I ♡

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- Mami~ - canturreaba un pequeño de mejillas regordetas.

Habían llegado a la tienda de conveniencia más cercana a su hogar, el niño agarraba la mano de su padre Omega, su rostro tenía ese color carmín y su sonrisa era la más hermosa, le faltaban algunos dientitos, pero seguía siendo preciosa. Su padre le miraba con ese brillo especial, amaba a ese ser que salió de él, amaba a su pequeño Alfa.

- ¿Quieres que te cargue, Hyunie?

- Nop - agarró más fuerte la mano de su padre.

Era un gran niño, aún teniendo sus tres añitos era muy obediente y tranquilo, bueno, tenía esas rachitas de ser travieso, pero era muy bueno; amable y tierno, como su padre.

- Bebé, no quiero que te separes de mí, ¿okay? - el menor asintió - Hyunie... Por favor no pidas nada, no tenemos mucho dinero, así que no puedo comprarte cositas, pero cuando consiga trabajo, te compraré muchas y también juguetes, ¿sí? - el menor entendía, aunque fuera pequeñito, le entendía perfectamente.

Así que cumpliría eso que su padre había dicho, pero vamos, es un bebito, un niño con caprichos.

Al llegar a la tienda, dio las buenas tardes y se dirigió hacia donde estaban las cosas que necesitaría para hacer la comida. Estaba tan metido buscando los alimentos que no se dio cuenta que el pequeño JiHyun había soltado su mano y había ido hacia el estante de dulces, encontrándose con un paquete de chocolates, esos que le encantaban a su padre y a él. Agarró el paquete con sus torpes manitos, siendo observado por el cajero, corrió por los pasillos, el sonido de los zapatitos, eran tan infantil. Al llegar con su padre agarró su desgastado pantalón y lo jaló un poco; llamando la atención del mayor.

- Mami, ¿puero? - sus palabras eran torpes, JiMin notó el pequeño paquete de chocolates, suspiró pesado, tenían dinero, sí, pero no para gastarlo en ese tipo de cosas, pero era su bebé, no podía decirle que no; aún cuando ya había platicado con él - Sé que mami ro puere pero yo quero - puchereó y sus ojos se cristalizaron, amenazando en salir esas gruesas y cristalinas lágrimas que odiaba tanto.

JiMin también estaba así, era un Omega muy sensible. Sólo agarró en brazos a su bebé y caminaron hacia la caja, pagarían, comerían y verían películas de súper héroes hasta quedarse dormidos.

- Serían cuarenta y tres mil wons - JiMin sacó la cantidad y le sonrió a su pequeño.

El chico pálido que tenía enfrente le miraba tan detenidamente, y luego pasaba la mirada al pequeño, sus ojos eran oscuros y achinados, su cabello era de un color gris. Era lindo, y aparte de eso, un Alfa con olor a menta y tierra mojada. Un agradable olor. Sus mejillas se sintieron calientes a los segundos, bajó su mirada avergonzado.

- G-gracias - se sintió tímido por un momento, yacía mucho tiempo que no se sentía de esa manera.

Ambos Park salieron de aquella tienda, sin antes agradecer de nuevo; el pequeño le ayudó con la bolsa que llevaba la leche y el paquete de chocolates.

El cajero sólo le vio alejarse, sintiendo su corazón latir tan desenfrenadamente.

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Hola, hum, esta es la primera vez que escribo Omegaverse, soy ignorante ante esto, estoy estudiando mucho para aprender más cosas; así que pido disculpas de ante mano por si la historia no cuadra con la realidad del Omegaverse. Sin más preámbulos, continuemos con esta aburrida historia.

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