Capitulo XXX: Por ti daría mi vida

270 5 0
                                    

Hola hola! Esto esta apuunto de terminarsee! Estoy on fire con terminar novelas, to loca jaja Espero que os guste, besos.

Laters, baby

¡Vamos a por ti, Rubén! Llego a su casa como alma que lleva el diablo. Si llego a Barcelona en tres cuartos de hora. Lo sé, todo un récord. ¡No sé cómo no me he matado por la autopista!

En fin, llego a su casa y llamo al timbre. Me abre la puerta un enfadado, cansado y rabioso Rubén. Al verme, su cara parece relajarse un poco, pero enseguida me dice con el tono de voz ronco y frío:

-          ¿Qué quieres, Alexandra?

-          Hablar contigo, Rubén. Lo que has visto no es lo que parecía. James es un buen amigo y se ha tomado la libertad… - Pero me corta enseguida.

-          ¡Me da igual, Alex! Has tardado cuatro días en substituirme, cuando yo en cuatro días no te he sacado de mi cabeza. – Grita con el corazón roto.

-          Yo tampoco te he sacado, pero no me podía pasar los días llorando en casa y sin salir. ¡Quiero vivir! – Le grito de contestación.

-          ¿Y yo no te lo permito? ¿Tan mal estabas conmigo para que ahora me digas esto? ¡Venga, Alexandra! ¡Por favor! – Se ríe sarcásticamente.

-          No es eso, Rubén. Has visto una escena entre amigos y ya has sacado tus conclusiones sin antes decirme algo. ¿Por qué no confías en mí? – Pregunto esperanzada.

-          ¿Ahora quién no confía en quién? ¿A que duele? ¡Pues te aguantas! – Se burla.

-          ¡RUBÉN, CALLATE! NO QUIERO QUE DIGAS NADA MÁS Y ME ESCUCHES. LA CONFIANZA SE GANA, EL AMOR SE GANA Y TÚ Y YO NO PODEMOS CON ESO. Necesitamos tiempo, mucho tiempo. Tenemos que asimilar que no podemos estar juntos, que cada uno es diferente y que las cosas por una vez que las tengas no van a durar para siempre. Lo siento, pero así es la realidad. – Le grito y explico todo lo que he querido decirle.

-          Lo que más me duele es que yo por ti daría mi vida y tú no darías ni un segundo de tu tiempo. – Sentencia frío.

¿Le grito o le pego? Opto por lo primero:

-          ¡RUBÉN, POR DIOS! No es así, yo también daría mi vida por ti, pero no podemos prometernos amor eterno si a la primera pelea, desaparecemos por cuatro días y al último, nos volvemos a pelear. Entiéndeme, no somos compatibles. Para una noche, somos lo mejor el uno para el otro pero para estar en una relación no. – Grito de nuevo. Me voy a quedar afónica.

-          ¿Y qué me dices de estos seis meses? Si, se que ayer cumpliríamos seis meses. No soy idiota. – Dice con la voz rota, las manos temblorosas y los ojos cristalizados.

Y una lágrima cae por mi mejilla. No quiero llorar pero no lo soporto. Y lloro como he llorado estos días. Mis piernas no lo aguantan y caigo al suelo delante de él. Al principio, no hace nada pero cuando reacciona, me abraza y me levanta del suelo en volandas. Me deja en el sofá y me abraza de nuevo. Me acuna como a una niña pequeña y cuando me repongo, me separo de él y digo:

-          Lo siento, las hormonas, la presión y todo. Perdona. – Me disculpo.

-          Tranquila, rubia. Todos podemos tener un mal día. – Dice sonriendo.

-          Así que… ¿amigos? – Pregunto esperanzada. Suplico al cielo para que los gritos y lo que nos hemos dicho, nos haya hecho recapitular.

-          Claro, rubita. Pero si algún día nos vemos de fiesta no me niegues un beso, ¿vale? – Pregunta coqueto. ¡Este es mi juguetón!

Asiento y para su sorpresa, lo beso. Es un último beso, es una despedida. Voy a levantarme pero me suplica que me quede, pero me niego. Quiero dormir en mi cama y él lo entiende. Se despide de mí en su puerta, y después de repetirme mil veces que vaya con cuidado, vuelve a besarme y dice encima de mis labios:

-          No sé si seré capaz de olvidarte. Siempre me quedará el recuerdo del dulce tacto y sabor de tus labios. Cuídate, rubia.

Le devuelvo la palabra y vuelvo a besarle. Me giro y me meto en mi coche. ¡Hay que volver a la realidad!

Ángel EndemoniadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora