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- ¡¿Qué habéis hecho?! ¡Agoney! ¡Agoney!

Mireya lo sujetó evitando que saliese corriendo con sus alas desplegadas. Emitía un calor que poco a poco iba disminuyendo. No lloraba, solo apretaba fuertemente sus puños y todo su cuerpo estaba rojo brillante. Se rindió al agarre de Mireya y miró hacía el sitio donde había desaparecido Agoney. Se había evaporado ante sus ojos dejando una puerta abierta y un corazón roto.

- Raoul, sabías que esto iba a pasar. Él te olvidará, no va a sufrir.

La mirada del cupido rubio podría haber derretido polos en cualquier otro momento pero ahora eran dos pozos de oscuridad. Se había resignado a no sentir nada. Que todo pasase lo más rápido posible.

- No voy a hablar con vosotros. Si tengo que dar explicaciones, las daré arriba. Quiero un juicio justo. Quiero que todos vean lo que hacéis. Somos los encargados del amor pero no nos dejáis amar.

- ¡Ya basta! - el cupido más alto gritó y se hizo el silencio en el almacén. - Ya sabías lo que iba a pasar. Te saltastes las leyes porque eres un kamikaze. Quieres que te echen y esta vez lo vas a conseguir. Enhorabuena por tu aventura. Te acordarás de él eternamente.

Mireya agarró aún más fuerte la mano de Raoul, sintiendo como todo el cuerpo del rubio temblaba. Unos segundos después se quedó sola en la fría sala. Nada hacía recordar lo que unas horas antes había pasado allí mismo. Dos chicos enamorados entregando sus corazones sin miedo.

- ¿Mireya? ¿Qué ha pasado?

La rubia se giró y pudo ver a Nerea y Álvaro bajo el umbral de la puerta.

- Se han enterado de todo.

- ¿Y Raoul?

- ¿Tú qué crees Álvaro? - podía sentir el enfado y la rabia en las palabras de la cupido. - Se lo han llevado. Ya puedes estar contento. Todas tus investigaciones y encargos han dado sus frutos. Tu hermano se ha enamorado y va a ser desterrado.

- Mireya...

Pero la rubia había desaparecido por completo dejando a los otros cupidos con la palabra en la boca.

- Yo nunca quise que esto pasase, Nerea. Nunca fue mi culpa. Raoul lo ha provocado todo aún sabiendo lo que le podía pasar.

- Raoul se ha enamorado de una persona maravillosa. Y lo va a pasar mal, nos necesita más que nunca. Así que guardate tus palabras perfectas y actúa como un hermano por una vez en tu vida.

***

Le duele la cabeza a morir y no sabe porque razón ha gritado como un loco nada más despertar. Siente una nebulosa en su cabeza y no recuerda casi nada de lo que hizo la noche anterior. Supone que la fiesta con Roi y Ricky debió ser increíble, pero ahora tiene una resaca que no merece. Sabía que no debía haber aceptado salir con ellos. Estaba un poco depre por haber cortado con Javi pero el alcohol nunca era la solución...

Eran las doce del medio día y tenía que entregarle a Miriam un reportaje sobre videojuegos que seguramente fuese una mierda y que la editora echaría para atrás como hacía últimamente con todos los artículos que escribía. Se metió en la ducha y deseo que menguase un poco el dolor de cabeza que tenía. Con música suave lavó su cuerpo y su cabello, se encontró pequeños arañazos en sus costados y marcas en la zona de su clavícula. Una imagen de mil bombillas iluminó su mente y quiso recordar algo que nunca había vivido.

Se vistió y salió de su casa con la extraña sensación de tener que recordar algo y no poder hacerlo. Un intento de déjà-vu que no parecía terminar. Compró un café debajo de su casa. No estaba tan bueno como el que hacían las As pero no le daba tiempo a pasar por la cafetería. Cuanto antes lidiase con Miriam, antes podría volver a meterse en la cama y descansar su resaca como un joven cualquiera.

EPIFANÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora