IX
El señor Ribbon caminó en silencio por un minuto, el tiempo suficiente en el que se tomó la molestia de intentar calmarse un poco.
-lo que acabas de hacer no tiene nombre.- dijo enfadado aunque no lo gritó. Jane siguió caminando en silencio junto a Charles ignorando una vez más lo que le decían.-¡eres una verguenza y una salvaje!.
-¡tal vez si me sacaras más seguido no me comportaría de esa forma!- respondió ahora la chica girandose hacia él. Le miró con furia mientras las lagrimas le bordeaban los ojos, era sin duda un sentimiento debastador.
-después de esto no dudes en que no volverás a ver más allá de la puerta de tu habitación, y no me importa cuanto patalees y ruegues por tu libertad, tuviste una oportunidad y la desperdiciaste, me alegro de no haberte llevado a la ciudad o de lo contrario me habrías condenado de por vida.
Jane ya estaba a seis metros de distancia de su padre caminando sin decir nada.
-que bien se sienten las hojas secas crujir, hay tantas que podría hacer un ángel de ellas.- comentó la chica mientras las pisaba divertida.
-que bueno que solo se trato de Fink, a ese loco nadie le creerá.-prosiguió su padre.
-¿Charles, de verdad está loco ese relojero?- preguntó Jane sorprendida. Su padre tomó la pregunta y respondió.
-basta con que veas como viste y donde vive; solo en medio del bosque, además es muy extraño, nadie sabe mucho sobre él y siempre que va a la ciudad dice cosas muy raras pero lo que no se puede negar es que sin duda es el mejor relojero que pueda haber en todo el país, quizá por eso la corte no ha dado la orden de que sea llevado a un sanatorio mental.
Los ojos de Jane brillaron de expectación, ella lo había percibido como un loco la primera vez que lo vio pero nunca pensó en que aquella suposición fuera real.
-pero se comportó de una forma muy educada y normal.- replicó Jane dudando.
-tampoco te negaré que ese loco sabe muchas cosas y es muy astuto, sin duda a tenido una gran formación educacional pero con tantos conocimientos ¿quién sería un simple relojero?, basta con que le nombres la palabra "engranaje" o "reloj" para que hable sin parar y ni se te ocurra preguntarle la hora o bien que el te la pregunte a ti porque entonces comienza una platica sin fin.
-¿tú que piensas Charles?- preguntó la joven al chico quien caminaba en silencio, siempre su palabra le había importado más que la de su padre.
-solo creo que es diferente.- contestó este sin mirarla.
-¿yo también soy diferente?
-creo que más bien eres especial, pero si te refieres a ser diferente comparandote con Fink creo que lo eres pero de otra forma.- los ojos llamativos de Charles se posaron sobre el cabello de Jane y lo admiraron en silencio. Sin duda hasta la última gota de ella era especial y fascinante pero no había forma de explicarlo, bien lo sabía él, el señor Ribbon, los criados y todos los que la habían visto alguna vez.
-quiero recostarme sobre las hojas- repitió Jane dejando de lado el tema como si nada.
-eso sería divertido- susurró Charles.
-¿y ensuciar tu vestido?- replicó su padre molesto.- ¿sabes de donde lo importé para tí y el dineral que costó?.
-sí, creo que preferiría vestir como una criada...
-nunca, mi hija jamás llevará trapos sucios, Que desperdicio sería.
-¿A que te refieres con que desperdicio papá?- el señor Ribbon no contestó.
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Clocks and Tea
FantasyLa joven Emilie Jane ha vivido toda su vida encerrada en su hogar, lejos de la ciudad, en un prado donde solo hay silencio. Oculta por obra de su padre se decide a exigirle la libertad que tanto desea, tras un trato logra conseguir una posibilidad...