Capitulo XXVI: No siempre la fuerza gana el juego

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Lo se, lo se! No os preocupeis por si algunas semanas desaparezco, es que tengo a dos cachorritas que cuidar y me quitan tiempo ajaja *_*

Laters, baby

¡Este Dylan! Será sinvergüenza. En fin, uno menos. ¡Quedan tres! Esto parece la ruleta de la suerte y los hombres un premio. ¡Qué risa! Justin me pregunta por mi día y yo como puedo le contesto. Entre Rubén y él, me hago un lío. A uno le digo que estoy leyendo y al otro que estoy en casa. A Justin le digo que estoy con unas amigas y a Rubén que estoy sola. Al moreno le digo que tengo estoy haciéndome la comida y al castaño que la estoy esperando. Y así, hasta que me harto y cierro whatsapp. ¡Qué pesadilla! Las semanas que estoy con Rubén son fantásticas. Nunca pensé que pudiera ser el chico cariñoso y romántico que es conmigo. ¡Es un amor!

Rubén es un chico u hombre, depende como te lo mires, muy deportista y siempre quiere hacer algo los fines de semana. Hoy, que estamos en mi pueblo, porque ya me he cansado de ir hasta Barcelona a verlo, iremos al gimnasio. ¿No quiere hacer ejercicio? ¡Pues toma ejercicio!

Nos levantamos después de una noche muy larga. Mientras Rubén se ducha, yo me visto. Pantaloncillos cortos y negros combinados con una camisa de tirantes rosa fluorescente. ¡Y a correr! Cuando él sale de la ducha, me mira y suspira:

-          ¿Qué he hecho yo para tener una chica así de preciosa?

-          Pues no lo sé, serás un chico con suerte. – Contesto sin darle importancia.

-          Soy el chico con más suerte del mundo, Alex. – Afirma orgulloso.

Sonrío y me besa en los labios. En el gimnasio, nos separamos para ir a los vestuarios pero enseguida, viene a buscarme para ir juntos a la maquinas. Llegamos a la parte superior del gimnasio y lo primero que ven mis ojos es una fuerte espalda con unos brazos que podrías colgarte de ellos. James. ¡MIERDA! En verdad, no sé que me sorprende si él trabaja aquí y lo hicimos en los vestuarios.  Rubén al verme parada, me pregunta:

-          ¿Vamos cariño?

-          Sí, claro. – Contesto sin quitar la mirada de su espalda.

Parece oír mi voz porque se gira en seguida y me pregunta confundido:

-          ¿Alexandra? ¡Qué ven mis ojos!

-          Hola, James. ¿Cómo estás? – Respondo y rápidamente, se acerca a mí para abrazarme con demasiado cariño.

-          La verdad, mucho mejor ahora que sé que estás viva. ¿Qué te pasó? Desapareciste, luego de esas dos semanas. – Pregunta de nuevo con preocupación en los ojos.

-          Sí, bueno… es difícil de explicar. Tuve algunos problemas personales, no te preocupes estoy bien. – Intento excusarme. En ese momento, Rubén aparece a mi lado y yo no tengo más remedio de hacer las presentaciones. – Rubén, este es James fue mi entrenador durante unas semanas aquí. James, este es Rubén, mi novio.

Al decir novio la cara de James cambia por completo. Se dan las manos como caballeros y James se despide de mí. ¡Ups, mal rollo! Rubén no dice nada, prefiere callarse y machacarse en las maquinas. Y la verdad, lo prefiero. 

Ángel EndemoniadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora