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Lisa entra a su apartamento seguida de la castaña. Ella todavía está empapada, el calor repentino de la habitación todavía no es suficiente para detener los escalofríos de su cuerpo. Sin embargo, ese no es su principal problema.

— Este es mi departamento — dice la rubia suavemente, volviéndose hacia su acompañante.

La castaña se ve un poco menos aterrada que hace unos minutos, pero sus brazos siguen abrazando su propio cuerpo.

Ellas se quedan calladas por un par de minutos hasta que, de repente, un maullido interrumpe el silencio. El gato de Lisa, todavía medio dormido, entra con gracia en la habitación para saludar a su dueña.

— Hola, Leo — la rubia dice mientras se inclina para acariciar el pelaje de su mascota — ¿Me extrañaste? — Al elevar la vista ella notó que su acompañante miraba con curiosidad al gato — Este es Leo, mi mascota.

El felino se acerca lentamente a la castaña, mirándola fijamente. Él comienza a oler a la chica manteniendo un poco de distancia y ella instintivamente se agacha un poco para mostrar la palma de su mano. Leo se acerca.

El gato analiza a la castaña por unos segundos más y parece finalmente satisfecho con los resultados, porque inmediatamente comienza a frotar su cabeza contra la mano de ésta, ronroneando en voz alta.

La castaña parece fascinada, sus ojos parecen estar brillando de cariño, por otro lado Lisa está un poco sorprendida por la actitud de su mascota.

— Por lo general, él no se lleva bien con extraños.

La chica sonríe cálidamente, mientras acaricia a Leo, ellas simplemente permanecen así por un corto tiempo hasta que Lisa nota que está siendo una pésima anfitriona, al ver temblar un poco a su acompañante.

— ¡Oh, debes estar helada! Puedes darte una ducha si quieres. Puedo prestarte algo de ropa.

Lisa es consciente del hecho de que hay miles de cosas para discutir con la castaña, pero sabe que sería inútil tratar de encontrar respuestas en este momento, ya que todo es demasiado reciente.

La otra chica frunce el ceño ligeramente, mientras piensa su respuesta.

La rubia es completamente desconocida para ella, cierto. Y bueno es "humana". Sin embargo la trajo a su propio departamento y le ofreció su propia ropa, lo que significa que no puede ser tan mala. Además ella es una "humana especial", después de todo.

— Pero tú también tienes frío — dice la castaña, observando que Lisa también esta empapada debido a la lluvia.

— No tanto, puedo soportarlo — responde la rubia, mientras mete sus manos en los bolsillos de sus jeans.

La castaña se percata del ligero temblor en las manos de Lisa, sin embargo ella se da por vencida.

— Muy bien — dice ella, todavía un poco indecisa.

— Buscaré algo que te quede bien. ¡Oh! — En ese momento un repentino pensamiento la hace detenerse abruptamente — ¿Me dirías tu nombre? — Pregunta la rubia

— No tengo nombre en la Tierra — responde la castaña.

— Lo sé. Sin embargo, puedes elegir uno. Así sabría cómo dirigirme a ti.

— Soy Jennie — dice la castaña. Es extraño, porque ella ni siquiera tiene que pensarlo. Simplemente se siente bien con ese nombre.

— Jennie — Lisa repite suavemente.

La castaña no sabe qué le pasa, su corazón parece latir velozmente, mientras que una gran sonrisa se posa en sus labios. Solo escuchar como la rubia pronuncia su nuevo nombre, hace que ella este realmente feliz con su elección.

My Little Angel [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora