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Iban por el cuarto salón de, tal parecía, treinta, no había pasado más de una hora y Jimin se encontraba con la mirada clavada en su móvil mientras escribía rápidas respuestas a Kook.

—buenas noticias — anunció el peli rosa con una sonrisa gigante y sus mejillas rosáceas, mentiría al decir que Yoongi no deseó que esa sonrisa fuera para y por él— Kookie vendrá a ayudarnos, terminaremos más rápido...

—Kookie suena demasiado gay — interrumpió prefiriendo ver su rostro de molestia que verlo hablar con tanto amor y con una expresión tierna refiriéndose a su hermano menor— el castigo es nuestro él no tiene nada que ver aquí.

—uno: suena gay porque soy gay y eso a ti no te interesa — murmuró molesto mordiendo el interior de su mejilla y regresando su vista al móvil — dos: él viene a recuperar la cita perdida, no será tan romántico pero estaremos juntos... amo a Jungkook, ¿lo sabias?, eso nunca cambiará

Yoongi se quedó en silencio viendo los labios abultados moverse, prefirió centrarse en cada pequeño detalle, un diente algo chueco que le daba un toque tierno, tocaba su cabello y lo hacía hacia atrás para peinarlo, aunque desaliñado se veía perfecto, sus deditos estaban cubiertos por 1...2...3...4 anillos, hacían lucir su mano más pequeña, ¿cómo sería tomarla?, hacerlo sentir como si fuera lo más importante en el mundo, verlo sonreír y que todas esas palabras que expresaban un poema de amor eterno se dirigieran a él, lamía sus labios cada ciertas palabras y los mordía suavemente, era por unos centímetros más bajo, su sonrisa cubría sus ojos y le impedía ver, Jimin era perfecto en todo sentido, cómo sería despertar a su lado todos los días, cómo sería besarlo por las mañanas, saber desde ese momento que tu día entero sería maravilloso pues tienes a un ángel de mejillas abultadas esperándote en casa.

—¿Yoongi? — escuchó una voz detrás de él rompiendo toda ilusión que se había creado, Jungkook estaba en la puerta haciéndole señas al de hebras rosadas que le hacían reír, se acercó con lentitud al cuerpo de su novio y lo besó mientras acariciaba su cintura y le susurraba lo mucho que lo amaba, cerró sus ojos y dio media vuelta para seguir con su trabajo antes asignado, era un peor castigo escuchar a los amantes hablar con devoción— pensé que Chim Chim estaba solo, no sabía que tú estarías con él, gracias por cuidarlo — el estómago del peli menta se revolvió al ver la sonrisa de sinceridad— Jimin y yo estaremos en el salón contiguo terminemos rápido para podernos ir a casa.

Salió dejando a Yoongi solo, luchando por no perseguir al peli rosa, intentaba distraerse pues las imágenes de su hermano besando al lindo chico llegaban para atormentar lo, convirtiéndose en una pesadilla real, aquellas que hacen al corazón enloquecer y a las lágrimas bajar como lluvia, se sentó en el suelo del salón, encogió sus piernas y escondió su rostro entre sus manos, necesitaba calmarse si pretendía encontrarse con sus menores más tarde, respiraba contando del uno al diez, levantó su rostro con pereza, salió del salón con dirección al baño pasando por un lado de donde se encontraba su hermano y su novio, giró su vista por unos segundos viendo a la feliz pareja reír, Jimin estaba sentado en el escritorio con Jungkook de pie frente a él, el peli rosa sostenía su móvil frente a su rostro mientras el castaño deformaba su rostro en expresiones graciosas haciendo al peli rosa soltar carcajadas alegres, siguió caminando con las lágrimas saliendo de sus ojos y un horrible dolor en el pecho.

Cualquier persona podría enamorarse de Jimin solo con ver la sinceridad en sus ojos.

APOCALYPSE: Tus Labios [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora