Cuando NamJoon le dijo que no sabía bailar, JiMin se preparó mentalmente para recibir pisotones, manotazos y empujones de su descoordinado novio en la pista de baile.
Lo que encontró, sin embargo, distaba mucho de lo que había esperado.
Entre la multitud de cuerpos que se movían al ritmo de la música en aquella discoteca, NamJoon era el más sexy, el que se ganaba todas las miradas.
Las luces estroboscópicas hacían brillar su piel en colores imposibles, morado, rosa, verde y azul, haciendo que JiMin descubriera que cada uno de ellos lo hacía más y más hermoso, moviéndose al son de la música como si sintiera el ritmo en las venas, como si no existiera nadie más en el mundo que ellos dos.
Al principio, NamJoon estaba reticente.
Nunca había bailado con nadie, siempre había sido demasiado tímido como para pedirle a alguien que bailara con él, o para exponerse a hacer el ridículo delante de un montón de extraños.
JiMin, sin embargo, adoraba bailar, y no había nada que quisiera más aquella noche que pasársela bailando en brazos de su novio.
NamJoon había estado toda la semana emocionado ante la idea de salir aquella noche con todos sus amigos, yendo a una de las tantas discotecas de Itaewon para celebrar el final del curso. Se suponía que sólo iban a tomarse unas copas y hacer el tonto un rato, pero cuando JiMin le propuso salir a la pista de baile, prometiéndole que no lo dejaría sólo ni un segundo, simplemente no pudo decir que no.
NamJoon estaba especialmente lindo aquella noche.
Su pelo había crecido bastante durante aquellos meses, de forma que caía dulcemente sobre su rostro, y JiMin ya era capaz de remeterlo tras su oreja. Debido a los últimos exámenes, NamJoon no había se retocado el color, de forma que estaba casi rubio, con suaves tonos rosados en algunas partes, pero igualmente hermoso.
Había escogido un atuendo sencillo y bastante discreto para lo que solía vestir últimamente, pero, como todo lo que llevaba, le sentaba de maravilla.
Unos pantalones de vinilo negro que se ajustaban a sus piernas como una segunda piel, resaltando sus gloriosos muslos y su lindo trasero. En contraste, había elegido una sencilla camiseta blanca de manga corta, con un cuello holgado que mostraba sus delicadas clavículas, dándole un toque especial con unos tirantes que parecían estilizar aún más su figura.
El toque de color lo llevaba en una camisa de cuadros, negra y roja, que le había robado a JiMin antes de salir de casa, pero que había dejado abandonada en la mesa donde se habían apostado nada más llegar al darse cuenta del calor que hacía allí dentro.
Pero el broche de oro, lo que hacía que JiMin no pudiese dejar de relamerse al mirarlo, era la gargantilla que NamJoon llevaba alrededor de su cuello. Una fina banda negra de lo más sencilla que parecía no decir nada, pero que atraía a JiMin con un magnetismo que no podía llegarse a imaginar.
Pero JiMin nunca había amado a nadie como amaba a NamJoon, y tal vez, sería ese el motivo por el que se encontrase más y más atraído por su novio con cada día que pasaba, porque su amor era real y sincero, y sabía que nunca volvería a sentir algo parecido por nadie que no fuera NamJoon.
Al principio, cuando JiMin arrastró a NamJoon a la pista de baile, el mayor había estado cortado, hiperconsciente de toda la gente a su alrededor, sintiéndose intimidado por ellos, pese a que nadie estaba prestándoles especial atención.
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Kisses and Makeup | MinJoon |
FanficAmarse a uno mismo no siempre es fácil. No, cuando todo el mundo te hace creer que no vales nada, ni cuanto te presionan para seguir un camino establecido. Hay veces que no puedes hacerlo solo Hay veces que necesitas a alguien que te ayude. Alguien...