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Lisa entrecerró los ojos un poco, tratando de ver más allá de las fuertes gotas de lluvia que chocan sin piedad contra el parabrisas de su auto. Ella muerde el interior de su mejilla. Odia conducir mientras llueve.

Lamentablemente ella solo se dio cuenta del clima después que dejó su lugar de trabajo.

Esta oscuro. La única luz, aparte de la tenue que proporcionan los faros de los automóviles, es producida por las estrellas que se elevan en el cielo. Ya es tarde, más tarde de lo que ella pensó. Por mucho que disfrutara del trabajo ella necesitaba descansar mucho más que otras personas.

En este momento, un poco nerviosa, Lisa intentaba concentrarse en el camino que lleva a su casa, la idea de una cama tibia y la compañía esponjosa y cálida de su mascota llenaban su mente.

Estaba pensando en tratar de instalar otra casa de juegos en su apartamento no tan grande para que Leo no se aburra después que ella se vaya al trabajo, cuando las luces del automóvil iluminaron una silueta extraña al lado de la carretera.

Lisa casi no la vio, tanto por su cuestionable manera de conducir como por la poca visibilidad que tiene debido al clima. Ella disminuyo el ritmo del auto ligeramente, considerando por un momento si debería revisar lo que vio.

Sin embargo ella, realmente quiere llegar a casa lo más rápido posible, el leve dolor en la parte inferior de su espalda le suplica que siga conduciendo hacia adelante.

— Podría ser solo basura.

"O podría ser un animal perdido" piensa la rubia

"O un grupo de gatitos abandonados, tal como lo fue su propio gato"

En ese momento ella recordó el momento en el cual encontró al pequeño hambriento y tembloroso Leo, en una caja de cartón quejándose por el hambre que tenía. Entonces ella giró el volante de su auto, haciendo que este dé un giro de 180 grados para volver a la silueta no identificada.

Pero, a medida que se acercaba, ella se daba cuenta de que no había forma de que la silueta, pertenezca a una caja llena de gatitos. Lisa no podía ver muy bien, pero el tamaño de la forma era bastante grande.

La tormenta aumento su fuerza, haciendo que la visibilidad sea aún más pobre.

La rubia detuvo su auto a pocos metros de su destino. Estaba un poco asustada, ahora ella dudaba si salir o no del vehículo.

Sin embargo no sería Lisa si ella ignoraba una llamada de auxilio.

Se acercó con cuidado, mientras la lluvia la empapaba rápidamente, ya estaba a solo unos metros de la figura cuando pudo verla más claramente.

Ella sintió un gran dolor en el pecho cuando noto lo que era la silueta.

Era una chica, acurrucada con la frente presionada contra sus rodillas, en un intento de cubrirse de la ira de la tempestad. La chica temblaba violentamente, mientras trataba de darse calor inútilmente con los brazos alrededor de su pequeña figura, su hermoso cabello castaño estaba completamente empapado al igual que la prenda blanca que cubría su cuerpo.

Lisa intenta dar un paso más cerca, pero se detuvo abruptamente. Su corazón comenzó a latir incómodamente rápido, su boca se abrió ligeramente. Ella miró a la chica, por un momento incapaz de decir nada.

La rubia solo pudo salir de su estupor cuando escuchó pequeños sollozos provenientes de la chica acurrucada en el suelo.

— Hola — Lisa habla lo más suave que podía. Sin embargo eso no evito que la castaña salte de miedo. Ella se aleja de la rubia, sus ojos gatunos se abren, sus labios están temblando debido al temor que siente en ese momento.

Lisa la mira, aturdida, mientras un sentimiento de tristeza llena su corazón.

"Ella lo sabrá".

La rubia se arrodilla en el suelo, la preocupación adorna sus rasgos cuando habla nuevamente.

— ¿Qué pasó con tus alas, pequeño ángel?

La chica mira a la rubia, le duele todo el cuerpo, su espalda, su cabeza, sus extremidades, hay una presión que prácticamente le aplasta el pecho. Pero sin vacilar en ningún momento ella responde.

— Las perdí — ella solloza fuertemente — las perdí — Lisa siente que su corazón se contrae.

— Está bien. Déjame ayudarte.

Lisa extiende una mano hacia la chica que llora. La castaña duda.

"Peligro", piensa ella.

Sin embargo la rubia la está mirando con tanta calidez, que ella siente como su debilitada determinación comienza a desmoronarse.

— Mi nombre es Lisa. Te puedo ayudar, lo prometo. Estarás bien.

A pesar que la castaña siente que no puede confiar en esa humana desconocida, ella acepta su ayuda, esta tan agotada que no puede hacer nada. Entonces deja que la rubia entrelace sus dedos con los de ella.

"Se siente bien".

— Prometo que no te lastimaré.

La castaña se deja llevar al asiento del copiloto de un auto negro. Lisa se quita su chaqueta y se la pone a la chica que está temblando a su lado, ella conduce por un tiempo, en silencio tratando de organizar sus pensamientos.

"La llevare a casa... ¿Y entonces qué?"

— ¿Cómo lo supiste? — la chica interrumpe sus pensamientos.

Lisa mira a la pequeña figura a su lado y se pregunta débilmente cómo se las arregla para parecer tan etérea en la Tierra como lo habría estado en casa.

— ¿Eres un humano especial? — la castaña sigue preguntando. Lisa asiente lentamente, mientras se concentra en la carretera.

— Si lo soy.

La castaña no vuelve a hablar, el calor de la chaqueta de Lisa y el suave movimiento del auto, hacen que sus ojos se cierren en contra de su voluntad. "Debo estar atenta" piensa, e intenta memorizar el camino. Sin embargo su cuerpo no quiere cooperar, todo su ser le está pidiendo descanso.

— Puedes dormir si quieres — Lisa le ofrece a su acompañante.

La castaña sacude la cabeza con determinación, con los ojos entrecerrados. Lisa frunce los labios un poco preocupada, pero suspira aliviada cuando nota que la furia de la tormenta está disminuyendo.

My Little Angel [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora