I
El leve arco de luz que entraba por los ventanales era simplemente triste, con suerte iluminaba el cuarto y lograba dejar ver los palillos y el hilo de lana negro que salía del canastillo de estambres aunque para quien tejía no era necesario verlos. Estaba tan acostumbrada a tal actividad que podía hacerlo sin mirar, de una forma mecánica y fría solía dejar que sus dedos se movieran de manera casi automática por si solos hasta terminar la pieza de lana deseada.
Al igual que el clima, ella tampoco estaba de humor.
Sentada en la misma silla, por tantas mañanas, tardes y noches así, era algo que la agobiava pues no encontraba ninguna chispa de luz en su vida exactamente como no la había en el cielo de aquel día.
No es que aquel clima fúnebre y gris no le agradara, de hecho, encontraba que un cielo lleno de nubes amenazando con llover traía muchos más beneficios que un día soleado
Primero porque en un día de lluvia hacía frío lo que era sinónimo de aumentar la cantidad de ingesta diaria de té y café, sin mencionar los deliciosos bocadillos que sin excepción eran preparados por sus cocineras para acompañar los líquidos. En segundo lugar, salir a pasear con un paraguas y batallar con las gotas de lluvia, intentando esquivarlas siempre de forma fallida para evitar mojar los vestidos, peinados y demás accesorios que componían el conjunto que no debía arruinarse. Era en pocas palabras, algo inevitable no humedecer la tela, imposible contrariar ese exquisito clima a menos que se eligiera usar un carruaje y dada esa posibilidad bajarse para hacer las compras o asistir a un evento e intentar no mojarse seguía siendo una mala opción, es decir, la lluvia de una u otra forma siempre ganaría porque en algún momento, había que hacerle frente y el paraguas no protegería lo suficiente.
Por último, para la joven, era indiscutible que su preferencia era el clima frío con días nublados o lluviosos por el solo hecho de que lo consideraba especial, siempre había sostenido la creencia de que sus felicidades o sus amados misterios le llegaban justo en aquellos días "tristes" como decía su familia (aunque ella prefería referirse a ellos como nostalgicos o bohemios) inclusive la verdad o resolución de sus enigmas eran descubiertos en ese mismo clima sin haber una diferencia jamás. Además, a veces, el sol podía ser demasiado fuerte, mucho más agotador, lo que implicaba abanicarse constantemente y soportar las altas temperaturas sin ninguna otra alternativa bajo esos pesados vestidos que solo sofocaban torturando el doble y entonces no quedaba más que rogar porque apareciera la luna anunciando la llegada de la noche.
Pero, aunque el clima parecía no estar de humor y ella tampoco, algo le decía que su rutina podría cambiar por unos preciados segundos de rumbo, después de todo, su querido clima nunca le había fallado aunque ahora con mucha mayor frecuencia había dejado de enviarle sorpresas.
Pasó casi dos horas tejiendo en la misma posición mientras miraba distraida a través del cristal, su rostro blanquecino se reflejaba de una forma casi translúcida sobre los campos verdes que parecían infinitos en el horizonte. Las flores, bailaban suavemenete con la brisa sin parecer que necesitaran del sol, ellas por sobre todo, disfrutaban cualquier clima aunque para algunos requerian de ciertos cuidados.
Muchas veces la joven había salido a jugar a los campos claros, paseaba sola o con un criado, de vez en cuando se sentaba en la hierba y comenzaba a trenzar coronas de flores, también solía recostarse boca arriba y mirar las nubes grises o blancas y se dedicaba a buscar formas y hasta crear otras. Era sin duda, un panorama delicioso, pero después de dieciseis años ya había perdido cierta fuerza. La tranquilidad era indescriptible, sin embargo, tanto silencio llegaba a resultar aburrido y eso era algo que ya no podía soportar.
No quería ante cualquier cosa, por nada del mundo, volverse alguien aburrida, ella creía que la vida sin diversión era sencillamente estar muerto y sí, se sentía muerta, pero no de una forma que no tuviera solución porque su emoción estaba simplemente dormida a la espera de aventuras, asi que soportaría estar muerta en vida hasta que llegara la ocación de revivir junto con toda su alegría.
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Clocks and Tea
FantasiLa joven Emilie Jane ha vivido toda su vida encerrada en su hogar, lejos de la ciudad, en un prado donde solo hay silencio. Oculta por obra de su padre se decide a exigirle la libertad que tanto desea, tras un trato logra conseguir una posibilidad...