Capítulo 1

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Taehyung es el dios de la noche, futuro heredero del reino inmortal con 300 años de vida nunca ha bajado al mundo humano, acostado en su cama recuerda las palabras que su padre le mencionó horas antes.

"Taehyung debes ir al mundo mortal, necesitas aprender de los humanos para ser un rey".

Aquellas palabras no tenían significado, ¿Por qué tendría que conocer a los humanos si era inmortal?¿Qué era lo que debía aprender?

Dejando de lado sus pensamientos miró por la ventana de su habitación; el ocaso estaba llegando, Taehyung sabía que su trabajo estaba por comenzar, salió de su residencia para dirigirse al patio de la misma, aquí tenía una vista completa de todo el firmamento y los cuerpos celestes se encontraban muy cerca, debía esperar pacientemente a que oscureciera completamente para crear constelaciones como cada noche.

Ya llegada la noche empezo a alzar sus brazos al firmamento, con sus manos empezaba a ordenarlas, no tocaba las esferas pero tenía dominio sobre estas, podía moverlas a su antojo.

Sabía que era invierno, pero esto no lo detendría a crear constelaciones, sus estrellas debían ser admiradas durante toda la noche.

Creó constelaciones que fueran visibles en cualquier lugar del mundo, una gran oportunidad para crear a "orión" su constelación favorita. Inicio con los cuerpos celeste más brillantes hasta darle forma de un cazador, pero al ser invierno no pudo olvidarse de la constelación de "Tauro", buscó estrellas del oeste y este para formar al toro, esta constelación se debía formar entre ambos puntos para ser visible.

Una vez terminado su trabajo, decidió ver al mundo humano, si su padre insistía en que conozca a los humanos porque no empezar a observarlos.

Dirigió su mirada alrededor del mundo mortal, cuando de pronto sus ojos observaron a un chico de cabellos castaños, que estaba observando fijamente las estrellas.

-Finalmente un humano apreciando mi creación.- dijo en voz alta, mientras una sonrisa se formaba en su rostro.-como agradecimiento haré una estrella fugaz para ti humano.

Taehyung consideraba las estrellas fugaces algo mágico y único, no cualquier ser humano era digno de ver aquella magia, llevaba 50 años sin hacer estrellas fugaces, pero aquel ser humano lo merecía, nunca había visto tanta devoción de un mortal para con sus estrellas, cuando dejó caer aquella estrella pudo ver al joven mostrando una reluciente sonrisa, arruguitas formándose alrededor de sus ojos, el pelinegro diviso aquella hermosa sonrisa, pero también pudo ver una mirada melancólica en los ojos del castaño más no le tomo importancia.

-Debería hacer esto más seguido, pequeño humano tienes una hermosa sonrisa.-dijo su pensamiento en voz alta, siendo escuchado por su padre que se encontraba apoyado en el marco de la puerta.

-¿Quién tiene una hermosa sonrisa?

Aquella pregunta sorprendió al pelinegro, creía que se encontraba solo, en ningún momento escucho a su padre ingresar a su residencia.

-Padre... ¿qué te trae por aquí?-preguntó Taehyung tratando de evitar la pregunta de su padre, ya que él no sabía que responder.

-Hijo sobre lo que hablamos de tu viaje al reino mortal, quiero que lo pienses detenidamente.

Taehyung soltó un suspiro de alivio al saber que su padre no haría preguntas sobre la sonrisa que estaba mencionando, peor aún que se diera cuenta que estaba mirando al mundo mortal, ya que había dicho claramente que no iría con los humanos, si su padre lo hubiera descubierto mirando al mundo humano, lo enviaría inmediatamente con los humanos.

-¡Tae estas escuchándome!- dijo su padre frunciendo el ceño, al ver a su hijo inmerso en su propio mundo.-Estoy diciendo que consideres ir al mundo humano.

DIOS DE LA NOCHE | Taekook | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora