Increíblemente Sexy! (Editando)

¡Nuevo instituto!

Estaba terminando mi desayuno cuando caí en la cuenta de que estaría en otro instituto, crecí en este instituto y ahora tenía que decirle adiós. Los nervios se apoderaron de mi y comencé a prácticamente a desayunar más rápido de lo normal.

- Alex es hora - Avisó mí hermano.

¡Santo Cielo!

- ¡Ya voy! - Grité.

Tomé rápidamente el jugo, cogí mis cosas y corrí para llegar al auto de Tayler, quien ya había puesto en marcha el auto.

En todo el camino no hice más que apretar la correa de mi bolso y contando hasta diez tratando de calmar mis nervios. ¿Qué pasaría si en este lugar en vez de ser la popular pasaba a ser nadie? Aunque aquello era mejor, pasar desapercibida no era tan malo.

Media hora después me encontraba delante del instituto, ahogue un grito debido a que lo que estaba delante de mí era grande, había como cinco hileras alineados perfectamente pero también en un santiamén podrías perderte. ¡No quería ni pensar si mis clases estaban de un edificio al otro extremo!.

Tay aparcó el auto en un estacionamiento.

- Caray..- Solté en un silbido.

- Hey, tranquila, No hay nada diferente aquí - Dijo mi hermano tratando de tranquilizar mis estúpidos y traicioneros nervios.

Le regalé una sonrisa.

- Dios te oiga.. - Suspiré y me preparé mentalmente para lo que se venía. - Bueno, nos vemos en la salida. No llegues tarde ¿Ok?

- Vale - Respondió rodando los ojos. - Suerte, y cuídate de los tíos de aquí. - Lo escuché decir cuando bajé del auto.

- Los tíos tendrán que cuidarse de mi Tay. - Dije para mí misma.

Lo despedí con la mano y comencé a caminar hacia la gran entrada. Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a Kristen. Ésta me avisó a los pocos segundos que estaba por llegar. Volví a guardar el teléfono y me quedé a esperarla.

- ¡Hola fea! - Escuché a alguien hablar. Hice caso omiso - ¿Tus papitos olvidaron llevarte a tu primer día de clases? - Escuché como reía con sus amigos.

No quería ser grosera en mi primer día de clases, y menos aún cuando no había entrado al instituto pero no podía dejarlo estar.

- ¿Y tus padres no te han mandado a la escuela de modales niñita? - Respondí sin siquiera voltear.

Escuché algunos abucheos dirigidos al idiota que había sido grosero conmigo, en estos momentos mi atención estaba en la carretera, esperaba que Kristen llegase lo más rápido que podía.

- ¡Vaya vaya!- Canturreó - Con que tenemos aquí una gata.., guarda tus uñas para el salón de belleza ¡nos vemos gata! - Le saqué el dedo corazón y supe que me había visto por las risas tontas de sus amigos. A los pocos segundos solo se escuchaba los murmullos de los alumnos entrando y saliendo del instinto.

Al rato llegó Kristen y mi ansiedad cesó.

- ¡Hola! - Kristen estaba eufórica, la idea de conocer nuevas personas le atraía bastante.

- Hola - Saludé seca.

Eramos como uña y mugre, hermanas a elección, nos conocíamos bastante y bien sabía ella que esperar era un calvario para mí por lo que mi forma de hablarle sólo le causó risa.

- ¡Hey! Quita esa cara de perro rabioso que la diversión apenas empieza - Parloteó Kristen.-  Además ¿Has visto a todos lo bombones que hay en este lugar? ¡Están como para comérselos! - Sus ojos inspeccionaron el lugar coqueteando con algunos.