Dom Perignon.

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Al día siguiente vuelvo al ensayo grupal. Antes de entrar me topo con K, quien me pregunta.

-Vi que ayer te llevaste a tres presas, ¿Cómo fue?-su sonrisa me indica que no ha pasado nada malo.

-Increíble-le digo y le cuento dos o tres detalles.

-Muy bien-suelta una ligera risa-, mientras puedas manejarlo… No comas mas de lo que puedas masticar.

-Ok, lo tendré en cuenta.

-Perfecto. Entra ya.

Entro y me sitúo de nuevo con mi nueva compañera. Nos saludamos y finjo que no noto cuando Gabriela se sitúa a mi lado. Mi compañera se llama Satine y al parecer ella antes tenía el espectáculo que ahora preformo yo.

-Sí, antes yo estaba en tu lugar. Era lo mejor del mundo.

-Perdón por, bueno-no encuentro otra palabra que sea adecuada-, por robártelo. Si hubiera sabido que tú tenías antes el puesto…

-Oh, no Roxanne, no tienes que pensar en eso. No lo decía para agobiarte, no-me acaricia el brazo-. Solo quiero que sepas que no me hubiera gustado que nadie más que tú lo tuviera. De verdad que lo mereces.

-Oh, muchas gracias. Pero de todos modos lo siento.

-Tranquila. Lo haces muy bien y a la gente le gusta.

Calentamos cuando Mme. Vicky entra. El ensayo es cansado y termino sudando copiosamente y con la respiración agitada, pero, el hecho de que pueda retener los pasos sin equivocarme me hace sentir bien. Tomo mis cosas y me dirijo a la salida.

-Roxanne, ven-la voz de Gabriela me llama desde el otro lado del salón.

-Nos vemos después, Satine. Tengo que arreglar algo-me despido de mi nueva amiga y camino con paso seguro hacia Gabriela.

-¿Qué sucede?

-¿Por qué me estás evitando?-Su voz altanera destruye cualquier intención que albergaba de arreglar las cosas-, creo que somos muy maduras para estas cosas, ¿no?

-No te evito porque sea inmadura.

-¿Entonces? Si es por Jean, déjame decirte que mis expectativas son más altas. No me interesan los juguetes usados de las demás.

-¡Jean no es mí juguete!

Su risa de burro me taladra los tímpanos.

-Pues como sea. Eres muy inmadura y no mereces la atención que la gente te pone. Es algo que todas las chicas sabemos, pero te tenemos tanta lástima que no lo decimos en voz alta. Nadie cree que puedas salir adelante por tu cuenta, es por eso que todas te ayudan y son corteses contigo-sus palabras son golpes dirigidos a donde más me duele, y ella lo sabe-. Además de que ni siquiera eres una chica, sino una abominación, algo en medio de dos mundos.

-¡Cállate!

-¿Qué?, ¿Te duele escuchar la verdad cómo es?

-Pues chica o no, soy más solicitada que tú-contraataco-.Los hombres al verte se dan la vuelta. Prefieren estar solos que en compañía de una bruja chupasangre como tú y lo siento de verdad, pero no puedo sentir lástima por ti, de verdad quisiera poder sentir algo de carisma, pero el mundo está mejor sin gente como tú.

Sus ojos están completamente abiertos e inmóviles, pues detrás de ellos hay una pared de lágrimas que lucha por reprimir.

-Eres una persona tóxica-continuo-, y te quiero lo más lejos de mi vida.

Salgo del salón antes de que pueda darme una contestación. Afuera me topo con Liv que, al parecer, ha escuchado todo.

-¿Todo bien?-me pregunta-¿Qué pasó?

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