Guardarropa.

4.6K 195 19
                                    

Me acuesto en la que ahora es mi cama boca abajo, meciendo los pies arriba y abajo. Traigo puestos los mismos calcetines negros  que me llegan a la rodilla, una playera gris sin mangas y unos calzoncillos rojos que me cubren solo media nalga. K dijo que la esperara aquí. No sé que quiera decirme.

No sé qué hora es ni me importa. La verdad las cosas aquí son más felices que en  mi antigua vida donde tenía que batallar con todo y con todos. Aquí no tengo que preocuparme de llevarle flores a alguna chica ni de cumplir sus caprichos; aquí es a mí a quien consienten. Los guardias me llevan por todo el lugar, mostrándome los diferentes cuartos y siendo caballerosos conmigo. Incluso K me trata como una… princesa. Me cumple mis caprichos, bueno, siempre y cuando me porte bien. He estado yendo a las sesiones con ella de 'Flexibilidad´. Ahora no me duele ni me cuesta tanto trabajo meterme los pluggs que ahora son más grandes. También estoy tomando más Rouge Fée por dos cosas: la primera es que me mantiene tranquilo y me quita las ganas de salir huyendo y la segunda es porque me prende demasiado como para dejarlo. Es como si al tomarlo algo dentro de mi detonara haciéndome una… puta, justo como lo dijo K. Puedo sentir como las ganas de complacer a un chico incrementan día a día. No puedo pensar en otra cosa más que cuando vendrá un nuevo cliente y las maneras en que lo complaceré. Estoy decidido a que me utilice como quiera, sin poner resistencia. Que me diga que soy una perra o una zorra. Que juegue conmigo. El imaginarme debajo de él con su respiración haciéndome cosquillas en la oreja, no puedo evitar comenzar a tocarme.

-¡Alto ahí!-dice K entrando por la puerta- ¿Qué te dije cuando iniciamos las sesiones? No puedes venirte a menos que te lo pidan. Eso incluye cuando estés solo… sola.

-Lo siento, K. Perdón.-digo haciendo pucheros y sentándome en la cama.

-No importa, sólo cuidado con eso-se sienta en el borde de la cama y me mira con sus grandes ojos-. Tengo una sorpresa para ti, o más bien dos.

-¿Tendré cliente hoy?-digo y siento como mi sonrisa se ensancha.

-No, aun no. El cliente pasado vino para que vieras a que estabas atenida, pero aun no estás cien por ciento lista.

No logro reprimir un sentimiento de decepción. Ya me hacía boca abajo con el trasero levantado dándole la bienvenida a mi chico.

-¿Entonces de qué se trata?

-Hoy escogerás tu propio guardarropa. Iremos a un lugar y podrás comprarte lo que gustes.

Mi ánimo se eleva bastante. Creí que estaría usando este conjunto hasta que…  ¿hasta qué?

¿Hasta qué me dejarán salir? ¿Hasta poder escapar?

Sacudo la cabeza como si así alejara la idea. Necesito mi dosis de Rouge Fée.

-Eso me parece fabuloso-digo y la abrazo- ¿Cuándo iremos?

-En unas horas. Tranquila.

-Y… ¿cuál es la segunda sorpresa?

-Bueno-contesta y se le iluminan los ojos-, ya que aun no estás lista para recibir clientes, hemos decidido que por lo menos puedes actuar y bailar para ellos.

Me imagino sentado sobre el regazo de un hombre, susurrándole lo hermoso que es a la oreja. Masajeando su espalda y besando su mejilla. Bailando de manera provocativa, rozando su cintura y siento como se me colorean las mejillas.

-Eso sería genial.

-Veré como te mueves esta noche y, sí lo haces bien, te darán lecciones en el salón de los espejos; si fallas tendrás que seguir aquí, asilada y sola. ¿No queremos eso, verdad?

Rouge Fée Donde viven las historias. Descúbrelo ahora