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Narra Baekhyun.

Mis sienes palpitaban, mi cabeza daba vueltas y veía reflejos de colores, mis muñecas estaban sujetadas pues no podía levantar mis manos al intentar taparme los oidos tras oír el sonido tan agudo que me aturdía todo el cerebro.

No sé cómo llegué, ni quién me trajo pero todo lo que podía ver en el poco sentido que me quedaba eran cuatro paredes de color gris, estaba acostado de eso si podía darme cuenta, así que intenté poner mi peso sobre mis codos pero en el acto me pegue y un hormigueo combinado con dolor recorrió todo mi brazo. Solté una grosería.

-¿Quién tiene el número del jodido decorador de interiores? ¡Alguien me puso en una puta cama de fierro y a mi columna no le gusta esto! -grite a todo pulmón. -Estos juegos sádicos no me gustan.

Cuando estuve completamente recuperado, empecé a analizar toda la habitación desde mi posición, había dibujos con gis blanco en las paredes, y una mesa de metal a un lado de mi cómoda cama, repleta de inyecciones y frascos con sustancias de diferentes colores y espero que también de sabores por qué tengo hambre.

-¿Cuánto tiempo e estado aquí? -le pregunte quedo a alguien inexistente y callé en cuanto percibí movimiento, había cámaras en cada esquina del techo, reí ante la idea de que esa bruja estuviera vigilandome, así que hice una mueca a la cámara y levanté el dedo anular, deseando restregarselo en el rostro.

Estuve ahí un buen par de horas mirando las telarañas del techo, incluso me puse a cantar canciónes al azar para quitarme el aburrimiento.

♪Que pequeño el mundo es, mundo es, mundo es, que pequeño el mundo es que pequeño es.♪

♪Y por eso esperaba con la carita empapada que llegarás con rosas, mil rosas para miiiiii.♪

-Había un perro que se llamaba resistol se cayó y se pegó, joder que gran historia, estoy aburridoooo, follame o algo. -ya no sabía que hacer para llamar su atención.

Espera.

Algo curso por mi cabeza pero lo descarté de inmediato, ni siquiera podía mover las manos para desabrocharme el cierre.

Mire una silueta debajo de la puerta y supe que mi reclamos habían sido escuchados.

-¡Por fin te dignas en aparecer loca sadomasoquista!

-¿Sadomasoquista? ¿Por qué lo dices? -se acerco a la mesa a mi lado y tomo una de las jeringas y le inserto el líquido de uno de los frascos.

-No por nada. -me incline de hombros. -es supermegaiper normal tener amarrado a alguien a una cama de fierro y disfrutar de darle choques eléctricos, por cierto que buen numerito ¿De que obra la sacaste? Deberías descuartizarme y tirar mis pedazos al arrolló o bien podrías vender mis organos, aunque tienes que saber que consumo mucha marihuana y otro tipo de drogas que jamás terminaría en narrarte, aunque si quieres que lo haga podría hacerlo, estoy algo aburrido así que...

-¿Nunca te callas? -le dió unos toques a la aguja con su uña para quitarle las burbujas, perfecto me lo iba a encajar para matarme pero la seguridad médica siempre ante todo.

-A veces, cuando estoy comiendo. -mis tripas rugieron haciéndome recordar que necesito alimento. -Hablando de comida, tengo hambre.

-¿Y de casualidad no tendrás sed? -me tomo del brazo y se inclinó para inyectarme.

-Pues también pero no es prioridad. -sin perder mas tiempo tome su muñeca y se la torsí de un movimiento, tome la jeringa y se la encajé en el cuello, ella intento meterme un puñetazo pero fui mas rápido y lo esquivé.

Una hora y media antes.

♪Ave María cuando serás mia♪

Tenía que pensar rápido, tenía poco más de media hora y ya había hecho un plan maestro, lo primero era liberarme de esas cuerdas que me sujetaban las muñecas.

A J E D R E ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora