Capítulo 7

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El sol en su punto más alto bañaba con su luz dorada a los árboles, escuchó el trinar y revoloteo de los pájaros en los alrededores.

Aquellos árboles le proporcionaban sombra bajo su gran espesor verdoso, la brisa fresca acompañaba el día.

Nunca pensó encontrar un lugar tan placentero y simple. Estar bajo un árbol lo hacía sentir cómodo.

Salir del aula de clases fue la mejor decisión que había tomado, estaba harto de ver a una humana parlotear, incluso le habían llamado la atención por estar distraído, sin dudarlo tomo sus cosas y salió del lugar, ignorando incluso a Jungkook quien le dijo que su comportamiento estaba mal, le había gritado a la profesora antes de salir.

Quizás estaba mal, pero no importaba.

Su enojo se disipó cuando se postró bajo un gran árbol, al principio la hierba le hacía picar un poco la piel, luego se acostumbró.

Sin Jimin y Hoseok tuvo que controlarse de dejar en oscuridad a la humana.

Abrió sus ojos al sentir un rayito de sol filtrarse por las hojas, interrumpiendo su pequeño descanso.

Se incorporo para recargar su espalda en el tronco del árbol, más no espero encontrarse con un pequeño dios vestido de negro, mirándolo con temor, como si tuviera miedo de acercarse a él.

—¿Soobin?— Taehyung frotó sus ojos, luego parpadeo varias veces, ver a Soobin era demasiado inesperado.

El pequeño dios aún no había desarrollado sus poderes.

—Oh, majestad, disculpe por interrumpir su descanso— reverenció repetidas veces.

—Vaya, en verdad eres Soobin— se levantó, y fue abrazar al menor— ¡Qué alegría me da verte, pequeño!

Soobin siendo el menor de los dioses de la noche, tenía el cariño de Taehyung.

—A mi también me alegra verlo, majestad— el menor sonrío, las muestras de afecto que Taehyung tenía con él siempre lo tomaban desprevenido, aún así el respeto hacia el mayor siempre estaba presente.

— Dime ¿Qué te trae por aquí?— miró de pies a cabeza al pelinegro, algo había cambiado—  Tus poderes, ya tienes tu poderes ¿verdad?— preguntó con emoción, miró por todos lados, los humanos no podían escuchar lo que hablaban y, menos ver aparecer y desaparecer a alguien de la nada.

Para su suerte, el lugar estaba sin humanos.

Que surjan los poderes de un dios menor, siempre lo alegraba, era como el nacimiento de alguien nuevo.

Los dioses menores solo obtenían un poder, al fin y al cabo eran menores, no eran de su rango, no obstante se alegraba cuando uno obtenía algún poder. Más si se trataba de un dios de la noche.

—Sí—afirmó con vergüenza— el poder que obtuve es: poder hacer que las personas dejen de tener pesadillas— continuó, aún no entendía como el príncipe le tenía cariño.

—Supongo que es un bonito poder, aunque  no lo uso. Es más nunca lo he hecho.

En trescientos años, nunca le pareció útil aquel poder, significaba prácticamente espiar.

—Majestad, he venido hasta aquí porque su padre quiere verlo.

—¿Qué?— su boca se abrió dejando salir un suspiro de resignación— mi padre... ¿Por qué?.

—No lo sé, majestad el rey solo pidió que lo llevara con él, supongo que no es nada grave, no debe preocuparse— animo al mayor, que estaba un poco confundido.

DIOS DE LA NOCHE | Taekook | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora