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Jennie se despierta pacíficamente justo cuando sale el sol. Todavía con sueño, se sienta en la cama parpadeando rápidamente, los distantes sonidos de pasos fuera de la habitación le informan que Lisa también está despierta.

Jennie decide levantarse de inmediato. La rubia ha sido tan generosa con ella que siente la necesidad de ayudarla en algo. Entonces estira sus extremidades casi como un gato y finalmente deja la cama. Justo cuando llegó al pasillo, un suave pelaje que le acaricia los tobillos la detiene por un momento. Ella le sonríe a Leo, quien a cambio ronronea ruidosamente.

— Hola, pequeño — Jennie saluda al felino mientras se agacha para acariciarlo detrás de sus orejas — ¿listo para comenzar el día?

Obviamente Leo no responde, pero sigue empujando su pequeña cabeza con insistencia contra la mano de la castaña, por lo que ella adivina que es algún tipo de respuesta.

Jennie se estira una vez más antes de dirigirse a la cocina. Y allí encuentra a Lisa. Su largo cabello rubio está un poco desordenado después de algunas horas de sueño. Ella está inclinada ligeramente frente a la nevera abierta, tarareando una melodía suave que Jennie se pregunta si es una canción de cuna.

"Ella hace eso mucho", piensa la castaña.

Jennie decide no interrumpirla. Sin embargo, Lisa detiene su canción a mitad de camino, al obtener algunos productos del refrigerador, por lo que la castaña se decide finalmente a hablar.

— Hola Lisa — La rubia no parece sobresaltada por el repentino saludo, simplemente se vuelve hacia Jennie con una gran sonrisa.

— Hola, Nini. ¿Dormiste bien? — La castaña devuelve el gesto antes de asentir.

— Si, gracias.

— ¡Me alegro! Puedes descansar un poco más, el desayuno aún no está listo — Jennie inclina la cabeza mientras trata de mirar los ingredientes que Lisa eligió.

— ¿Qué estás preparando? — Pregunta la castaña. Lisa sonríe traviesamente.

— ¡Es una sorpresa!

— ¿Puedo ayudarte? — Jennie intenta no hacer pucheros infantiles, para que la rubia no se vea obligada a dejar que la ayude.

— ¡No, Nini! Echarás a perder la sorpresa. — La forma en que la voz de la rubia se eleva un poco al final casi hace que Jennie se rinda. Casi.

— Pero quiero ayudar — dice Jennie, haciendo un pequeño berrinche mientras se acerca a la rubia.

— Puedes ayudarme más tarde.

Jennie levanta una ceja. Al diablo con la madurez humana, ella ahora está usando su as bajo la manga. Sabe que de alguna manera funciona en Lisa.

— Por favor — dice inocentemente mirando a la rubia, mientras hace el puchero más adorable que puede. Lisa se sonroja y murmura algo que ella no puede escuchar.

— Esta bien — acepta la rubia — prepararemos el desayuno juntas.

Jennie sonríe mostrando su perfecta dentadura, mientras asiente efusivamente.

— ¿Qué haremos, entonces? — pregunta la castaña

— Algunos huevos, tostadas y algunos waffles. ¡Ah, y ensalada de frutas! — Jennie mira a la rubia con la boca entreabierta.

— ¿No crees... que eso es demasiado?

— Bueno... — Lisa piensa su respuesta por unos segundos — podría ser. ¡Pero quiero que pruebes todo! Además puedes comer las sobras para el almuerzo — Las cejas de Jennie se fruncen ligeramente.

My Little Angel [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora