¡3!

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—Y entonces le dije que no quería salir con un Alfa tan tonto como él —suspiró tomando un gran sorbo de café—. Pero parece que le entró por una oreja y le salió por otra. Porque al otro día se apareció en la puerta de mi casa con un ramo de tulipanes y un mariachi cantando Amor Bravío o algo así. Obviamente mi madre se enojó mucho y le aventó agua. Así que salió corriendo —comenzó a reír al recordar la escena de YuGyeom empapado.

El Alfa frente a él asintió desinteresado, moviendo sus dedos en círculos en su sien. Parecía estar estresado, ¿Qué le causaría tanta molestia? Tal vez ya no puede con la culpa de haber matado a su hermano.

—¿Quiere escuchar la historia de cómo nos conocimos mi Alfa y yo? —habló emocionado. Esa historia era una de sus favoritas—. Todo empezó cuando yo estaba en el instituto, como bien le había dicho, yo era un Omega bastante popular...—la voz cansada del Alfa lo interrumpió.

—¡Ya por favor! —habló casi en un ruego—. Le diré lo que quiera, pero ya cállese por favor. ¡Hemos estado tres horas aquí! Ya no puedo soportar más de sus historias. Solo quiero irme a casa o a la cárcel, ya no importa mientras no tenga que pasar más tiempo con usted.

Se tocó el pecho indignado. Ese Alfa había estado fingiendo todo el tiempo. ¿Cómo pudo haberlo engañado así? Si su Alfa supiera de este tipo, le cortaría el cuello sin dudarlo.

—¡Que grosero! —hizo un mohín de molestia—. Está bien, dígame. ¿Usted mató a su hermano en defensa propia o con intención?

—Con intención —el Alfa rascó su barbilla. Un gesto habitual que JiMin había entendido después de todo el tiempo que se encontraron allí—. Estaba enfadado porque se había acercado mucho a mi Omega las últimas semanas. Sospechaba que eran amantes.

—¿Y lo eran? —preguntó con curiosidad. Ah, como desearía tener palomitas en este momento.

—Si —observó un par de lágrimas caer por sus mejillas—. Él me lo dijo en el despacho. Usted entiende como se debe de sentir.

—Es un caso de infidelidad, es cierto —miró una vez más el expediente—. Pero sigue siendo un delito matar a un Alfa.

—Usted no entiende —el Alfa se acercó—. Éramos destinados. Y ella me engañó con mi hermano menor.

Uhg, esto se estaba complicando, pensó.

¿Sería mal momento para salir a comprar unas botanas?


| Firepower | ~YM~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora