10; hello.

29 1 0
                                    

     Un mes. Había pasado exactamente un mes desde que Dean y yo habíamos hablado sobre cuándo me iría.

     Por una parte quería quedarme, pero por otra sabía que irme sería lo mejor para todos. Me sentía jodidamente impotente.

     Quedaban cinco minutos para que acabara la clase, cinco largos e interminables minutos, aunque siempre era mejor que ir a la cafetería y tener que ver como una panda de simios extra hormonados babean por la misma copa de sujetador.

     Una vez sonó el timbre, recogí mis cosas rápidamente, hasta que noté a alguien detrás mía, mirando, con los ojos abiertos, mi trasero.

        - ¿Qué coño quieres ahora Jonan?

        - Me preguntaba si quizás quisieras comer conmigo hoy, no sé, quiero conocerte - sonrió coquetamente.-

        - ¿Me puedes dar un momento para pensarlo?

        - Claro princesa.

     Sonreía mucho, y de una forma que no me gustaba.

     Digo, parecía un baboso idiota, para nada agradable a la vista.

        - Uhm… no.

     Podía ver como se tensaba al poco de decir mi respuesta.

        - ¿Cómo que no?

        - Pues que no, ahora si me disculpas, me voy.

     Mientras salía pude oír un par de gritos.

        - ¡Esto no quedará así, Bayot!

     Me giré para verle la cara.

        - ¡Claro que sí, lo que digas!

***

     Decidí coger simplemente una manzana y una botella de agua, no tenía mucha hambre y después de todo, tenía que estudiar para la siguiente hora, así que me senté en la misma mesa del fondo, la de al lado de la ventana, y saqué los libros.

     Habían pasado como unos cinco minutos más o menos desde que llegué hasta que alguien tocó mi hombro.

        - Hey.

        - Hey, ¿qué haces aquí?

     Me miró sorprendido, pues no sabía a qué me refería.

        - ¿Estudio aquí?- elevó una ceja.-

        - Digo en la mesa, ¿por qué no estás con tus amigos?

        - ¿Quieres que me vaya o algo?

        - No, no, no es eso, es que no quiero que te acabes distanciando de ellos, por algo que no vale la pena tener.

        - No digas eso, lo que sea que somos, vale la pena, completamente - suspiró - y tranquila, no les voy a dar de lado, sigo quedando con ellos.

        - ¿Seguro?

        - Más que nunca. ¿Qué haces?

     Odiaba sus cambios de conversación, siempre lo hacía cuando sabía que yo tenía razón.

        - Estudiar, tengo examen después.

     Volví a meter la cabeza en los libros, pero Dean me zarandeó un poco llamando mi atención.

        - Come algo Uxía.

        - Sabes que no me gusta comer en público.

        - Pero venga, ¿una manzana y agua? Te acabarás desmayando un día de estos.

        - Si no me ha pasado ya, no creo que me pase.

     Dean se quedó en silencio, pensando supongo, pero luego puso su mirada en mi brazo izquierdo, frunciendo las cejas.

        - Déjame ver tu brazo.

     Espera, ¿había oído mal, verdad?

        - ¿Qué?

        - Lo has oído perfectamente, déjame ver tu brazo.

        - No, esto es suficiente, me voy.

     Cogí mis libro y en cuanto los metí en la mochila, me largué de ahí pisando fuerte.

     Ya a mitad del pasillo siento que alguien me agarra de la cadera, haciendo que automáticamente me dé la vuelta.

        - ¿Qué escondes, Uxía?

        - Nada. Suelta , me haces daño Dean.

        - No hasta que me enseñes el brazo.

        - Sólo confía en mí por una vez en tu vida, ¿vale?

     Me miraba como intentando entrar en mi mente y conocer cada uno de mis pasos incluso antes de hacerlos.

        - No puedo confiar en alguien que no tampoco confía en mí.

        - Confío en ti, Dean.

        - Pues no lo parece cuando te digo que te quedes, que todo va a salir bien- gritó.

        - Es porque no va salir bien joder- a este punto yo también gritaba. No sabía ni podía controlar la situación, y nunca antes me había pasado.

        - Pues entonces no me pidas que confíe en ti - susurró -.

     Se fue alejando de mí, lentamente, y era como si me quitaran un pedacito del alma.

***

     No volvió a ir a clase, ni a mi casa, tampoco estaba en la suya, y no apareció por mi trabajo. Joder estaba preocupada por él, imbécil.

     Sólo me quedaba un sitio por mirar, y si no estaba ahí, era que Dean había decidido alejarse de mi vida.

     Para siempre.

***

        - Hola.

        - Hola.

        - Pensé que no fumabas, la verdad.

        - Hay muchas cosas que pensabas de mí, Uxía.

        - Lo sé -reí-, escucha, siento todo lo que pasó ¿vale? La cagué y me arrepiento, pero me sale solo.

        - Estuvimos saliendo, sé como eres. Te conozco más que a nadie, y también sé que lo que hiciste fue porque nunca superarás a Lucas, pero tienes que pasar página.

     En ese momento bajé la cabeza. Todo lo que decía era cierto. Nunca podré olvidar su muerte, fue delante de mis ojos, y por mi culpa, ¿cómo poder seguir adelante con eso en tu mente?

        - Mira... puede que no fuese la mejor, y que no supiese amarte como merecías, pero lo hice a mi manera, y te necesito ahora.

        - Sabes que puedes confiar en mí siempre.

        - Necesito que me ayudes.

        - ¿Nombre?

        - Dean. Tienes que encontrarlo, por favor.

        - Lo haré.

        - Muchas gracias Ally.

        - De nada Xía.

        - Te quiero.

     Al poco sentí como me abrazaba y pude llorar acurrucada y engida entre sus brazos.

Vacía [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora