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Lisa despierta al oír la dulce voz de su pareja.

— Despierta amor.

Los dedos de Jennie vagan por su cabello suavemente, que siente la tentación de mantener los ojos cerrados, pero vuelve a escuchar la dulce voz de Jennie llamándola — Buenos días amor.

Lisa sonríe antes de parpadear perezosamente, y ver al ser más hermoso que jamás haya visto, frente a ella.

— Buenos días Nini.

Lentamente, la rubia pasa sus manos por la nuca de Jennie, atrayéndola para picotearle las mejillas repetidamente. La castaña ríe tiernamente. Luego de unos segundos, Lisa se detiene, sosteniendo el rostro de su amante con la palma de sus manos, mientras la mira llena de amor.

— ¿Me darás un beso ahora? — Jennie pregunta, mientras sus uñas rascan los hombros de Lisa débilmente.

— Acabas de recibir varios — responde Lisa juguetonamente.

Jennie pone mala cara y hace un puchero, mientras la rubia se muerde el labio inferior para no ceder con demasiada facilidad ante la ternura de su pareja.

— Sabes a lo que me refiero — se queja Jennie de manera infantil.

Lisa se rinde fácilmente. Atrae a su amante una vez más, rozando sus labios tiernamente por unos segundos, antes de finalmente besarla lentamente. Es una exquisitez, definitivamente es algo que ambas disfrutan a pleno. Esa sensación de calidez que las llena de felicidad.

Entonces Jennie se aleja, estremeciéndose un poco. Lisa frunce el ceño.

— ¿Qué pasa, princesa? — La castaña sonríe de forma bastante extraña, como si tratara de desechar un sentimiento.

— No es nada, amor. Me cansé de estar en esa posición.

Durante el último mes, la castaña ha estado haciendo pequeñas muecas de dolor, casi imperceptibles. Por supuesto que la rubia ha notado cada una de ellas. Ciertamente Jennie ha estado muy pegada a Lisa sin importar dónde se encuentren.

Entonces una vez más, la dulce voz de la castaña la saca de sus pensamientos. Mientras sonríe, señala con el dedo la mesita de noche junto a la cama de Lisa — ¡Te hice el desayuno! — dice, alegremente.

La rubia vuelve la cabeza rápidamente hacia el lugar indicado, sorprendida por no haberse dado cuenta antes de la bandeja completamente llena de comida al lado de su cama. Sonríe de inmediato, mirando los platos que Jennie preparó con amor.

— Princesa, no tenías que hacerlo — lleva la mano derecha de Jennie a sus labios para presionar algunos besos allí — Me encanta todo. Huele delicioso. ¡Gracias!

Jennie inclina la cabeza casi con timidez — Bueno... Es una ocasión especial, ¿no?

Lisa lucha contra una sonrisa y decide hacerse la tonta por un momento.

— ¿Sí? ¿Por qué?

Jennie entristece al escuchar la respuesta de la rubia. Entonces Lisa se acerca para abrazarla fuertemente.

— Solo bromeaba, solo bromeaba. ¡Sé que tuvimos nuestra primera cita hace dos meses!

La castaña golpea el brazo de Lisa juguetonamente, mientras se sonroja levemente.

— No voy a cocinar para ti nunca más.

— No te enojes, Nini. Mira, ¡hasta te compré algo! — Rápidamente Lisa busca algo en uno de los cajones de su armario. Luego de unos segundos saca una caja negra que le da a Jennie, sonriendo tímidamente — Para ti, mi pequeño ángel.

My Little Angel [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora