| 03. CUESTIÓN DE BANDOS

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LUNES, 07:15 am

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—MÍRATE NOMÁS—sonrió desde el marco de la puerta Nuria Coppola, la madre de Ariela—, creí que nunca más iba a verte usando ese uniforme.

—Dímelo a mí—suspiró dejando de batallar con el ribete—¿Katia llegó?

—Sí, la hice pasar—comunicó frunciendo un poco el ceño, algo extraño había visto en su piel—. Ari...¿Esos son moratones?

Abrió sus ojos en grande al darse cuenta de ese detalle y tan pronto como pudo se bajó ambas mangas de la camisa, logrando que su madre se preocupe aún más.

—Me tropecé...No es nada—se dió la vuelta y le dió una sonrisa nerviosa—¿Bajamos?

Nuria asintió luego de sostenerle la mirada por un largo rato, pensó en que quizá no debía molestar a su hija con preguntas que seguramente la harían enojar. Estaba cansada de discutir y la ilusión de tener a toda su familia unida cuando llegara el bebé se hacía cada vez más fuerte y para lograrlo tal vez debía dejar de regañar a Ariela. ya era mayor como para andar metida en líos.

—Joder, iba en serio la cosa—rió burlona Katia Rivero, acercándose a mirar las ropas de su amiga—. Hay que tener ovarios para ir voluntariamente a pijolandia, eh.

Arregló el cuello de la camisa de Ariela, que la miró con detalle.

—Pero qué guapa vas, Kat—halagó— ¿Me acompañas para conquistar pijos o qué?

—Ya quisieran que les eché ojo.

—Apuesto que a ti te lo echan seguro.

Le guiñó un ojo y acto seguido se giró a buscar su mochila tirada en el sofá, aunque no contó con que chocaría con su padre en el medio de su tarea.

Bua—bufó y chocó su hombro entre que volvía a caminar.

—Sí, buen día a ti también Arie—suspiró para luego darle una sonrisa a la amiga de su hija—. Rivero.

—Doro—le sonrió en respuesta—¿Qué pasó ahora con la gruñona?

—Le dije una verdad—alzó su voz para que Ariela escuche—, no debería andar llamando cariñito a un asesino.

Ariela rodó sus ojos y casi hace sangrar su lengua de tanto morderla, no era conveniente que le respondiera barbaridades a quien negoció montones de dinero para que retomara sus estudios en una escuela tan prestigiosa como lo era "Las Encinas". Además, en cierta parte entendía a los que la tachaban de loca por andar detrás de Nano. Al fin y al cabo no cuestionaban el fallo de la inspectora por más errado que estuviera. Creían en lo primero que escuchaban.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2019 ⏰

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