Argentina y Estados Unidos.
Buenos Aires y Los Ángeles.
Parece casi imposible que el destino pueda unir a dos personas que viven a una distancia casi abismal.
Pero lo que no sabíamos era que nuestra historia ya estaba escrita y tenía un final.
Estab...
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-Billie-
Intentaba con todas mis fuerzas retener la risa que amenazaba con salir de mi boca al momento en que vi a Finneas peinar su cabello con desesperación frente al espejo.
-¿Quién se creé qué es? Llamarme a mi estropajo. Ya quisiera tener el pelo tan sedoso como yo.
-A mi me pareció gracioso.-Apreté los labios para evitar reír cuando Finneas se giró a verme con el ceño fruncido.-Además ella era muy linda. Se veía apresurada, parecía que llegaba tarde a algún lado.
-Linda ¿he?
-No molestes.-Arroje un almohadon a su cabeza y se lo quito de forma desesperada; había arruinado su elaborado peinado. Rodé los ojos y me puse de pié para ayudarlo.-Sólo digo que se veía adorable corriendo como si su vida dependiera de ello.
-Usaste la palabra "adorable" con tres chicas en lo que va de la semana. Empiezo a creer que tienes un concepto erróneo de la palabra y lo que realmente quieres decir, es que te gustan.
-Eres muy molesto cuándo te lo propones ¿lo sabías?.-Finneas me sonrió de forma melancólica frente al espejo y suspire algo frustrada.-Es un poco difícil para mi aceptar que me gustan las chicas después de negarlo durante tantos años.
-Tranquila Bill, no es malo que te gusten las chicas. En realidad, me parece genial.
-Eso lo dices porque odiaste a cada uno de mis ex novios.
-Es verdad, pero no lo digo por eso.-Finneas se giró y puso ambas manos en mis hombros mirando directo a mis ojos.-Lo digo porque mantenerse dentro del closet puede llegar a ser muy agobiante y no hay nada peor que ocultar quién es uno mismo. Tú pudiste salir y cuando estés lista para revelarlo al resto del mundo, será de gran ayuda e inspiración para las chicas y chicos que siguen dentro de ese maldito armario de prejuicios.
-No todos tienen padres de mente abierta y comprensivos como los nuestros, Finn.-Me acerqué al espejo y comprobé que mi cabello estuviera bien peinado.-Mamá me felicitó cuando le dije que era bisexual y papá ya estaba sugerente con Sabrina para que tuviéramos una cita. La mayoría de los padres no lo toma de esa forma tan positiva.
-Lo sé, pero también sé que el día en que te reveles tus fans encontrarán el apoyo que les falta en ti.
-Eso es mucha presión Finneas. Además, no es como si fuera a enamorarme de una chica en los próximos segundos o algo así. Aún planeo conquistar al chico de Taco Bell para que tengamos una cita.
-¿El chico de bigotes duros?
-Ese mismo.
-Dios, que pésimo gusto tienes.
-Me tiene que gustar a mi ¿no?
-Si, pero...
-Billie, Finneas, ya es hora. Vengan.-Mi padre apareció en el momento justo en que una discusión estaba a punto de desatarse. Asenti y me miré en el espejo una última vez antes de salir de mi sala de descanso.
