¡7!

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—Déjame ver si entendí —SeokJin sorbió la pajilla de su jugo—. ¿Quieres que te deje ver al sospechoso T-318, porque tiene algo que ver con tu Alfa?

—Sip —sonrió.

—¿Sabes que lo que me estas pidiendo va en contra de las reglas de la comisaría? Tu no fuiste asignado al sospechoso, no puedes verlo. Así de sencillo bola de arroz —SeokJin lo llamó de nuevo con ese tonto apodo. Rodó los ojos internamente, cuando su hyung quería podía ser molesto—. Además, aún no has interrogado a tu sospechoso. Es de tus favoritos, un Alfa acusado de agredir a su Omega. Anda, mi bola de arroz. Haz tu trabajo mientras pienso que hacer contigo —SeokJin hizo un ademán dando a entender que se fuera.

Chasqueo la lengua con molestia mientras azotaba la puerta de su oficina. ¿Es tan difícil dejar que un Omega vea a su amigo para preguntar por su Alfa? Estúpido SeokJin, estúpido KyungSoo, estúpido YoonGi. Todos son unos estúpidos.

Cuando llegó a su escritorio miró alrededor, curiosamente la comisaria estaba bastante tranquila y no había muchos oficiales. Ah sí, estúpidos Alfas desobligados. Buscó con la mirada el archivo del sospechoso que le había mencionado SeokJin hace unos minutos, pero el sonido de una mujer gritando llamó su atención. Alzó la vista.

La mujer era delgada y algo mayor, traía un vestido gris manchado con sangre. No traía zapatos y su cabello esta revuelto. Lloraba y gritaba. Trató de caminar hacia ella, pero la mano de alguien en su hombro se lo impidió.

—Tranquilo, yo me encargo de ella. No estás en condiciones de ser alterado bruscamente —miró como JongIn, un oficial Alfa, pasaba a su lado y se encaminaba hacia la mujer—. Tranquila. Necesito que se calme, no puedo ayudarla si no respira y se calma.

Se acercó con cuidado mientras JongIn llevaba a la mujer a un pequeño sillón, normalmente usado para dormir debido a lo cómodo que era, sobando su espalda con calma. Él, en cambio tuvo que sentarse en una de las sillas del escritorio más cercano. Las náuseas en el séptimo mes de embarazo lo estaban volviendo un tragón en las mañanas y un rombo en las tardes. Respiró con profundidad, solo faltaba un mes y ya. Podría estar en su cama descansando, sin preocupaciones. Aquello le trajo un nuevo mareo, no le agradaba para nada la idea de dejar su trabajo, pero tampoco quería poner en riesgo a sus bebes.

La mujer, que había estado murmurando un par de cosas solo audibles para JongIn habló más fuerte.

—No quería que esto sucediera. Fue mi culpa, no me fije por donde andaba, cruce la calle y ese chico... ¡Oh, Dios! ¿Qué cosa hice? Debí de mirar antes de cruzar la calle, ese chico no merecía morir por salvar a una tonta como yo —la mujer volvió a cubrir su rostro con sus manos. Pero era extraño, la mujer parecía querer ocultar su rostro de ellos. Frunció el ceño, algo andaba mal.

—¡JiMin, te necesito con el sospechoso! —pudo oír la voz de SeokJin gritándole desde el primer piso.

Con ayuda de Mark, otro oficial Alfa, pudo pararse y caminar hacia la sala de interrogatorios.

—¡Hey tú! —llamó al chico que sacaba copias—. ¿Podrías traerme un vaso de café y unos panes tostados con mermelada a la sala de interrogatorio I-2? Gracias, por eso te quiero.

No esperó la respuesta del chico y entró despacio a la sala de interrogatorios. El Alfa frente a él era un universitario a juzgar por su apariencia. Se sentó con calma en la silla y lo miró durante unos segundos, el chico mantenía sus ojos cerrados.

—Buenas tardes, joven...—abrió el expediente del chico—...Lee. Mi nombre es Min JiMin y voy a ser el oficial encargado de interrogarlo el día de hoy.

—¿Un Omega? —el Alfa rio—. ¿Cómo un Omega tan lindo como tu termino aquí? Deberías estar en casa cuidando de tus cachorros y esperando a que tu Alfa vuelva del trabajo.

—Bien, señor Alfa —soltó con sarcasmo ignorando todo lo dicho, por el contrario—. ¿Lo hizo o no lo hizo?

—Contigo si lo hiciera, y varias veces —una sonrisa apareció en el rostro del Alfa.

—Sabe de lo que hablo. Tiene una demanda por agresión a Omegas. Necesito saber que piensa al respecto

—En mi opinión. Ese Omega esta resentido porque lo dejé por su hermana —lamió sus labios—. Así son ustedes, piensan que nos vamos a conformar con uno.

—Escúchame bien, poco Alfa —azotó la mesa lo más fuerte que pudo—. Los Alfas como tú me tienen sin cuidado, no voy a soportar que un chiquillo estúpido me colme la paciencia. He conocido a muchos Alfas a lo largo de mi vida y te puedo asegurar que eres una mierdecilla comparado con ellos.

—No creo que usted conozca demasiados Alfas, y aún si los conociera solo serían Alfas lindos y cariñosos. Míreme, tenga cuidado de cómo me responde. Porque puedo tomarlo aquí mismo sin ningún problema —el Alfa cruzó sus brazos y se recostó en la silla.

Sonrío con ternura mientras apoyaba la cabeza sobre sus manos.

—Mi Alfa es Min Yoongi el jefe de la Mafia Ddaeng, estuve cinco años en ese lugar cenando en la misma mesa que asesinos seriales, vendedores de droga, traficante de Omegas y jefes de otras mafias. Cuando entre en la Academia de policía, pase siete años superando a cualquier Alfa para poder graduarme. Tu amenaza me trae sin cuidado, y te aseguro que cuando te condenen yo mismo me encargare de que te envíen a la misma prisión donde está mi Alfa para que te enseñe que eres un simple niño jugando a ser un adulto.

—No te creo nada. Es imposible que un oficial y un mafioso estén juntos. Podrías perder tu trabajo.

—Y tu podrías perder tu lengua —lo miró profundamente—. Soy un Omega en el séptimo mes de gestación que trae cuatro cachorros dentro. No te metas conmigo.

La puerta se abrió dejando ver al chico de las copias con el vaso de café y las tostadas. Era su persona favorita de la comisaria. 

| Firepower | ~YM~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora