🖤
.Kit.
-¡Es más fácil tirarme el problema a mi en vez de asumir tu culpa! ¡Madura de una puta vez!
-¿Que asuma mi culpa? ¡Eres un desgraciado! ¿Acaso ya se te olvido de quién fue la idea? ¡Tuya, imbécil! Así que si me hundo, tú te vienes conmigo al infierno.
-Ni en mil putos años, Janet.
Kit terminó de fumar su cigarrillo mientras veía a sus padres discutir y tiró la colilla en una maseta. Pensó en despedirse de ellos pero era inútil, la poca atención que le prestaban al chico le quitaba las ganas de tener algún tipo de contacto emocional y además, estaba cansado de sentir rechazo por parte de las personas que se suponía eran las más importantes en su vida.
-Adiós mamá, adiós papá. Fue un gusto volver a verlos.-Kit ignoró el hecho de que ninguno de sus padres respondió y de que seguramente no habían notado su ausencia.
Sus padres estaban metidos en algo que Kit desconocía y tampoco se esforzaría mucho en indagar en el tema. No le interesaba saber que tan ilegal era lo que sus progenitores se traían en mano así que hizo lo de siempre: ignorar el tema y huir. Se le daba bastante bien.
Kit encendió su auto y se dirigió al bar más cercano al que siempre concurría. Se ubicó en el lugar habitual y pidió su primer trago de la noche.
Ron con hielo. Bebió uno, dos, tres y perdió la cuenta después del cuarto vaso. Quiso seguir bebiendo pero el chico de la barra le dijo que ya era suficiente. Kit quiso discutir con él pero su ánimo no era el mejor esa noche de jueves así que decidió pasar a comprar una botella en el camino y beber en su departamento hasta quedar inconsciente.
Al llegar a su departamento, apagó el motor en el garaje del edificio y pensó en enviarle un mensaje a Michaela para ver si ésta vez aceptaba beber algo con él.
Kit se sentía ridículamente solo y no podía evitar aferrarse ante la idea de tener la compañía de la linda chica.
Había conocido a Michaela el día en que ella había llegado al edificio y no podía evitar pensar a diario en ese recuerdo que en la noche, lo reconfortaba.
Ese día Michaela estaba sofocada por llevar tanto equipaje encima. Su diminuto cuerpo no tenía la fuerza suficiente para cargar con tanto peso y a Kit le hizo gracia cuando Michaela arrojó la pesada maleta frente a la puerta de su departamento y dijo "puta madre que te parió" en español y haciéndolo reír al instante.
Cuando Michaela levantó la mirada y lo vio a los ojos por primera vez, fue su perdición.
Ese día no se atrevió a hablarle, ni siquiera a ofrecer su ayuda con el equipaje que la morena cargaba. En cambió se limitó a observarla mientras se mantenía embelesado por ella y no notó que la chica comenzaba a ponerse incómoda.
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.NOSOTRAS. | Asistente personal de Billie Eilish
FanfictionArgentina y Estados Unidos. Buenos Aires y Los Ángeles. Parece casi imposible que el destino pueda unir a dos personas que viven a una distancia casi abismal. Pero lo que no sabíamos era que nuestra historia ya estaba escrita y tenía un final. Estab...