¡2!

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—Un asesinato en la avenida InkaGayo. Un Alfa de 45 años mató a su hermano Alfa de 20 años. Parece que hubo una discusión durante la cena, y las cosas pasaron a mayores. En la casa se encontraba también los Omegas de ambos Alfas y tres cachorros —Jin hyung comentó mientras se servía una taza de café—. El cuerpo ya está en la morgue y el Alfa mayor en la sala de interrogatorios. JiMin, te necesito con él. ChanYeol, tú con la Omega del acusado y JongIn con el otro Omega. SanHa, los cachorros son lo tuyo.

Mordí mi dona de chocolate mientras asentía. SeokJin sonrío y se sentó en la silla principal. Si no fuera porque NamJoon es el jefe, creería que Jin lo es.

—Hyung, ¿Crees que puedas hacerme un favor? —pregunté. Dejé mi dona en mi plato y tomé una gomita de otro plato—. Necesito que alguien vaya urgentemente a una pizzería y me compre pan de ajo.

Todos en la mesa se pararon al instante y salieron de la habitación. ¿Qué raro? ¿Acaso todos van por mi pizza?

—Luego Jiminnie, ahora debemos trabajar —Jin cerró sus ojos. Lucia más cansado de lo normal.

Tomé el plato de mis gomitas y mi vaso de helado. Caminé directo a la sala de interrogatorios. Por poco y se me cae mi donita de chocolate. Malditos, a alguien se le debió de haber antojado.

—¡Hey tú! —observé a un chico que sacaba algunas copias—. Necesito una rebanada de pastel, un vaso de café, una caja de chocolates y tres bombones blancos de los grandes.

El chico me miró sin saber que hacer.

—¡Muévete, no tengo todo el día! —sacudí mi cabeza—. ¡Algunos venimos a trabajar aquí!

El chico soltó las hojas y salió corriendo. Ja, novatos.

Abrí la puerta de la sala, el chico tras de mi dejó toda la comida sobre la mesilla y salió corriendo, de nuevo. Yo comía pollo frito, crujiente ñam ñam. Con grasa aún en mi boca observé al Alfa frente a mí. Era ya mayor y su pelo tenía varias canas, su camisa estaba manchada con sangre y sus arrugas se veían muy tenebrosas. Un Alfa seguía siendo muy fuerte sin importar su edad.

—Señor, buenas tardes. Soy el oficial Min JiMin. Ahora impartiré un interrogatorio —anuncié sentándome para tomar uno de los bombones—. Perdone, últimamente tengo mucha hambre. ¿Cree que engordé?

—Pues, a ese paso que va... —murmuró suavemente mirando a otro lado.

—¿Me está diciendo gordo? —pregunté indignado. ¿Quién se cree este?

—No, de ninguna manera —respondió un poco más alto.

—¡Ah! ¿Ahora soy mentiroso? —Este Alfa de cuarta se estaba tomando muchas libertades.

—Por supuesto que no. Solo respondí a su pregunta. Oficial.

—Primero me dice gordo y luego mentiroso. Usted es un Alfa maleducado de cuarta. —agarré uno de los chocolates de la caja—. No está para saberlo ni yo para contarlo, pero déjeme decirle que, en mis tiempos, los Alfas se peleaban por una cita conmigo. Fui elegido tres veces Omega del año, todos los del equipo de futbol y baloncesto se peleaban para que yo ocupara su camiseta. Fui primero seis años en el ranking de Omegas en mi universidad. Y por supuesto, tuve muchos pretendientes. Así que hágame el favor de hablarme con más respeto.

—¿Oiga, no se supone que debe hacerme preguntas o algo así? —el Alfa se rascó la nuca—. Solo quiero irme a casa.

—Y ahora me dice como hacer mi trabajo —rodeé los ojos—. Está bien —leí el expediente. Este tipo parecía el modelo perfecto de Alfa, si no fuera porque uno está de panzón, juju.

—¿Usted mató a su hermano? —solté de repente mientras tomaba el plato con mi pastel.

—Si, pero no fue como ustedes creen —el Alfa intento tomar uno de mis bombones, cosa que provocó que le diera un golpe en la mano. No mi rey, eso es mío.

—¿Cómo fue entonces?

—Estábamos cenando y comentó algo sobre la ley para Omegas. Ya sabe, esa que habla sobre la igualdad de derechos ante el sector laboral. El estúpido dijo que era una pérdida de tiempo, que los Omegas no merecían cosas así porque no trabajaban.

Woah, este Alfa cada vez me gusta más. ¿YoonGi se enojaría si lo supiera? Nah, es un mimoso gato.

—Déjeme adivinar —agarré otro chocolate—. Una cosa llevo a la otra y lo tiró por la ventana por error.

—Exacto, yo no he hecho nada.

—¿Me quiere ver la cara de estúpido? —lo miré alzando una ceja—. Me dice mentiroso, pero es usted el que miente.

—¿Disculpe?

—¿Sabe lo difícil que es venir a trabajar pareciendo una bola de manteca? —sollocé—. Siento que todos me miran con lastima, y luego me da hambre sin importar que. Para acabarla de amolar, un Alfa de quinta me lo restriega en la cara y me miente sobre la muerte de su hermano.

—Creí que era de cuarta... —el Alfa susurró mientras se rascaba el mentón.

—De quinta señor, por ser un Alfa en matrimonio. Usted anda bien feliz por la vida de la mano de su Omega y yo tengo pocas veces para ver a mi Alfa. ¡Estoy de encargo! ¿Qué acaso nadie lo entiende? —las lágrimas corrían por toda mi cara—. Yo no puedo vivir así.

—Calma, pequeño Omega —el Alfa intentó poner su mano en mi espalda.

—¡No me toques, no soy tu perra! —grité alejándome de su contacto—. Claro, ahora me veo como un Omega débil. No señor, Min JiMin es todo menos un Omega débil. Aprenderé a cuidar de mis cachorros hasta que el tonto de mi Alfa esté a mi lado. Quieran o no.

Le bebí a mi café y los cachorros se movieron, ah mi vida. Este sería un largo interrogatorio.

| Firepower | ~YM~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora