Argentina y Estados Unidos.
Buenos Aires y Los Ángeles.
Parece casi imposible que el destino pueda unir a dos personas que viven a una distancia casi abismal.
Pero lo que no sabíamos era que nuestra historia ya estaba escrita y tenía un final.
Estab...
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💜
-Michaela-
.Domingo / 09:00 Am.
Hoy era mi día libre y no tenía nada que hacer.
En realidad, nada que llamara realmente mi atención.
Me había acostumbrado tanto al ritmo de vida de Billie que cuándo no tenía entrevista, grabación o alguna reunión, me sentía aburrida.
En realidad, ella hoy tenía una reunión pero prefirió darme el día libre porque asistiría con Finneas y porque quería que yo descansara.
Quería decirle que no me importaba trabajar un domingo y que de todas formas prefería acompañarla pero sólo me límite a responder "esta bien, éxito en la reunión."
Necesitaba con urgencia hacer amigos en Los Ángeles o la soledad y dependencia se iban a apoderar de mi.
Se podría decir que Billie y yo eramos amigas.
Siempre que teníamos la oportunidad de profundizar en algunos temas, lo hacíamos respetando el límite de lo que la otra quisiera contar o no.
Eramos una especie de desahogo necesario entre nosotras.
El echo de ser su asistente personal es algo que nos hacía compartir la mayor parte del tiempo e inevitablemente nos hicimos muy unidas.
Pero trabajo, era trabajo.
Y los domingos, no me tocaba trabajar.
El mal olor me sacó de mi trance mental y maldije en tres idiomas diferentes al notar que la leche que había puesto a hervir, se había quemado.
Decidí sólo beber un vaso de jugo y abrir un paquete de galletitas para el desayuno.
Ya me sentía frustrada y el apetito se había ido.
Dejé caer mi cuerpo al piso frente al gran ventanal de mi departamento y me puse a pensar en lo que podría hacer el resto del día.
Aún no me había duchado ni quitado el pijama así que eso era lo primero que debía hacer.
Pensé en quedarme en casa y comenzar a ver una serie en Netflix ya que el día estaba un poco frío.
También se me ocurrió que podría estudiar los temas que me faltaban para rendir el exámen final de nutrición o hacer alguna manualidad con acrílicos de colores pero nada me motivó y terminé por descartar todas las opciones quedando nuevamente en la nada.
-Carajo, Michaela.-Me tomé la cabeza con ambas manos y comencé a dar vueltas por la sala.-Estás perdida, debes enfocarte.
Tomé una ducha, me vestí con uno de mis vestidos de invierno favoritos y me dispuse a organizar mi día.
