Cada Vez Más Cerca ☆Ae y Pete☆

Capítulo 10 [ ¿Quién eres? ]

—¡Nadie le va a cortar la lengua a nadie! — dije bastante molesto por la situación — casi todo el lugar está observando este "espectáculo", y no falta mucho para que tu encargado venga, y te despida. Esto no vale la pena.

Estaba mirando al rubio con desaprobación por su actitud tan mierda, mientras Ae, y Can se dedicaban a mirar.

—Vaya... A penas entró al lugar, y ya se están ofreciendo coñazos.

!!!

—¿Tin? — miré a mi primo que estaba entrando al lugar, y este estaba muy divertido mirando la escena.

—No tengo ganas de gastar fuerzas con él — dijo Ae sin dejar de mirar al rubio con una expresión feroz.

—¿Tienes miedo? — preguntó el imbécil haciéndose el valiente.

—No... — Ae dió varios pasos hacia delante, y la media sonrisa malévola que tenía se fue — no quiero volver a la cárcel.

!!!

—Esto se está saliendo de control, Pete tiene razón, este imbécil no vale la pena — Can tratando de calmar las cosas lo único que hizo fue empeorar la situación, ya que ahora... El cretino se está acercando a él de manera amenazante.

(Agarre fuerte)

—Lo tocas, y te parto los huesos del brazo.

Eso no lo dijimos ni Tin, ni yo... Lo dijo Ae. El ojos verdes estaba apunto de golpear a mi amigo, sin embargo, antes de que yo pudiera hacer algún movimiento para detenerlo, mi vecino agarró el brazo del tipo.

—¿Que? Ya no estás obsesionado con Pete, sino ahora del mono albino.

—Ese no es tu problema.

Ae soltó bruscamente el brazo del chico. Fue tanta la fuerza que utilizó para ese agarre que al tipo le quedaron las marcas rojas de los dedos de Ae.

Pude visualizar a mi primo para saber lo que estaba haciendo, y este se encontraba mirando preocupado a todas las personas que estaban en la heladería, en específico a alguien.

Giré mi cabeza para mirar a la misma dirección que él, y resultó que había una persona llamando por teléfono a la policía.

—Chicos tenemos que irnos, vámonos — sin más que decir Tin agarró el antebrazo del moreno, y lo jaló para que este se moviera a la salida.

Can, y yo nos fuimos igualmente de allí dejando confundido al imbécil.

—¿En que estabas pensando?

Casi en un susurro Tin le hizo esa pregunta a Ae.

El moreno le susurró algo que no pude escuchar a mi primo lo cuál este sólo le respondió con un suspiro de resignación.

—Vámonos, Can — dije agarrando la mano de mi amigo para poder agarrar un taxi e irnos.

—¿Por que no nos vamos con Tin?

—Miré a mi primo que también nos estaba mirando, y respondí — porque algo me dice que el amigo "lindo, y pícaro" de primo es el imbécil que tiene al lado.

Si, era demasiado obvio cómo para no haberlo adivinado.

—¿Por qué le dices imbécil a Ae? Él no ha hecho nada malo.

A esa pregunta yo no le presté atención, no la iba a responder.

—Sólo vámonos...

—Pete...

Mi primo se acercó a mi, y me miró con el ceño fruncido.

—¿Que quieres? — le pregunté.