My Little Angel [Jenlisa]

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Jennie no puede dormir esa noche. Solo puede sentir la calidez del cuerpo de Lisa y sus brazos rodeando con firmeza su cintura. Mientras retiene las lágrimas que amenazan con desbordarse por sus ojos felinos.

Le duele el cuerpo, en realidad ha estado sucediendo durante un poco más de un mes. Al principio el dolor fue tan sutil, que ella creyó que podría vivir en la Tierra, sin embargo el dolor fue aumentando día tras día, hasta que se volvió prácticamente insoportable.

Sus extremidades parecen estar resquebrajándose a cada movimiento que hace, las articulaciones que unen sus alas con su espalda parecen estar desgarrándose poco a poco. Sin embargo aún no es comparable con el dolor que siente en el pecho, cuando piensa en dejar a Lisa.

"Sabes que no puedes quedarte", recordó las palabras de su novia.

Ella lo ha sabido desde el momento en que sus alas comenzaron a crecer nuevamente. Ese siempre había sido el plan. Esperar que sus alas sanen, para luego partir a casa.

Era tan sencillo, pero algo sucedió.

"Lisa".

Ella se enamoró perdida y profundamente de la rubia, en todas las formas en que los Guardianes murmuraban que sucedía.

Se pregunta débilmente qué pensarían de ella ahora. Lo que van a pensar las Virtudes cuando regrese.

Jennie está asustada. Tiene miedo de volver y olvidar todo. Miedo de regresar y dejar que las Virtudes la corrompan de nuevo.

"No, no los dejaré"

Se pregunta si el arrancarle las alas y lanzarla a la Tierra fue solo una pequeña parte de su castigo. Quizás todo lo que paso después también fue planeado. Tal vez sabían que se enamoraría de la dulce, cariñosa y perfecta humana Lalisa Manoban.

Tal vez sabían que ésta también se enamoraría de ella.

Jennie no tiene dudas al respecto. Lo que solo hace que su situación sea más miserable. Sabe que cuanto más se queda, más crece su amor, infinitamente por Lisa. Pero al mismo tiempo también crece el sufrimiento de ambas.

Le duele a ella. Pero también le duele a Lisa, y eso es aún más importante. Porque la rubia le ha dado tanto de sí misma, que ella solo quiere devolverle algo.

Incluso si su corazón se rompe en mil pedazos, Jennie sabe que tiene que irse. Por ella, porque tiene miedo de que su cuerpo celestial se rinda. Y más importante, por Lisa.

Su amiga.

Su chica.

Su amor.

Ella necesita irse porque cuanto más se queda, más sufre Lisa.

******

Lisa tampoco duerme.

Sabe que su amante también está despierta porque siente su respiración agitada contra su pecho. Es temprano en la mañana, y ella simplemente podría ponerse de pie y pasear por la casa hasta sentir sueño.

Pero decide quedarse recostada en la cama, sintiendo el calor del cuero de su novia contra el suyo, porque está bastante segura de que es una de las últimas ocasiones que podrá hacerlo.

No tiene palabras para describir el doloroso agujero que se ha formado en su pecho, por la inminente despedida de Jennie. Ella está destrozada.

Siente que la castaña se mueve un poco y ahora la tiene frente a frente. Ellas solo pueden ver dolor reflejado en los ojos de su pareja.