Capítulo 7

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En este cuaderno suelo escribir únicamente anotaciones referentes a mi trabajo, pero me parece que es mi deber escribir sobre esto también, quizá no tenga mucho tiempo, así que debo ir rápido.Mi nombre es Frank Meyer, soy un lingüista perteneciente a una expedición realizada por la "SS-Ahnenerbe" para encontrar la mítica ciudad perdida de "Agartha" que se encontraba en el centro de la tierra.La verdad es que en un principio, pensaba en esta expedición como una gran pérdida de tiempo, "Agartha" me parecía un lugar fantasioso, un simple mito. Pero terminé formando parte de la organización y por tanto, de esta expedición, debido a mi fascinación tanto por la mitología como por el imponente imperio alemán, el cual sería la envidia de Julio Cesar.Entré a la "SS-Ahnenerbe" en enero de 1943 gracias a mi tío, Herman Meyer, quien había pertenecido a la "Ahnenerbe" desde 1938 y había participado en las expediciones al Tíbet. Él sigue siendo miembro activo de la organización tras su Absorción por la "SS" y fue quien logró incluirme en esta expedición.Gracias a ser familia, pude ganar confianza con relativa facilidad entre los miembros de la organización y conocí los planes expedicionarios de esta misma hacia la Antártida.Conocí sobre las dos primeras expediciones ejecutadas en 1942, las cuales fueron un total fracaso, debido a que ninguno de los expedicionarios logró salir con vida del lugar. A pesar de tener cierto conocimiento dentro de la organización, algunas cosas nunca logré saber en totalidad.Un claro ejemplo de esto, eran algunas de las anteriores expediciones a distintas partes del mundo y sus motivos. Ni siquiera logré averiguar en su totalidad del motivo de esta expedición.Oí rumores de que esta última expedición había sido organizada como un plan de respaldo para ganar la guerra, debido a las derrotas que sufrió el ejercito en combate, las cuales nos habían costado ya no solo tropas, si no también territorio y probablemente la guerra...Este viaje terminó siendo una especie de escape al cual los altos mandos disfrazaban de "estrategia".A pesar de haber ganado algo de "confianza" los soldados y dirigentes de la organización son demasiado rígidos y no creo que dicha "confianza" era la suficiente. De hecho, sentía como en todo momento me vigilaban.El otro motivo de la expedición, era una especie de experimento, para tratar de demostrar algo con respecto a un "cuaderno perdido en el tiempo" pero poco más pude saber.Escribo esto sin miedo a lo que pueda pasar si logramos salir de la tierra hueca, debido a que es posible que solo uno de los dos salga con vida, y puede que no sea yo...Nuestro viaje se realizó con solo dos embarcaciones, utilizando dos naves "U-Boot" para transportar a los soldados. Mientras que se utilizaron tres "Bismarck" para transportar los vehículos terrestres y tres "Graf Zeppelin" para los aéreos. Yo fui asignado a la segunda embarcación, La cual sufrió un ataque por parte de los soviéticos, quienes lograron conocer nuestro objetivo y trataron de detenernos; afortunadamente los infra hombres no fueron rivales, aunque la experiencia no fue nada agradable... Fueron doce días de un largo viaje.Durante un tiempo en la nave, pude conocer a parte del grupo expedicionario, como al teniente Ferdinand, un hombre bastante interesante con muchas historias que contar, un tanto alegre para pertenecer a las "SS" y con el que tuve gran oportunidad de conversar, aunque esto mayormente era cuando se le pasaba la bebida en el poco tiempo libre que teníamos... De todas formas, que en paz descanse...No puedo decir lo mismo del cabo segundo Ancel... El aún es mi compañero, pero puede que pronto eso cambie...Conocí también a un médico y otros tantos soldados, con los que solía conversar en los ratos libres, aunque en su mayoría eran todos muy reservados y serios.Sin embargo pude llevar esos cinco días de mejor manera, gracias a la compañía de Adalia, una amiga que había hecho pocos días antes de empezar la embarcación.La verdad es que era extraño ver a mujeres en la "SS-Ahnenerbe", en su mayoría eran científicas y muy pocas militares o por lo menos no encontré gran cantidad.Adalia era una historiadora, fanática de los mitos y las civilizaciones "ficticias", como "Atlantis" y "Agartha", gusto que compartía, aunque a diferencia de ella, yo no tenía ni la más mínima creencia de que estas existiesen realmente.Si bien me gustaba la mitología, no era una motivación lo suficientemente fuerte para lanzarme a una expedición, como dije antes, el entrar a esta expedición no fue decisión mía en su totalidad...Sin embargo tuve la fortuna de conocerla, una mujer interesante aunque reservada y un tanto fuerte de carácter, un comportamiento habitual en la organización. Pocas bromas le hacían gracia y no le gustaba hablar mucho de temas triviales o personales como familia o pasatiempos.Pero cuando tocaba muy cuidadosamente temas históricos u ocultistas, era la mujer más conversadora del mundo, se emocionaba tanto que pocas veces podía intervenir con opiniones y conocimientos respecto a los temas tratados.Gran parte de mis conocimientos sobre Agartha, Atlantis, Brafil, La isla de C'Zujaj, vinieron a mí gracias a nuestras conversaciones. Adalia me hizo saber muchas cosas que hoy en día me fueron muy útiles.Con ella traté también de hablar un poco sobre expediciones un tanto confidenciales, de las cuales mi tío me había platicado un poco y sobre las cuales había investigado, como por ejemplo: La futura expedición hacia el océano atlántico, donde desde el fondo de las aguas, se registraban lecturas de calor bastante elevadas, que pertenecían a un extraño ser de caracteres desconocidos. Así como traté de preguntarle de su conocimiento acerca de la expedición a Argentina, con la intención de encontrar a unos supuestos "Gigantes" que moraban por las zonas rurales del país.Sin embargo ella a pesar de notársele un cierto conocimiento de los temas, siempre callaba o cambiaba la conversación.Siempre disfrutaba ver ese brillo en sus ojos cuando hablábamos de estos temas, ella creía en estos antiguos mitos y civilizaciones, transmitía un apasionado sentimiento, un calor increíble...Ojalá pudiera decirle... que la tierra hueca es real, aunque aparentemente, no somos los primeros en encontrarla.Hace milenios, hubo un tiempo en que, la raza a la cual consideramos inferior, se alzaba como un imperio. Sin embargo, no fueron tan fuertes para sobrevivir y terminaron conquistados por su ineptitud.Pero antes de eso en los cimientos de su civilización, estos ocultaron conocimientos que iban más allá de los nuestros acerca del mundo y tal vez, el universo.La civilización más antigua del mundo, fue la primera en llegar a la tierra hueca. Los egipcios guardaban más que cadáveres en sus pirámides, ellos guardaban un camino hacia este lugar, y quizá hacia muchos otros que son igual de crípticos.¿Pero que es la tierra hueca? ¿Es acaso un mundo subterráneo? ¿Un plano distinto al que conocemos? ¿U otro planeta? Lo que sé, es que de alguna forma, tanto ellos como nosotros llegamos al mismo lugar. Pero mientras que ellos logran crear sus metrópolis aquí, nosotros llegamos derrotados.Al llegar aquí solo encontramos rastros de lo que ellos crearon y un desierto infinito. Pero donde todo parecía estar muerto, encontramos a los últimos hombres de esa raza inferior y tuve tiempo de conocer su oscuro pasado...De alguna forma habían logrado sobrevivir sin agua o cultivos, sin embargo es probable que tuviesen acceso la carne de la fauna del lugar, la cual tuvimos la desgracia de encontrar antes de llegar a la ciudad.Pero me he adelantado demasiado, pues antes de llegar a este lugar tuvimos que pasar por varios problemas y pérdidas, y sería mucho mejor contarlas para que pueda entenderse, que fue lo que nos pasó una vez en la tierra hueca.Tras cinco días de calma y aburrimiento, en el viaje hacia la Antártida, empezó un frenético combate contra las tropas enemigas, disparos, gritos y explosiones, era lo único que se podía escuchar afuera. Era de mañana cuando todo había empezado, me había levantado debido a los disparos. ¿Ingleses? ¿O quizá soviéticos? Para ese entonces no lo sabía.Pero logramos llegar exitosamente al continente a pesar de las bajas. Y después de desembarcar apresuradamente, nos montamos en los vehículos en dirección hacia las heladas fauces de lo desconocido...Estuvimos viajando en los camiones durante muchas horas, y lo único que se podía ver a la distancia era el vacío, un desierto helado con pocos animales y algunas montañas. Todos estábamos en tensión por los eventos antes sucedidos. Mientras que unos solo se quedaban silenciosos y pensativos, otros como yo tratábamos de distraernos. Ver el desolado paisaje, se me hacia algo... Relajante.Pero llegado al punto marcado según los mapas, los momentos de tranquilidad se esfumaron. Una gran tormenta golpeó repentinamente nuestros vehículos, una tormenta como ninguna otra, era como si la misma tuviese vida propia y tratase de decirnos que no nos permitía conocer aquello que se ocultaba en lo profundo del lugar. Tan fría que atravesó nuestros abrigos como si no existieran, así como nos dejó a todos sordos y mudos debido al intenso ruido que provocaba los despiadados ventarrones de la ventisca. Rápido abrí mi mochila, busqué todo aquello que pudiera servirme para abrigarme y tratar de no morir por el frío, sábanas, ropa extra, todo servía, pero nada parecía ser suficiente...

AgarthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora