Capitulo XXXIII: El chico perfecto es mío

98 5 2
                                    

Muchas gracias a todos lo que habeis leido mi novela. Ha sido un honor escribirla para vosotros y espero que todos la habrais disfrutado. Muchas gracias :3 

LATERS, BABY

Ya lo dijo Ginger, Justin es el chico perfecto para mí. Y yo no sé cómo no lo he visto antes. ¡Soy idiota! Definitivamente, si lo soy. Podría explicaros como después de ese beso, toda mi vida cambio, pero me traería mucho tiempo y la verdad, Justin me espera para ir a cenar a su casa y tengo que cambiarme y todo, las chicas me entienden. Pero, voy a contaros algo muy rápido. Justin, después de besarme, me pidió ser, formalmente, su novia, su chica, su pareja o como queráis llamarle. No voy a decir que me costó aceptarlo, porque una parte de mí sabía desde un principio que él estaba hecho para mí y el destino así lo hizo y así fue.

Des de ese día estamos juntos y la verdad, no me empalaga, ni me molesta al contrario me encanta. Esta tan contento que ha organizado una cena con sus padres, aunque ya los conozca, le hace mucha ilusión que cene con ellos y como que él es un encanto conmigo, voy. ¿O podéis imaginar que mi padre le hizo un cuestionario cuando se lo presente como mi novio? Pobre Justin, un poco más y se lo repiensa.

En fin, voy cerrando el ordenador que aún no me he vestido y Justin acaba de llamar a la puerta. Mi padre habrá abierto y el pobre va estar sufriendo ya lo veo. ¡Tarde! Acaba de entrar en mi habitación:

-          ¡Hola, Alex! ¿Qué haces que aún no estás vestida? – Me pregunta mirando la pantalla del ordenador.

-          Hola, amor. Nada, aquí escribiendo una cosita. Ya cierro, un momento.

Gracias a todos lo que habéis leído mi historia. Ha sido fantástico escribirla para vosotros. Besos, Alex.

Cierro el ordenador y beso a Justin en los labios. Me agarra la cintura y sobre mis labios dice:

-          ¿Preparada para la cena?

-          Cariño, tu madre me adora, tu hermana y yo nos caemos bien y a tu padre no creo que le incomode. – Digo feliz como una perdiz.

-          Mi padre te va a querer como te quiero yo, no más que yo. – Dice sonriendo y besándome de nuevo.

-          Eh, Justin.

-          Dime, amor. – Dice mirándome a los ojos.

-          Te quiero mucho.

Sonríe y me besa de nuevo. Y así, termina mi vida o al menos lo que vais a saber de ella. Me podría pasar los días contándoos mí día a día pero es mejor así.

Narra Ginger:

Y una vez más, Ginger Owen tiene la razón y el destino pone a todos en su sitio.

FIN.

Ángel EndemoniadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora