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-¿Listo?- Dijo May a su hermano mirando más allá del puente.
-Por supuesto- Chocó el puño con May.
Los ocho chicos caminaron. A la mitad del puente Owen frenó a May.
-Estamos en el medio del puente. Aquí es donde menos gente alrededor tendremos, donde mejor puede llegar a funcionar esto.- Abrió el libro de hechizos donde lo había marcado.
-brújula que inútil me resultas- Dijo mirando una pequeña brújula rota- Ayúdame y muéstrame hacia donde encontraré el peligro.
La brújula solo giró débilmente.
May y Helen repitieron al unísono lo que Owen había dicho, la brújula giró un poco y señaló hacia un costado. Los tres gritaron victoriosos. Lo habían logrado.
La punta de la brújula, roja anteriormente, era dorada y brillaba.
-Pero...- Dijo Dustin- No hay puente que llegue hasta allí, solo mar.
-Tenía todo pensado, Dus- Dijo Owen sacando una bolsita azul de su bolso.
-Polvo de hadas- Dijo Emma sonriendo- Si que piensas bien, lagartija.
-¿De donde lo sacaste?- Preguntó May- Se supone que eso estaba escondido...
-No es la bolsa de mamá y papá... es mi propia bolsa, conozco un lugar lleno de esto... Pero es un secreto- Dijo guiñándole un ojo a Emma.
-Mas te vale que esto funcione. No voy a ir a pedirle la moto prestada a mamá.
-May, confía en el- Emma se puso entre sus amigos- Sabe que está haciendo.
- Un trozo basta para volar toda la noche- Dijeron Owen y Emma a la vez, mientras le daban un trozo a May y otro a Helen.
Repartieron para todos, luego lo aplastaron, convirtiéndo la piedra en un polvo dorado, muy brillante.
Emma puso un poco del polvo en un mechón de pelo y vio divertida como este volaba. Luego se lo espolvoreó por todo el cuerpo y voló suavemente.
Owen fue el primero en imitarla, luego Hork, Jules, Cora, Dustin y por último Helen y May.
May no lograba controlar su cuerpo volando. Emma la tomó del brazo y la ayudó a sostenerse.
-Es como nadar, pero en el aire ¿no es genial?- La hija de Evie río mientras arrastraba a su mejor amiga por los aires.
-¡Síganme!- Gritó Owen mientras tomaba la brújula.
Volaron durante quince minutos, hasta que llegaron a un islote abandonado. La brújula comenzó a girar locamente. El grupo se detuvo y descendió.
-Supongo que ahora tendremos que buscar solos- Dijo Owen resignado cuando vio el islote.
Era muy pequeño. Había dos palmeras y una casilla de piedra, en la que una persona no podría vivir.
- ¿Estás seguro que ese "peligro" viene de esto?- Dijo Dustin señalando lo que había a su alrededor.
- No. Pero estamos hablando de magia ¿no? Todo es posible...
-¡Chicos miren!- Dijo Jules de pronto.
Había abierto la casilla y no era un baño escondido, como Dustin supuso, era una escalera, que bajaba y bajaba, y no se le veía un final.
May chocó los cinco con el hijo de Jay y Lonnie y miró a su hermano.
-Después de ti, Owen.

Un felices por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora