— ¡Jotaro! ¡Ni creas que te pagaré por romper mis cosas! – Tan sólo eran las 11 de la mañana y Polnareff ya había comenzado a andar de gritón — ¿¡Sabes cuánto cuesta ese reloj!? ¡Ni había terminado de pagarlo y ya lo rompiste!
— Polnareff, sabes que me da exactamente igual si ya lo habías pagado o no, no tengo dinero y no voy a pagarte, entiende. – escondí la mirada por bajo de la gorra y me crucé de brazos.
Hace una media hora rompí el reloj de pulsera que Polnareff se había comprado en abonos hace unos dos días y yo lo hice mierda por accidente, estaba en el piso, obviamente lo pisé.
— Entonces está fácil, el día de hoy no te daré dinero, tampoco mañana... Es más, en toda la semana te quedarás sin dinero. – Me señaló con el dedo índice cuando me regañaba, apretando los dientes y con la ceja fruncida. — ¡Y sabes que no puedes correrme porque me toca hacer la limpieza de la casa!
Tenía cómo defenderse, la casa estaba exageradamente sucia y yo no me sentía capaz de limpiarla toda yo solo, la iba a dejar peor o simplemente no iba a hacer nada con tal de no estresarme. Continué con la mirada escondida, apretando mis labios un poco a la vez que ideaba una buena respuesta.
— Pues me largo – Solté sin pensarlo dos veces — Vuelvo en la noche, no tengo ganas de lidiar con un tipo tan idiota y gritón como tú.
— ¿Y a dónde se supone que irás? – buena pregunta, excelente pregunta. No sé a dónde ir — ¿Robarás de nuevo? Si te meten a la cárcel no pienso sacarte, ¿Me escuchaste?
— Me importa una mierda – Mencioné por último y me dispuse a irme, ahora ya tenía una idea más clara sobre el qué hacer.
Iría a robar otra cosa, ¿Por qué no? Aunque ahora quisiera que fuera dinero, sería sencillo hoy que es sábado y las personas salen a pasear, sólo tendría que buscar una buena víctima que luzca indefensa para sacarle el dinero, no quisiera que fuera una mujer pero si no tengo opción, le robaré a una mujer. Después podría ir a comer algo a algún restaurante que me encuentre, aunque tendría que esperarme mínimo media hora antes de hacerlo, que se calmen las aguas porque sino luego me estarán persiguiendo por haber robado.
Ya caminaba por la acera de la calle buscando gente que estuviera sola para acercarme y entrar en acción, algo rápido pero no hallaba a nadie, o al menos en los primeros minutos.
A lo lejos, sentado en una banca había una delgada figura, un joven con cabello rojo como manzana y uniforme verde intenso. Pensé que jamás me iba a volver a encontrar con él, tengo tan mala suerte...— ¿Jotaro? – aparentemente me había perdido en mis propios pensamientos a tal grado de que no noté cuando se levantó de la banca, me había visto y ahora se acercaba a mí. — ¿Qué tal?
— Nada interesante – solté apreciando la venda que estaba en su cuello, era la misma de la otra vez. — ¿Sigues lastimado?
Él asintió y terminó estando frente mío. No iniciamos muy bien, le robé, lo golpeé hasta dejarlo inconsciente y aún así se toma la molestia de sonreírme aunque sea chiquito, desde el inicio siempre pensé que era alguien tranquilo y así es. Qué molesto. De cualquier forma no quiero acercarme más a él, no quiero hablarle con el propósito de agradarle.
— Solamente del cuello, me duele un poco cuando volteo, pero nada importante o que no pueda llevar – Se hizo un poco de lado y estiró su brazo con su palma abierta — ¿No quieres ir a sentarte?
— ¿No vas a ir a la universidad? No quiero que luego me eches la culpa y tu amiga la que es mi media hermana me golpee – guardé una de mis manos en el bolsillo de mi pantalón y con la otra le regresé el ademán. Era cierto que no quería ser su amigo pero tal vez me preste o regale dinero si logro convencerlo, todavía necesito comida. — Tú primero.
— Gracias – respondió regresando a la banca en donde estaba antes, sentándose y esperando a que yo lo hiciera también para poder seguir hablando — Y no iré. Me presenté en la universidad y me dijeron que mejor fuera cuando ya esté recuperado al cien por ciento, mejor iré a mí departamento para arreglarlo. — Suspiró dejando su portafolios en el piso — ¿Y quién es tu media hermana? ¿Jolyne?
— Si, Jolyne – Dije con desgano. Mencionar su nombre me traía un dolor de cabeza pequeño — Ha estado amenazándome mucho estos últimos días, o bien, si no hace eso me mira con ganas de matarme a sangre fría, ¿Podrías decirle que deje de hacerlo? Sigues vivo, no le debo nada.
— Por supuesto, JoJo – respondió con voz suave a lo que yo volteé a verlo con sorpresa por el apodo que me había puesto. Hacía tiempo que un hombre no me lo decía — Pero cambiando de tema, ¿Quieres ir a comer algo?
Justo lo que quería escuchar pero de la persona equivocada. Parece que entre más intente no asociarme con él de ningún modo, más termino estando en su camino. Con indiferencia dirigí mi mirada a él y la postré sobre su rostro fijamente, esperando que entienda mi rechazo sin tener que decírselo.
— ¿Y? – preguntó mirándome, no entendió — ¿Por qué te quedaste callado así de la nada?
Suspiré con pesadez escondiendo el rostro por debajo de la gorra, casi siempre me importa nada decir las cosas directamente pero a Kakyoin lo veo muy vulnerable e ingenuo, no me gusta ponerme de pecho con alguien que es inferior a mí. Sin embargo tendría que hacerlo. Suspiré de la misma manera por nueva cuenta a la vez que pensaba como podría decirle "No" sutilmente.
— Mejor préstame dinero, ¿Quieres? – escuché un quejido proveniente de él, también observé de reojo cómo sus hombros caían con decepción — Es más fácil, así no pasaremos por momentos incómodos o temas estúpidos como el clima o tu vida personal la cual no me importa ni me va a importar por nada del mundo.
Él se quedó callado durante largos segundos para posteriormente responderme.
— Está bien... ¿Cuánto necesitas? – sonreí malicioso ante su respuesta, incluso me encorvé correctamente — ¿Prestados o ya no los volveré a ver?
— Digamos que este es un robo amigable... ¿Te parece si me prestas 6,000 yenes? – De nuevo suspiró, sacando el dinero de su cartera con desgano, parecía que le estaba obligando a prestarme dinero.
Digo, si fue así pero no tiene por qué poner esa cara, ni que le hubiera puesto un arma en la cabeza.
Espero que después de hoy ya no vuelva a verlo, haré lo posible por no estar en su camino ni él en el mío.
...
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No Dignity [JotaKak]
Fiksi PenggemarJotaro, alguien completamente inútil en la vida, dejó la educación superior, así que vive de la mensualidad que su familia le envía. Kakyoin trabaja en una cafetería y estudia la universidad con un beca bien ganada, era un modelo a seguir. Este par...