boca como si llevase semanas sin probar sus labios.
A JiMin no quedaba fuerza de voluntad para oponerse, y simplemente se dejó caer en la cama, viendo cómo NamJoon se subía a horcajadas sobre él, y se dejaba hacer con pasividad, relegando en NamJoon la responsabilidad de detenerse en el momento que él lo considerase oportuno, porque JiMin estaba ya cansado de contenerse.
Besos que no habían empezado de forma inocente, pronto se tornaron desesperados, insuficientes. JiMin quería tanto de NamJoon que la ropa se le hacía un obstáculo, un enemigo, una barrera que debía respetar y asegurarse de no cruzar.
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Kisses and Makeup | MinJoon |
FanfictionAmarse a uno mismo no siempre es fácil. No, cuando todo el mundo te hace creer que no vales nada, ni cuanto te presionan para seguir un camino establecido. Hay veces que no puedes hacerlo solo Hay veces que necesitas a alguien que te ayude. Alguien...