| | Capítulo 4 | |

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Capítulo 4:

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Capítulo 4:

Todo estaba oscuro. No podía ver nada, no podía sentir nada. A ella le pareció como si el aire no corriera por aquel lugar, y poco a poco todo a su alrededor se enegrecía, si acaso aquello era posible. El suelo de hizo pedazos y cayó por un vacío interminable del que no había escapatoria...

«Pop, goes the weasel!»

Alice abrió los ojos y se incorporó entre jadeos después de escapar súbitamente de aquel estado inconsciente que se encontraba minutos atrás. Su respiración agitada era lo único que se escuchaba en la pequeña cabina donde se había despertado. Apoyándose en uno de los asientos, intentó levantarse, sin embargo sus piernas cedieron como si de trapo se tratasen. Tras un par de intentos sin resultado alguno, logró su cometido.

Observó su alrededor, incrédula. La cabina pertenecía a una antigua noria derruida con el tiempo, de colores que no variaban entre el negro y el blanco, pasando por el gris, al igual que el resto del parque de atracciones donde se encontraba.

«¿Un parque de atracciones, qué hago yo aquí?» pensó aún mareada por su repentino despertar. Pronto, las imágenes de lo sucedido que volvieron a su mente le dieron una razón de peso, ahora sí, para marearse e incluso vomitar.

Y así lo hizo; expulsó únicamente la bilis que subió ácida por su garganta. Notando el profundo vacío en su estómago, dedujo que habían pasado, por lo menos, unas cuantas horas desde el último bocadito de atún que había entrado en su sistema.

Finalmente, se animó a salir de la cabina y buscar la salida de la feria antes de que el repugnante payaso volviera; porque si de algo podía estar segura, era que allí no estaba a salvo. A medida que sus pies desnudos marcaban huellas en la arena y se lastimaban ligeramente por las pequeñas piedras en el camino, entendió que las repetitivas manchas rojo carmín en el suelo no eran coincidencia... al igual que el espectáculo de cadáveres que adornaba el camino hacia lo desconocido.

Estaba elaborado de una forma tan macabra que hasta podía atreverse a afirmar que había sido preparado exclusivamente para que sus ojos presenciaran el horror en los desfigurados rostros de los cuerpos mutilados y colgados de las paredes como si de horribles guirnaldas se trataran, o por lo menos de aquellos que todavía conservaban la cabeza.

Las nauseas volvieron, acompañadas del un terror similar al que sufrió al ver su hogar sumido en gritos de puro terror y sangre salpicando las paredes que por muy poco que hubiera sido, la habían visto crecer. Unos metros más adelante se encontraba un mensaje trazado con partes de dichos cadáveres.

"Tengo una sorpresa para ti, Alice. "

El cielo a sus espaldas no contenía otro tono sino el gris, un gris lo suficientemente claro como para distinguir la noche del día. No tenía otra opción, no había escapatoria. Duke se convenció de ello y dio el primer paso; el camino estaba marcado. Su cuerpo temblaba y se encogía en espasmos al recorrer su destino bañado en el espeso plasma carmín.

En algún momento, la visión difusa de una  niña correteando por el lugar, más las risas grotescas de múltiples infantes torturando sus oídos sin piedad, aceleraron en paso de Alice, y sin percatarse de ello, tropezó y cayó estrepitosamente. No quería ni siquiera hacer el ademán de saber con qué o parte de quién se erró. Sacudiéndose el polvo y la sangre seca de los trapos que constituían su ropa, alzó la mirada y la visión ante sus ojos oscuros le descolocó por completa.

Un circo. Una descomunal carpa de colores monocromáticos que hacía unos segundos atrás no estaba asentada ahí, saludó a la cohibida Duke en silencio, o al menos así lo sintió.

«Voces»

La pecosa agudizó el oído y distinguió unas voces de las que concluyó que pertenecían de dos hombres. No le era ajeno que su huida no serviría de nada. Temblando por el miedo a lo que podría estar esperándola en el interior del circo, entró sin hacer ruido.

La luz le pegó directamente en la cara, cegándola.

—Alice, querida. Te estábamos esperando.

† 𝕃.𝕁 †

La Juguetería 〚Laughing Jack〛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora