Capítulo 8

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Los rayos del sol filtraban por la ventana, despertó y estaba arropado hasta el cuello, recuerda quedarse dormido en la terraza, nunca regresó a su habitación por cuenta propia.

Recordó.

Se levantó de golpe,  había  dormido al aire libre, la alarma que tenía  activada en caso de quedarse dormido lo despertó, sus ojos entre abiertos en la oscuridad habían divisado a Taehyung, pero... ¿Qué hacía ahí?, el lugar se encontraba con seguro o al menos creía haber dejado asegurada la puerta.

No objeto el porqué, el sueño era más pesado y más importante, no iba a discutir en la madrugada.

Todo estará bien, las palabras hacían eco en su cabeza, agarró con fuerza sus cabellos, seguro había hablado  en sueños, era la única razón lógica que encontraba para aquellas palabras.

Logró tranquilizarse dio la vuelta y ¡oh por dios!.

¿Era real lo que veía en la mesita de noche?

Su bebé cactus poseía una gran flor roja con manchas purpura, se acercó dando brinquitos de felicidad, palpo con sus tersas manos los suaves pétalos.

La miro por algunos minutos, perdiéndose en la belleza de la flor que solo duraría un día, después de ese corto tiempo  debía de esperar por algunos años para volver a florecer.

¡Qué insensible era la flor! Había llegado sin avisar a turbarlo con su belleza  sin aroma
¡Qué insolente flor! Al florecer con el albor de la mañana.
¡Que insolente flor! Que solo podía disfrutarla por un día.
¡Que insolente flor! Envejeceria con la noche fría.

Salio de la habitación con la maceta en sus manos, todos debían admirar la rara flor roja de su bebé cactus.

Al salir de su habitación todos lo rodearon, Jin nunca había visto florecer un cactus, era el más emocionado tomando fotos desde todos los ángulos con su celular. Nam también se unió a fotografiar la flor.

Jimin dio una mirada a la flor y otra a Taehyung, algo no cuadraba, aunque  aparente estar normal, la flor y el tamaño de esta no cuadraba, los cactus florecían luego de muchos años, y este floreció de la noche a la mañana.

—Tu hiciste eso ¿verdad?— Jimin señaló la flor, miro fijamente al pelinegro, que estaba a su lado.

— No, ¿e-en serio crees que yo hice eso?— se mordió los labios, Jimin seguía mirándolo con una ceja alzada.

—¿Me crees idiota?

Aceptar delante de Jimin que era responsable de la floración del cactus, sería faltar a todos sus principios, porque Jimin sabía muy bien de su odio a los humanos.

—Esta bien— no podía ocultarlo más, Jimin lo conocía tan bien, sin decirle lo había deducido— yo soy el responsable.

Jimin dejó caer su mandíbula, parpadeo repetidas veces, dio unos pasos más cerca de Taehyung. Se atragantó cuando el rubio estaba muy cerca de él, temía lo peor cuando Jimin se enojaba era de verdad el enojo puro.

Espero por algún golpe o pellizco, lo único que recibió o más bien sintió, fueron sus mejillas arder, Jimin había apretado sus cachetes.

—Nuestro Taehyung-ie se preocupa por un humano—el acto de bondad de Taehyung lo tenía al borde de la ternura.

—Ya no te burles— esperaba lo peor o que Jimin lo juzgara, pero el otro estaba feliz.

No lo entendía no era la gran cosa, solo había hecho eso por... por que era un buen dios.

DIOS DE LA NOCHE | Taekook | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora