Capítulo 11

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—No es para tanto

Jungkook estaba sentado en el asiento de copiloto, aferrado a su cinturón de seguridad, no se dio cuenta cuando fue que se dejó convencer por el mayor para dejarlo manejar.

—¡Vamos a morir!— eso pensaba, observó la espléndida noche que lo acompañaba,pese a no tener estrellas la noche oscura y fria por alguna razón se sentía cálida.

Era una buena noche para morir a pesar de todo.

Jungkook seguía agarrando el cinturón como si su vida dependiera de ello, mientras Taehyung aumentaba la velocidad del auto, -lo hacía solo para ver sufrir poquito al menor-, tenía todo bajo control, solo tuvo que ver manejar un par de veces al castaño para aprender.

—¿Es aquí?— en todo el camino fue guiado  por el castaño, miro al menor y este estaba observando por la ventana.

—Avanza un poco

El lugar estaba completamente oscuro, por lo que podía ver el lugar estaba desolado además se encontraba en las afueras de la ciudad, tenían la vista del firmamento en todo en su esplandor sin ninguna luz artificial de por medio.

Completamente solos.

Bajaron del auto, llevando consigo una manta para poder recostarse en ella, y unos snacks. Jungkook se había encargado de guardarlos, al final no necesitaba más. No era una cita.

Taehyung ayudó al pelinegro a tender la manta en la suave hierba, aún pensaba en el tobillo del menor, sin embargo este no mostraba dolor, al contrario estaba con más energía. Le pareció extraño, pero al final era solo un humano, seguramente no estaba tan herido.

El cielo estaba completamente despejado, las estrellas aún no aparecían, pudo ver la molestia en el rostro del menor; lo estaba haciendo a propósito, ver enojado a Jungkook se había convertido en uno de sus placeres, su rostro enojado lo hacía ver más tierno de lo normal. Aunque no se confiaba de Jungkook, porque cuando estaba enojado prácticamente lo desconocía y lo sorprendía de sobremanera.

Dejo que algunos minutos pasaran, aún era muy temprano para que sus estrellas aparecieran, estaban en silencio no en uno incómodo, porque incluso si no hablaban estaba bien.

Desde que había llegado al mundo mortal solo había podido contemplar a las estrellas aquella vez en la carretera. Sin olvidar esa vez que encontró al humano en la terraza.

Pero ahí en ese instante sólo se había fijado en el humano. No en las estrellas.

Espero un rato más para hacer su magia de amo de la noche, esta noche sería una de las mejores noche que le otorgaría a los humanos y al castaño.

En especial para el castaño.

La noche estaba muy oscura, Taehyung pensó que sería mejor una iluminada, así podía admirar el rostro del menor.

No había luces en el lugar, como amo de la noche él podía iluminarla.

—Niño, hay otra manta en el coche— dijo a Jungkook—puedes traerla.

Necesitaba distraer al menor para invocar a las criaturas de la noche. Convertirse en el amo de la oscuridad.

Sus ojos se tornaron de azul, con sus manos y una que otra palabra invocó a los animales nocturnos.

Su poder podía invocar incluso a lobos. Lo que necesitan era algo más simple, pero igual de hermoso.

Luciérnagas.

Necesitaba la ayuda de unas cuantas luciérnagas.

Jungkook salió del auto con la manta en sus manos, más no espero la escena que veía,  la noche se encontraba iluminada por muchas luciérnagas revoloteando alrededor del mayor, envolviéndolo como en una película donde la magia ocurría.

DIOS DE LA NOCHE | Taekook | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora