Capítulo 8

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Los pasillos de la Zona del Terror eran un caos, robots contra soldados. Ambos iban bastante parejos y más cuando robots hordianos comenzaron a llegar auxiliando a los guerreros.

Entrapta y Scorpia estaban en el laboratorio tratando de ganar la pelea que se desataba fuera, Entrapta enviaba a todos los robots que podía y controlaba las armas de algunos con sus computadoras, mientras Scorpia se aseguraba de que nadie entrará al lugar.

Ambas estaban muy preocupadas por Catra, pues pudieron ver cómo está era llevada por los guardias, no pudieron observar más de ahí pero al darse cuenta de que Adora aún no regresaba, se hacían una idea de que algo probablemente no había salido bien allá.

Bow trataba de proteger a las máquinas que más daño hacían, para así tener más oportunidades de ganar, el también estaba muy preocupado por Adora y Catra, pero tenían que acabar con los soldados para después poder ayudarles.

El moreno al estar constantemente pensando en las chicas no se percató de que un robot estaba a punto de embestirle por detrás, y cuando lo hizo, era tarde, la máquina estaba lista para atacar. Bow cerró los ojos esperando el impacto... Impacto que no llegó, más bien sintió una pequeña brisa llegar a su rostro, se secó con una mano y abrió los ojos confundido.

Y se sorprendió al ver al robot siendo lanzado por una gran ola de agua, el moreno se volteó y sonrió al ver a Mermista lanzando agua a cuántos robots se le atravesaban en el camino, y no solo estaba ella, si no que también el resto de princesas.

Glimmer apareció a un lado de Bow sorprendiendo a este último y sacándole una gran sonrisa. La pelirosa al verlo rodó los ojos.

- No digas nada, vengo a ayudar a Adora - terminó de decir y corrió a atacar al soldado más cercano a ella.

Bow sólo sonrió negando, era obvio que la morena había venido a ayudar a todos, incluso a Catra. Y sin más, el chico siguió lanzando flechas ayudando a sus amigas.

[…]

- ¡Catra! ¡¿Puedes oírme?! - gritó Adora con todas sus fuerzas mientras corría detrás de la felina siendo llevada por las sombras.

La rubia no recibió respuesta por parte de la morena, lo que la preocupó mucho, ya habia pasado bastante tiempo inconsciente.

Después de un rato, Adora se percató de que las sombras se estaban dirigiendo a la guarida de Hordak, eso la preocupó aún más, aún no estaba lista para pelear contra el tirano, además, la vida de Catra estaba en juego, no había tiempo para esas cosas.

Tenía que idear algo rápido, tenía que recuperar a Catra cuanto antes.

Cuando salió de sus pensamientos se dió cuenta de que ya se encontraba en la guarida de Hordak, la rubia paró en seco, y un poco intimidada miró a todos lados en busca de Catra.

Más no había rastro de la felina en ninguna parte, la rubia comenzó a avanzar en el tétrico lugar, alumbrando un poco con su espada. Se acercaba al gran trono que yacía frente a ella, cuando de repente escucha un fuerte golpe detrás de ella, Adora voltea lo más rápido que puede y suelta un jadeó al ver a Catra tirada en el piso, inmóvil.

La alta no perdió tiempo y corrió hacia la morena, se hincó y con cuidado tomó el cuerpo de la pequeña, buscó su pulso y a duras penas lo encontró, era muy débil.

La rubia iba a cargar a Catra, cuando unas pequeñas risas la detienen. Esta se volteó muy enojada y puede ver como Shadow Weaver se acerca a ella desde las sombras, Adora se levanta rápidamente dejando a Catra detrás de ella, protegiéndola.

- ¡Eres un maldito monstruo! - le grita Adora a la mujer.

- Oh, Adora... No sabes cuando me duele escuchar esas palabras, siempre has sido mi orgullo. Solo quiero que estemos juntas de nuevo, sin embargo, no puedo dejar que salves a ese animal. Solo es un obstáculo, siempre lo ha sido - habló lentamente la mujer con un tono de voz algo meloso, haciendo enojar a Adora.

- ¡No! Tú... Tú siempre fuiste nuestro obstáculo, te esmerabas para que Catra sintiera rencor por mí, para que ambas nos odiáramos. Y yo nunca me di cuenta... Fue mi error, pero estoy dispuesta a repararlo ¡Comenzando por acabar contigo! - sin previo aviso la gran rubia suelta un fuerte golpe hacia la mujer, pero esta no se molestó en esquivarlo, tan solo un moviendo de su mano y Adora yacía inmóvil frente a ella, con las sombras envolviendola por todos lados.

- Ay Adora, creí que eras más inteligente, como yo te había enseñado… Veo que me equivoqué, en fin, con unos cuantos repasos seguro que lo vuelves a aprender… Ahora si me disculpas - finalizó la de la máscara para luego comenzar a caminar hacia la felina.

Adora al darse cuenta de ello, suelta un gruñido y trata de alejar las sombras de ella. A medida que Shadow Weaver se acercaba a Catra, Adora sentía aún más desesperación, a tal grado que su espada comenzó a emitir una fuerte y radiante luz, haciendo que Shadow Weaver paré en seco.

Adora grita y con todas su fuerzas logra escapar de las sombras, que pronto Shadow Weaver se encargó de manejar para que volvieran a atrapar a Adora. Pero fue en vano, pues la rubia las esquivaba fácilmente y en un movimiento rápido, corrió hacia Shadow Weaver y con un fuerte golpe la alejó de Catra, éste al ser tan fuerte, hirió de gravedad a la vieja mujer, quedando en el suelo, sin escapatoria.

Adora respiraba con dificultad. El enojo, el miedo y la adrenalina que sentía en ese momento no ayudaban a su mente. Se acercó lentamente y al estar frente a la mujer, alzó su espada.

- Oh Adora, podrás ser muchas cosas, pero no una asesina, y mucho menos de tu antigua figura materna, no tienes las agallas - se mofó la débil mujer.

- No dejaré que nos vuelvas a hacer daño, ni a mí, ni mucho menos a Catra. Ya has hecho suficiente, además... Sí, si tengo las agallas - sin más deja caer su espada en el vientre de la mujer, ésta soltando un fuerte gemido de dolor.

Aunque Adora se desconcertó al escuchar algunos aplausos de fondo. Levantó la mirada con cuidado y pudo presenciar a Hordak a unos metros frente a ella.

- Bravo, al parecer te subestimé She-ra - hablo lentamente el hombre, mientras cesaba los aplausos.

- ¿Qué? - Adora sacó rápidamente la espada del cuerpo inmóvil de Shadow Weaver.

- Tal parece que algo de nuestras raíces se quedó en tí, me alegra, nos podrías ser muy útil entre nuestras filas - propuso el tirano, pero la rubia se quedó paralizada

¿Acaso…?

- ¿Todo fue…? -

- ¿Una prueba? Sí - interrumpió el hombre a la princesa, dejando a esta en un pequeño estado de shock, pero que pronto se desvaneció.

- Agh, estoy harta de este lugar… - sin más que decir dió media vuelta y se dispuso a tomar a Catra, sin embargo, un fuerte golpe la hizo volar hasta la pared.

- Bueno… Debo decir que estoy decepcionado, me hubiera gustado tenerte entre mis tropas. Pero si tiene que ser así, que así sea - dicho esto, varios robots salieron de la sala, comenzando a atacar hacia la rubia y la felina.

Adora se levantó y enseguida convirtió su espada en un escudo, cubriendo a Catra y así misma con el. Mientras eran atacadas, Adora miró a la morena esperando un movimiento, un sonido, cualquier cosa por parte de la felina, pero no hubo nada. La rubia dejó caer unas cuantas lágrimas y agrandó aún más el escudo, pues los disparos comenzaban a aumentar.

Estaban atrapadas, realmente Adora creyó que no lo iban a lograr está vez, además, ya no tenía sentido. Si Catra llegaba a morir ahí ¿Qué mierda haría?

Cualquier mínima esperanza que Adora tenía, se disipó rápidamente al ver como Hordak, personalmente, se acercaba a ellas y sacaba un arma de su cinturón.

¿Acaso este sería su fin?




Hey, lamento la tardanza, pero la preparatoria ha estado muy pesada últimamente. Aún así, trataré de no tardar tanto para el próximo cap. :')

My Foolish LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora